Jaime Garzón, un duelo nacional que cumple 25 años
Página tomada del libro 'Garzón, un duelo imposible'.
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Jaime Garzón murió asesinado hace 25 años pero su legado se mantiene muy vigente y actual. Uno de los actos en los que se le rendirá homenaje es el lanzamiento de la novela gráfica 'Garzón, el duelo imposible', escrita por Alfredo Garzón –hermano de Jaime– y la dramaturga Verónica Ochoa.
Por: Eduardo Arias
El 13 de agosto se cumplen 25 años del asesinato de Jaime Garzón, uno de los personajes más carismáticos e influyentes de la historia reciente del país. Su muerte aquel 13 de agosto de 1999 marcó un hito trágico en la vida nacional, pero el hecho de que su legado siga más vigente que nunca y haya marcado a las generaciones más jóvenes también puede verse como un llamado a la esperanza a través del desparpajo y la alegría que caracterizaron gran parte de sus actuaciones, tanto a través de sus personajes que desarrolló en los programas de televisión de humor político Zoociedad, Quac! y el efímero Lechuza, así como con su personaje Heriberto de la Calle, como en sus iniciativas en el mundo real.
Uno de los eventos programados para esta celebración tendrá lugar en el Centro Nacional de las Artes Delia Zapata Olivella. Allí se lanza la novela gráfica Garzón, el duelo imposible, escrita por Alfredo Garzón –hermano de Jaime– y la dramaturga Verónica Ochoa. Alfredo Garzón Forero es un caricaturista y artista gráfico bogotano, quien en su obra gráfica ha abordado la incomunicación, el cultivo sistemático de la mentira y el individualismo. Ha publicado sus Cartones de Garzón en el diario El Espectador por más de 40 años. Por su parte, Verónica Ochoa Sánchez es una artista interdisciplinaria nacida en Medellín. Literata de la Universidad de los Andes, es magíster en Teatro y Artes Vivas de la Universidad Nacional. En la actualidad ambos integran, al lado de otros artistas, la Asociación Rotundo Vabagundo, de la cual también fueron fundadores.
En Garzón, el duelo imposible Alfredo explora los entresijos de la historia nacional la narración pasa por el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán y señala los hilos invisibles del genocidio político, destacan el trabajo de Humberto Martínez Salcedo y su impacto en el periodismo independiente y el humor político, las narrativas impuestas en Colombia durante la Guerra Fría y la censura que ha marcado la historia política del país. De manera paralela cuenta la infancia de Jaime Garzón y su perspicacia como educador popular y humorista nato. A lo anterior se suma su permanente lucha desde los distintos oficios que desempeñó y los diferentes espacios que ocupó por la búsqueda de justicia. Además, Alfredo Garzón plantea sus hipótesis y preguntas sobre el asesinato de su hermano, lo que determinó ese crimen, así como la influencia del narcotráfico en el conflicto armado y el clima ideológico que se instauró a partir del magnicidio de su hermano, pero también, muchos años antes, tras el asesinato de Guillermo Cano, director de El Espectador, que ha sido fundamental en la carrera de Alfredo como ilustrador y periodista de opinión. Alfredo relata la historia de su hermano, pero también la suya propia al lado de su genial hermano.
El origen del libro se remonta a muchos años atrás. Como señala Verónica Ochoa, Alfredo había incubado la idea de narrar la historia que rodea el caso de Jaime con tintes policíacos, pero con el paso del tiempo, ante la impunidad, la desesperanza y la impotencia decidió armar un relato más personal que diera cuenta de la complejidad que significa no poder acceder a la justicia, de vivir en un país en donde el aparato de justicia está viciado y para garantizar la impunidad de algunos intocables. “Yo entré a la historia en 2015. Hice una obra más enfocada en el caso de Jaime que se llamó 'El corruptour', que era una chiva que se movía por Bogotá. Cuando él se subió a esa chiva se inició una relación creativa entre nosotros”.
Alfredo ha sido siempre un personaje de muy bajo perfil (la antítesis de lo que fue Jaime), así que Verónica lo convenció de que su punto de vista también era importante en el libro y le darían al relato una singularidad . “Todas estas cosas que da la auto referenciación terminaron siendo los ejes narrativos de la novela. La mirada que un hermano tiene de otro es única”.
Alfredo Garzón y Verónica Ochoa le rinden tributo no sólo a Jaime sino también a otras víctimas de la violencia por pensar diferente y haber mantenido siempre un espíritu crítico de manera valiente y decidida como Mario Calderón, Elsa Alvarado, Jesús María Valle, Eduardo Umaña, Jaime Garzón, Kimy Pernía, Sergio Restrepo, Guillermo Cano, Silvia Duzán y los líderes de la Asociación Campesina del Carare, entre muchos otros, quienes dejaron una huella imborrable en la historia del país.
Garzón, el duelo imposible también busca recuperar la alegría, la esperanza y la reconciliación, una de las principales tareas que Jaime Garzón emprendió desde que era niño hasta el último día de su vida. Emociones de las que quisieron despojarnos con el asesinato de Jaime.
Algo que llama la atención ver es cómo la figura de Jaime Garzón causa tanto impacto entre personas de generaciones más jóvenes que eran muy niños en tiempos de Zoociedad, de Quac!, de Heriberto de la Calle, de su asesinato, o que sencillamente no habían nacido. En esto ha tenido mucho que ver, por un lado, la importancia que siguen dándole contemporáneos de Jaime que desde diversos ámbitos (medios de comunicación y espacios académicos, por sólo citar dos) le han rendido tributo a su legado, y esos mensajes les han llegado a los más jóvenes. Uno de ellos es la conferencia de dos horas que Jaime dictó en 1997 en la Universidad Autónoma de Occidente.
Pero también ha sido muy importante el trabajo que ha desarrollado Marisol, hermana de ambos, cuyo trabajo consistente y tenaz ha ayudado a mantener muy viva la figura de Jaime Garzón y su legado. “Ella ha sido la activista del caso de Jaime porque tiene esa naturaleza tremendamente social y porque tiene esa energía para convocar”, señala Verónica Ochoa. Ella también comenta que el libro es el resultado de un material que se ha ido fermentando en silencio, emerge y se deja ver como un relato que convive con el activismo de Marisol.
“Para hablar de cómo reverbera ese legado en las nuevas generaciones, Alfredo parte de una anécdota. Cuando estábamos en el momento en que él estaba narrando cómo había sido la participación de ellos dos en el paro cívico de 1977, comenzó el estallido social del 2021. Alfredo dijo que teníamos que reaccionar que reaccionar a esto que estaba ocurriendo de una manera sincrónica”. Viajaron a Cali, estuvieron con algunos líderes juveniles en Puerto Resistencia. “Estos chicos nos hacían unos tours urbanos, nos contaban qué había pasado en cada lugar, era como una dramaturgia expandida porque los muros en las calles decían frases de Jaime, mostraban retratos de Jaime, había carteles y stickers de Jaime. Era impresionante y de verdad sobrecogedor”. Verónica estaba en la universidad cuando asesinaron a Jaime. “Yo veía esa conferencia de Cali una y otra vez para recobrar el eje, absorber los mocos, secarme las lágrimas y otra vez decir no, no me puedo dejar robar la esperanza”. Por esa razón para ella interactuar con esos jóvenes era interactuar con esa energía de Jaime Garzón, quien era capaz de irradiar la esperanza de que se puede hacer algo. “Yo pienso que eso está vivo en las comunidades, en los barrios. Yo siento que el legado es como una continuación orgánica de una esperanza que él sembró y que ahora estos recogen. De verdad sí está muy vivo”.
Ese mismo día en el Centro Nacional de las Artes se creará un mural efímero y se llevarán a cabo diversos actos más, entre ellos un conversatorio y un concierto con entrada libre. En esta conmemoración se han vinculado diversas instancias.
Además del Centro Nacional de las Artes Delia Zapata participan en este evento el Centro Nacional de Memoria Histórica. Además de participar en las diferentes actividades previstas, publicará en sus diferentes canales de comunicación una efeméride especial de este hecho para que sea recordado y conmemorado. También publicará un video con algunas voces que aportaron a la investigación y la búsqueda de la verdad luego del asesinato de Jaime Garzón.
Otro aliado es la Fundación para la Libertad de Prensa (Flip), que participará en todas las actividades relacionadas con esta fecha y mantendrá viva su memoria a través de los diferentes eventos y contenidos relacionados con Jaime que difundirá a través de sus distintos canales.
La Biblioteca Nacional de Colombia (BNC) se une al evento con la publicación de la novela gráfica Garzón, el duelo imposible de Alfredo Garzón y Verónica Ochoa, y hará posible que esté en las colecciones presente en algunas de las bibliotecas públicas del país. Además, compartirá a través de los canales digitales algunos archivos que tienen a Jaime Garzón como protagonista y que están en la Biblioteca.
Señal Memoria, el archivo de RTVC Sistema de Medios Públicos, participará con la presentación de un audiovisual que recopila documentos que se conservan en su archivo y estará presente en el conversatorio con la participación de un investigador del Grupo de Gestión Cultural del Archivo que está trabajando acerca de la figura de Garzón como humorista político.
Cronograma del 13 de agosto en el Delia
Mural efímero pintado por los dibujantes de la novela en honor a Jaime/ proyección de material en la pantalla del escenario exterior/ venta de la novela gráfica por el Colectivo Huracán
Lugar: Plazoleta del Delia Hora: 2:30 a 5:30 pm
Micrófono abierto
Lugar: Sala Delia Zapata. Hora: 4:30 a 5:30 pm
Conversatorio moderado por Carol Ann Figueroa.
Lugar: Sala Delia Zapata. Hora: 5:45 a 7:00 pm
Venta y firma del libro Garzón, el duelo imposible.
Lugar: Plazoleta del Delia. Hora: 7:00 a 7:30 pm
Concierto de La-33 Orquesta y Gabriel Garzón Montano - Plazoleta del Centro nacional de las Artes. Hora: 7:30 a 9:00 pm
Todos los eventos son de entrada libre hasta completar aforo