
Crédito: EPM
EPM está listo para enfrentar el Fenómeno del Niño
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Los cambios regulatorios y una mayor capacidad de generación hacen que sea improbable que reviva el fantasma del apagón de 1992.
Por: Contenido especial

Posiblemente todas las personas de más de 30 años tengan algún recuerdo del apagón de 1992, cuando por cuenta de un prolongado Fenómeno del Niño el país vivió racionamientos de energía que se extendieron por casi un año. Ahora, ante el nuevo Niño que estamos enfrentando, no son pocas las voces que han revivido el fantasma del apagón, desconociendo que, en esta ocasión, el sistema eléctrico está listo para evitarlo.
Después del apagón se tomaron varias medidas para garantizar la estabilidad del sector, entre ellos, las leyes 142 y 143 de 1994, que permitieron que empresas del sector privado participaran en el sistema montando plantas de generación y se creó el cargo por confiabilidad. “Este mecanismo es un pago que se hace en la parte de generación, en la factura de servicios públicos, que obliga a todos los generadores a cumplir con sus obligaciones de energía firme cuando ocurra un Fenómeno del Niño”, explica Alberto Mejía, gerente del mercado de energía mayorista de EPM.
Desde los cambios en la ley y la reglamentación del cargo por confiabilidad en Colombia hemos vivido más Niños, incluso más fuertes que el de 1992, pero el país no se ha apagado. En esta ocasión, cree Mejía, no será la excepción. “Hoy en día tenemos capacidad de generación suficiente, plantas térmicas e hidráulicas que han venido almacenando agua en sus embalses para cumplir con esos compromisos de cargo por confiabilidad”, explica.
Un ejemplo de ello es Hidroituango, de EPM, que con la entrada en operación de las dos primeras unidades de generación a finales del año pasado ya está cumpliendo con sus compromisos de energía firme. A pesar de la reducción en los caudales, la hidroeléctrica ya está entregando al sistema 600 megavatios, que no solo son suficientes para cubrir con sus obligaciones, sino también atienden cerca de 6% de toda la demanda nacional. Se espera que a finales de este año entren en operación las unidades tres y cuatro, para cumplir con el compromiso de 1.200 megavatios de potencia.
Esa energía que está entregando la compañía tiene dos ventajas: en primer lugar, al ser hídrica es limpia, con lo que contribuye al propósito global de reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera para limitar el calentamiento global; en segundo lugar, justamente por ser renovable, está entrando al sistema a un precio mínimo, lo que contribuye a que no aumente aún más el precio de bolsa.
Y es que no son pocas las voces que se han quejado del costo de la energía en un momento en el que, todavía, los embalses están alrededor de 80% de su capacidad. Sin embargo, esto obedece a que las generadoras están guardando el agua para cuando llegue la temporada dura de sequía, estimada para finales de este año. “Es en ese momento que vamos a tener que usar el agua de los embalses que hoy estamos guardando para cumplir las obligaciones del cargo por confiabilidad en los momentos más críticos”, anota Mejía.
En promedio, los embalses más importantes de EPM, como son El Peñol, Riogrande 2 o Miraflores, están en 82% de su capacidad de almacenamiento. La meta de la compañía es mantenerlos en esos niveles hasta diciembre o enero, cuando empezará la temporada de verano. “Ahí vamos a empezar a usar esos embalses, porque lo vamos a necesitar para que el país no se apague y llevarlo sin interrupciones de suministro hasta abril, que termina el verano. Nuestras centrales de generación deben estar listas para operar cuando el sistema lo requiera y eso tenemos que garantizarlo”, agrega el gerente del mercado de energía mayorista de la compañía.
Hay que tener en cuenta, adicionalmente, que cuando se presenta un Fenómeno del Niño y aumentan las temperaturas en el país, aumenta también la demanda de energía, por ejemplo, por el uso de aires acondicionados, ventilación o sistemas de riego. Eso exige todavía más al sistema. Sin embargo, Mejía da un parte de tranquilidad al respecto, explicando que “no hay riesgo de desabastecimiento porque hay capacidad para atender la demanda, incluso con ese incremento adicional por efecto de las altas temperaturas”.
