Chontaduro y souvenirs, la economía de calle que movió la COP16

La ciudad recibió alrededor de 900.00 visitantes en la zona verde.

Crédito: Santiago Luque / CAMBIO

4 Noviembre 2024 12:11 am

Chontaduro y souvenirs, la economía de calle que movió la COP16

Mientras en la zona azul estaban reunidos 24.000 asistentes acreditados, entre mandatarios, políticos y activistas, las calles de Cali se vieron sacudidas por comerciantes de souvenirs, puestos de comida y vendedores. Así sintieron la COP lejos del centro de convenciones.

Por: Laura Lucía Becerra Elejalde y Santiago Luque Pérez

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Entre el barullo de cientos de personas que desbordan las aceras y con el sonido simultáneo de varias radios al son de salsa y música del Pacífico, "La camiseta a 20, a 20, la de la COP" era la canción que más se escuchaba en las calles en los últimos días. Francy Helena Aristizábal extiende su mercancía en una esquina de la plaza Cayzedo. Normalmente vende corbatas, pero su puesto está abarrotado de camisetas coloridas con papagayos, tigres y tucanes

Así fue su rutina durante dos semanas. Tenía que aprovechar la COP16, el evento del que muchos llevaban meses hablando en Cali y que congregó a más de 24.000 asistentes de 196 delegaciones internacionales en el Centro de Convenciones Valle del Pacífico. Y al que también llegaron 900.000 personas alrededor de la llamada Zona Verde, un espacio de 350.000 metros cuadrados en los alrededores del Bulevar del río en el que el público general pudo participar de diferentes actividades relacionadas con la cumbre de biodiversidad. 

Cambio Colombia

“Llevo 30 años vendiendo en la calle, comúnmente vendo corbatas, pero tuve la iniciativa de vender camisetas para el evento. Me gustó mucho y gracias a dios me ha ido muy bien. Se triplicaron las ventas. Es que ni en la Feria (de Cali) se ve tanta gente”, aseguró la vendedora a CAMBIO. 

A Aristizábal le tocó prepararse, no solo con su mercancía, sino para entender cómo cobrar y dar vueltas en moneda extranjera. “Nunca había visto tantos turistas. Había gente de Filipinas, Japón, Estados Unidos, África y la India. Muchos se llevaron las camisetas como recuerdo, pagaban en dólares y en euros”, contó. 

Así como ella, muchos vendedores de calle, taxistas, puestos de comida y restaurantes, los hoteles, e incluso los moteles, le sacaron tajada a la COP16. Mientras a puerta cerrada, entre trajes de oficina, vestidos y atuendos tradicionales de las delegaciones se discutía la hoja de ruta para la política ambiental global, vendedores de cholao, lulada, marranitas y pandebonos hicieron su agosto a lo largo del bulevar.

Vendedora
Francy Helena Aristizábal, vendedora ambulante. Crédito: Santiago Luque / CAMBIO.

La magnitud de una cumbre de biodiversidad

Las cifras preliminares de los organizadores del evento estiman que la COP16 le dejó al país 122.400 millones de pesos. Según la Cámara de Comercio y la alcaldía, el dato oficial seguramente será mayor, pues se superaron las expectativas de asistentes y se está realizando un estudio para valorar cuánto implicó realmente la COP en términos económicos. 

De ser así, la derrama económica de la COP16 es casi el doble que la del Petronio Álvarez, el festival de música del Pacífico que se celebró en agosto y le aportó a la ciudad cerca de 60.000 millones de pesos, según cifras de la alcaldía, aunque no llega a compararse con la Feria de Cali, que a finales del año pasado le dejó a la capital del Valle 171.000 millones de pesos. 

Se pensaba que iban a llegar 12.000 o 15.000 personas, pero acabamos recibiendo 24.000 asistentes que han dinamizado toda esa cadena de valor del turismo. Los restaurantes y los hoteles están 100 por ciento llenos, hay hasta moteles que se tuvieron que utilizar además de las casas y apartamentos que se han alquilado porque no había espacio hotelero”, aseguró Mauricio Cabrera Leal, viceministro de Políticas y Normalización Ambiental del Ministerio de Ambiente. 

El Hotel Sonesta es uno de los principales hoteles de Cali. Tiene 181 habitaciones y durante las dos semanas de la COP registró una ocupación entre el 97 y 100 por ciento. “No se compara con ninguna otra temporada, es algo sin precedentes”, aseguró Constanza Triana, gerente de mercadeo y ventas del hotel. 

Por folclórico que parezca, los moteles de la ciudad figuraron en más de un titular internacional relacionado con la COP16. The Guardian reseñó cómo estos establecimientos tuvieron que prestar hospedajes de último minuto luego de que los hoteles desbordaron su capacidad. Según el medio británico, el Motel Deseos salió al rescate de 12 delegados de Uganda, Nepal, Brasil y Ecuador, a quienes les cancelaron las reservas de hotel a último momento. 

La Cámara de Comercio de la ciudad asegura que para la COP16 se registraron 11.000 reservas aéreas internacionales, un crecimiento de 123 por ciento en comparación con el mismo periodo del 2023, se hospedaron 15.237 turistas y los ingresos para el sector hotelero y los alojamientos rondan los 11 millones de dólares, alrededor de 48.695 millones de pesos. 

Vendedores
Las calles de la ciudad se llenaron de souvenirs y productos alusivos a la COP. Crédito: Santiago Luque/ CAMBIO. 

Tradición caleña para el mundo 

Los restaurantes de la zona tuvieron filas y mesas llenas todos los días. Según los organizadores, se registraron diariamente cerca de 14.000 reservas en el sector gastronómico. Además, los empresarios que participaron en los espacios organizados por la Cámara de Comercio en la Zona Verde lograron un incremento en ventas de 257 por ciento, mientras que las ventas de los bares ubicados en el bulevar y en la zona hotelera registraron un crecimiento del 35 por ciento. 

Chonta Plaza es una empresa que fabrica productos a base de chontaduro. El negocio nació hace seis años y empezó con arepas de chontaduro. Hoy tienen dos locales, en el centro comercial Chipichape y en Alameda, pero para la COP16 tuvieron un estand durante cinco días en la Zona Verde. 

Hernán López, gerente y fundador del restaurante, empezó con el negocio porque su papá es agricultor y trabajaba el fruto. “El chontaduro es casi que un patrimonio de la biodiversidad de Cali. Poder diversificar su consumo tiene un efecto importante a nivel ambiental. Al ser una materia prima local hay una disminución en la huella de carbono, como no importamos materias primas, hay menos emisiones en términos de desplazamientos y materia prima, impactamos a las comunidades nativas que cosechan y viven del chontaduro”, reconoce López. 

Los productos de la marca van más allá de comer chontaduro con sal y con miel en la calle. Venden arepas, empanadas, limonadas y paletas de chontaduro. “Le estamos dando nuevos usos al chontaduro. No solo lo consumen los caleños y pudimos ver a turistas consumiendo productos de chontaduro. La COP fue una vitrina para mostrar nuestros productos”, dice el empresario. 

Generalmente la empresa maneja al mes tres toneladas de chontaduro, pero para atender la COP procesaron las mismas tres toneladas para atender el negocio durante los once días del evento. “Fue un crecimiento de casi 150 por ciento”, dijo. 

Aunque los vendedores ambulantes habituales del bulevar mantuvieron sus espacios, no todos disfrutaron en igual medida de los beneficios de la COP16. En la Zona Verde, otra vendedora reconoció que aunque vio un aumento en las ventas de chontaduro, como la cosecha no coincidió con la COP16 y el fruto está costoso, fue poco el margen de ganancia. 

“A la orden, a la orden, bien frío, bien frío. Rico, delicioso guarapo con harto limón. Lleve el jugo de caña bien frío”. Desde hace tres años Nancy Castro Perlaza vende guarapo de caña a las afueras del centro comercial Jardín Plaza. Trabaja todos los días con un carro de madera ambulante cargado de caña. Ese es el sustento para ella y sus hijos. 

“Por la COP 16 y por el evento estamos vendiendo por acá, pero para ser un evento, han estado muy bajas las ventas. En otros el Petronio del año pasado nos fue mucho mejor, nos dejaron ubicar bien, nos dejaron trabajar, pero acá en la COP 16 no nos dejaron trabajar adentro”, dijo la vendedora. “No nos ha ido como pensábamos, pero tampoco nos ha ido mal”, añade. 

Nancy Castro, vendedora
Nancy Castro Perlaza, vendedora ambulante. Crédito: Santiago Luque / CAMBIO. 

Una COP poco convencional 

Entre los vendedores de calle, lo inusual de los moteles, los mensajes políticos del presidente Gustavo Petro y la amalgama de actividades que surgieron en la Zona Verde, la COP 16 será recordada por muchos como un evento que rompió con algunos esquemas. 

Lina Torres es socia y directora de conocimiento y estrategia de Movilizatorio, una organización latinoamericana que trabaja como un laboratorio para promover la participación ciudadana. En los últimos años, ha asistido a varias COP, y reconoce que es la primera vez que ve souvenirs como estos. 

“Lo que hizo Colombia fue una apuesta grande, algo arriesgada. Hacer que la Zona Verde fuera realmente abierta en el centro de la ciudad, sin acreditación, cambió la dinámica de la conversación porque sigue estando el espacio de la zona azul, que es un espacio normalmente de mandatarios, de puertas cerradas, que requiere una acreditación”, reconoció. 

Si bien admitió que el público general no llega al detalle técnico de las negociaciones, le pareció positivo que “todo el mundo se enteró de que hubo COP en Cali” y considera que cambiará la forma en la que se realiza la cumbre a futuro. “Si en el futuro otras ciudades entienden el éxito de haberlo hecho realmente ciudadano, lo van a volver a repetir sin duda. Eso nunca lo había visto. Creo que también se logró un objetivo muy especial y era que Cali no fuera solo un sitio donde se hiciera el evento, sino que la gente llegó a quedarse con algo de la COP”.

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