Colombianos tienen menos carga financiera, pero las deudas siguen aumentando

Según la Superintendencia Financiera de Colombia, pese a que la carga financiera que deben asumir los hogares colombianos ha experimentado una disminución, se ha observado un aumento en las deudas pendientes de pago. 

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Durante el primer semestre de 2023, la carga financiera promedio, que se calcula con el Índice de Carga Financiera (ICF) y representa el porcentaje de los ingresos familiares destinados al pago de deudas, se situó en un 35,6 por ciento, una disminución de 2,5 puntos porcentuales comparado con el 38,1 por ciento que se evidenció en diciembre de 2022.

La disminución se explica, según los datos de la entidad, por un cambio significativo en el rendimiento financiero de las carteras de consumo y vivienda. En diciembre de 2022, ambas registraron crecimientos del 4,56 por ciento y 0,85 por ciento, respectivamente. No obstante, en junio de este año, las cifras se invirtieron, mostrando variaciones negativas del -6,12 por ciento para la cartera de consumo y del -1,42 por ciento para la de vivienda.

Los resultados indican, en otras palabras, que la carga financiera de los hogares del país ha disminuido. Sin embargo, las deudas pendientes siguen aumentando y con ello, una tendencia preocupante de deterioro en la cartera del sistema financiero. 

Hasta el mes pasado de agosto, las deudas bancarias que superaban los 30 días de mora aumentaron en aproximadamente 10 billones de pesos, elevando el saldo a más de 33,2 billones de pesos. Esto representa un incremento del 27,5 por ciento en comparación con agosto de 2022.

Solo al contabilizar las deudas que los colombianos tienen en tarjetas de crédito, se observó que las personas registran pagos en mora por un total de 16,2 billones de pesos, reflejando un aumento del 46,3 por ciento. En otras áreas financieras, como la cartera comercial, también se encuentran saldos pendientes considerables, alcanzando los 12,5 billones de pesos. Asimismo, la cartera de microcréditos presenta un monto de 1,3 billones, mientras que la de vivienda asciende a 3,2 billones de pesos.

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El deterioro se atribuye a la desaceleración económica, que cayó 0,3 por ciento en el tercer trimestre del año, a la persistente inflación que en octubre se ubicó en 10,48 por ciento, y una tasa de interés bancaria que en promedio llega al 23,08 por ciento efectivo anual. Estos elementos están generando presión financiera para muchos individuos, quienes experimentan mayores dificultades al cumplir con sus pagos a entidades financieras.