“Queremos ser los músicos menos modernos del 'jazz'”: Joe Braun
The New Orleans Vipers.
Los New Orleans Jazz Vipers son unos de los grupos que participarán en el Ibagué Festival que se llevará a cabo entre el 5 y el 8 de septiembre. CAMBIO habló con el saxofonista Joe Braun, director de la banda.
Por Juan Carlos Garay
Cuando la revista especializada Offbeat declaró a los New Orleans Jazz Vipers como “la mejor banda tradicional” del año 2004, les ayudó a etiquetar toda una actitud frente a la vida y al arte. La banda se presenta aún, con mucha frecuencia, en las calles y las plazas de su ciudad, sin micrófonos ni amplificación. De paso, han aportado mucho a esa banda sonora urbana. Como dijo Jacob Edgar, productor del sello Putumayo Records: “Ellos le dan al jazz clásico de Nueva Orleans un rol activo en la escena local”.
Por lo demás, el amor por su ciudad los llevó a ser una de las primeras bandas en tocar allí luego del paso del huracán Katrina en 2005. Fue un concierto muy emotivo, sin electricidad, en una de las plazas principales: Jackson Square. Ahora vienen a Ibagué, otra ciudad musical. Se presentarán en el Ibagué Festival (que se celebra del 5 al 8 de septiembre) con su combinación de vientos, guitarra y contrabajo. Esta circunstancia nos permitió hablar con el saxofonista Joe Braun, director de la banda, sobre música, urbanismo y otros temas.
CAMBIO: Nueva Orleans es más que una ciudad, una leyenda para los amantes del jazz. ¿Cómo describiría su ciudad y la importancia que tiene la música en la vida diaria?
Joe Braun: Nueva Orleans es como una gran olla donde se cocinan aspectos de cuatro culturas: africana, inglesa, francesa y caribeña. Al mezclar todos esos ingredientes se crea el ambiente único que dio origen al jazz. Estamos hablando de una ciudad que es única en Estados Unidos, pero al mismo tiempo es la quintaesencia de la urbe norteamericana. Y la música cumple un papel muy importante, diría que un papel ceremonial en todos los aspectos de la cotidianidad, porque se usa para bodas, funerales y otras funciones esenciales de la cultura.
CAMBIO: Se comenta mucho que, cuando ustedes estaban empezando y casi nadie los conocía, recibieron un gran apoyo de la radio local…
J.B.: Así es. El primero que se interesó en nosotros fue el productor de radio John Sinclair, quien tenía un espacio en la WWOZ, la emisora local de jazz. Él nos invitó a tocar en vivo en su programa. A raíz de esa transmisión, el sello disquero Putumayo se contactó con nosotros. Eso hizo que apareciera uno de nuestros temas, llamado Blue drag, en uno de sus discos recopilatorios: Swing around the world. Y esa fue la publicación que nos presentó al mundo. Entonces, sí, debo decir que la emisora WWOZ nos abrió las puertas, así como lo hace constantemente con otros músicos independientes.
CAMBIO: A propósito de los discos, las portadas de sus álbumes son bastante originales. En una de ellas aparece un galón de gasolina en la tapa y una guitarra ardiendo en la contratapa…
J.B.: Sí, ese álbum al que se refiere es Going, going, gone de 2015. Pero no soy de los que buscan demasiados simbolismos en las imágenes. La guitarra está ardiendo porque representa un estilo que llamamos “hot jazz”, el jazz caliente. El diseño de imagen se lo debemos a nuestra guitarrista Molly Reeves.
CAMBIO: Varios periodistas musicales han descrito su estilo como “tradicional” ¿En qué está basada esa tradición?
J.B.: Yo también describiría nuestra música como tradicional en el sentido de una búsqueda del lenguaje: usamos los elementos más tempranos, queremos ser los menos modernos en términos de interpretación de melodía, ritmo y armonía. Parte de esa tradición tiene que ver con lo que nos dejaron los legendarios artistas nacidos en Nueva Orleans. Un ejemplo de ellos es Louis Armstrong, quien prácticamente “escribió el libro” en lo que respecta a la improvisación.
CAMBIO: ¿Nos pueden adelantar algunas de las piezas que van a tocar en su paso por Ibagué?
J.B.: Vamos a tocar algunas piezas de los clásicos Count Basie y Duke Ellington, pero siempre los mezclamos con joyas menos conocidas. Por ejemplo, composiciones de Joe Myrow y de Con Conrad, que fueron músicos que hicieron su aporte desde el cine.
CAMBIO: También estarán dictando clases magistrales, compartiendo con los estudiantes del conservatorio. ¿Qué piensan de esos espacios académicos?
J.B.: Pienso que todo estudiante debe aprender acerca de la tradición musical del mayor número de culturas que sea posible. Pero, al mismo tiempo, creo que la mejor manera de lograrlo es sumergiéndose en la cultura propia.
CAMBIO: El jazz es conocido por tener momentos considerables de improvisación. ¿Existe algún secreto para aprender a improvisar?
J.B.: El jazz es, en buena medida, una forma de arte que se basa en la improvisación colectiva. La mejor manera de hacerlo es aprender la estructura básica de las canciones, mantener los oídos bien despiertos y escuchar las interpretaciones de los otros.