Salvando obras: el nuevo puente de Juanchito

La solución vial terminó beneficiando de forma directa a cerca de 1.800.000 personas, entre habitantes de la zona –que ha mostrado un inusitado desarrollo urbanístico– y también de Cali, Candelaria y Palmira.

Crédito: Contraloría General de la República

20 Marzo 2025 08:03 am

Salvando obras: el nuevo puente de Juanchito

Gracias a la comunidad, la lucha de los veedores y la gestión de la Contraloría, el nuevo puente de Juanchito –sobre el río Cauca– se convirtió en la solución vial de cerca de 40.000 vehículos que lo cruzan a diario en menos de un par de minutos.

Por: Jaime Honorio González

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Por muchos años, el borde oriental de la ciudad de Cali tuvo nombre propio: Juanchito, un corregimiento del vecino municipio de Candelaria, que se fue metiendo por los oídos de los vallecaucanos en forma de notas musicales con ritmo de salsa, la música que identifica esa hermosa parte de Colombia.

En los años sesenta y con una fuerza inusitada en los setenta, las discotecas de Juanchito fueron el epicentro de la rumba nacional y también continental. Todos, artistas y bohemios, cantaores y salseros, blancos y negros, todos, absolutamente todos, tuvieron que cruzar el tan famoso como sencillo puente de ida y vuelta que comunicaba a la sucursal del cielo con el internacional poblado.

Pero a medida que la música se fue apagando, el puente se fue quedando pequeño. Y eso que en 1985 quedó inmortalizado con la famosa “Del puente para allá”, cuyo coro todos nos sabemos. Aunque, el paso por allá terminó convertido en un verdadero infierno. “Esta vaina no puede seguir así. La gente no puede seguir padeciendo que para pasar un tramo de dos kilómetros se tengan que demorar dos horas”, dijo el profesor de matemáticas Jesús Camacho, veedor ciudadano del puente de Juanchito, sobre los motivos que tuvieron para comenzar la pelea por el nuevo puente.

En realidad, el trancón del que habla el veedor era más intenso de cuatro de la tarde a siete de la noche y a veces hasta las ocho, todos los días, un verdadero suplicio para los viajeros que pasaban de una cómoda vía de tres carriles a un puente de uno solo, con evidentes desniveles en sus placas y con los años encima por el uso, el abuso y el nulo mantenimiento. Así que fue necesario construir uno más grande y por eso, hace diez años, comenzaron las obras.

El nuevo puente tiene un ancho de 12 metros con 70 centímetros aproximadamente, con dos vías de doble calzada y un largo de 200
El nuevo puente tiene un ancho de 12 metros con 70 centímetros aproximadamente, con dos vías de doble calzada y un largo de 200. Foto: Contraloría General de la República.

Pero, sucedió de todo. Empezaron a aparecer errores de diseño, contratistas incumplidos, agotamiento de los presupuestos y, para colmo, la pandemia, que acabó por paralizar las incipientes obras. El veedor resumió lo que estaba sintiendo la comunidad en esos momentos: “Cómo así que una obra que arrancó en 2014, que proyectaba durar tres años, la alcanzó la pandemia y el paro nacional; debió terminarse en 2017. Entonces nos sentamos a tratar de entender qué pasaba con la obra. Y la obra, ¿qué pasa? Es que no pasaba nada con la obra”, puntualizó.

El drama también lo padecían taxistas, pasajeros, motociclistas, camioneros, transportadores, todos: “Mañana, tarde y noche eran unos trancones horribles, uno a veces salía del romboy con la última vuelta, diga usted a las ocho de la noche, entraba aquí a las nueve y media, diez de la noche, ya sin ánimos de salir uno a voltiar más”, aseguró Sady Lopera, el dueño de un viejo jeep Willys, quien lleva más de 15 años como conductor de servicio público.

Hasta que apareció la Contraloría General de la República, que se la jugó por sacar adelante la obra inconclusa, apoyando el papel de las veedurías ciudadanas y sentando a la mesa a contratistas, autoridades gubernamentales y ciudadanos, tal como lo explicó el gerente de la Contraloría General en el Valle del Cauca, Hernando Tejeda: “La estrategia Compromiso Colombia está buscando que las obras que están inconclusas, los que se conocen también como elefantes blancos, estas obras que no avanzan, se lleven a feliz término y que cumplan su función social”.

El contrato se firmó en 2014 y seis años después, apenas había unas obras pequeñas abandonadas y la idea de comprar algunos predios. Y no más. Pero, la insistencia de los veedores, el apoyo de la comunidad y la intervención de la Contraloría cambiaron el destino de la obra. Entonces comenzó un trabajo conjunto para solucionar problemas, fijar metas y cumplir compromisos; y mediante la figura de la amigable composición, se logró destrabar la situación. El contralor Tejeda puntualizó: “Logramos realizar el acompañamiento permanente con las veedurías, con la ciudadanía, con los comerciantes del sector, con las secretarías de infraestructura de cada uno de sus momentos, con la administración departamental, con la interventoría”.

Por eso, desde el último domingo de junio pasado, por el nuevo puente cruzan rápidamente y sin problema más de 40.000 vehículos al día. “El nuevo puente tiene un ancho de 12 metros con 70 centímetros aproximadamente, con dos vías de doble calzada y un largo de 200, pero afecta una zona de 800 metros”, explicó el gerente Tejeda.

La solución vial terminó beneficiando de forma directa a cerca de 1.800.000 personas, entre habitantes de la zona –que ha mostrado un inusitado desarrollo urbanístico– y también de Cali, Candelaria y Palmira. “La ventaja del nuevo puente es que nosotros nos estamos ahorrando más o menos dos horas de labor, por lo que antes –por los trancones– todos circulábamos por la misma parte. Ahora no, ahora nosotros plácidamente le cumplimos al público hasta las diez, diez y media de la noche”, afirmó el motorista Lopera.

 desde el último domingo de junio pasado, por el nuevo puente cruzan rápidamente y sin problema más de 40 mil vehículos al día
Desde el último domingo de junio pasado, por el nuevo puente cruzan rápidamente y sin problema más de 40.000  vehículos al día. Foto: Contraloría General de la República.

Atrás quedó el padecimiento del eterno trancón del viejo puente, estrecho, pequeño, inútil, tal como lo expresó el veedor Camacho: “Estaban jugando con la dignidad de las personas, usted someter a alguien a que se mamara ese trancón con el calor de Cali a las cuatro de la tarde, de verdad que inhumano es poco”.

Ahora, el nuevo puente de Juanchito vuelve a ser la referencia geográfica inmortalizada en el estribillo que todos tararean mientras cruzan velozmente por el famoso lugar.
 

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