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'Exigimos desclasificar esos archivos para cerrar esta herida abierta por los militares': Pilar Navarrete, familiar de víctima del Palacio de Justicia
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Un día de noviembre de 1985, el cotidiano sonido de la Plaza de Bolívar se vio interrumpido por las escenas de angustia, dolor y tragedia que se vivieron en el Palacio de Justicia. Hoy todavía no se conoce la verdad completa de lo que pasó durante esas horas y cientos siguen preguntándose dónde están sus familiares. En entrevista con CAMBIO, Pilar Navarrete, familiar de un desaparecido durante la toma y retoma del Palacio de Justicia, habla sobre la impunidad y la lucha por la verdad alrededor del doloroso episodio de la historia colombiana.
Aquel miércoles de 1985, a las once de la mañana, los disparos en el centro de Bogotá advirtieron que la justicia de todo un país sería silenciada. La confusión no tardó en apoderarse de los transeúntes y después de una hora los gritos de angustia empezaron a escucharse en la ciudad: el M-19 se había tomado el Palacio de Justicia.
Las imágenes de la Policía, el F2 y el batallón de guardia presidencial rodeando el Palacio llenaron los medios y marcaron el principio de la tragedia.
Con el paso de las horas, los carrotanques de las Fuerzas Militares prendieron fuego para irrumpir en el edificio: la retoma estaba comenzando. Los militares llevaron a muchos a la Casa del Florero y, mientras el fuego crecía y los disparos no cesaban, la confusión sobre lo que estaba sucediendo empezó a apoderarse de los colombianos.
El 7 de noviembre, en la mañana, se anunciaba el final del tortuoso hecho histórico, que hoy registra al menos 12 personas desaparecidas, según cifras de la Red de Defensores y Defensoras de Derechos Humanos. Entre ellos está Héctor Jaime Beltrán, pareja de Pilar Navarrete, quien ha sido buscadora y activista desde que le arrebataron a su compañero de vida.
Según las recientes declaraciones de José Dorado Gaviria, exagente de inteligencia militar entrevistado en exclusiva por CAMBIO, la retoma del Palacio buscaba desaparecer personas y eliminar evidencia fundamental. Hoy, Pilar Navarrete, una de las familiares víctimas de desaparición forzada, expresa lo que significa seguir en su lucha por la justicia, que aquel día silenciaron.
CAMBIO: En todo este tiempo que lleva en la búsqueda de su pareja, ¿ha logrado obtener respuestas?
Pilar Navarrete: En estos 39 años encontré algunas partes del cuerpo de mi esposo, pero la verdad, la responsabilidad y la no repetición aún están por cumplirse. Las respuestas que hemos obtenido han sido gracias a que nosotros mismos hemos tenido que rasguñar, con muchísimo dolor, para encontrar la verdad. Nos ha tocado pasar muchas cosas difíciles para poder encontrar algunos de los cuerpos y, en mi caso, pude encontrar los restos de mi esposo. Pero, la verdad y la justicia que esperamos para los responsables, que están con vida, aún no ha llegado.
CAMBIO: Esta semana este medio publicó una entrevista exclusiva con un exagente de inteligencia militar, quien afirmó que la retoma del Palacio de Justicia tenía como objetivo ocultar documentos, evidencias y desaparecer personas que tenían perfiladas. ¿Qué significa esa declaración para usted como buscadora?
P.N.: Para el caso es una prueba más de que nuestros familiares sí fueron desaparecidos forzosamente y de lo que siempre hemos sostenido sobre que la toma estaba anunciada. En esa entrevista se comprueba que lo que quería la inteligencia militar era acabar con el Palacio y con la gente que estaba adentro. Desaparecer, torturar y asesinar a los que ellos veían como colaboradores de la guerrilla.
Es doloroso saber que esa confesión llegue tan tarde y que aún siga doliendo, porque es muy fuerte escuchar la frialdad de este señor Dorado, y yo sé que ellos están entrenados para ser así, pero después de 39 años es horrible que lo siga diciendo como si no pasara nada. Nosotros muchas de estas cosas las sabíamos, pero todo eso que él afirmó en esa entrevista es una prueba más que corrobora nuestra lucha y todo lo que nosotros hemos ido recopilando con el tiempo.
CAMBIO: En esa misma entrevista se afirma que ya hay documentos y expedientes en manos de la JEP y la Fiscalía y que estos archivos podrían contener información crucial para conocer la verdad de las personas que fueron capturadas o desaparecidas durante la toma y retoma del Palacio de Justicia. ¿Qué les diría a quienes podrían tener estos documentos en estos momentos?
P.N.: Nosotros, por intermedio de nuestros abogados, siempre hemos exigido y les hemos insistido a las personas que tienen pruebas la importancia de conocer y desclasificar estos archivos para poder cerrar un poco esta herida abierta por los militares. Nosotros estamos seguros de que hay muchas cosas que todavía se pueden buscar dentro de las mismas pruebas de vídeo que no se han visto, pero especialmente hemos luchado por desclasificar esos documentos que nosotros sabemos que se compartieron con Estados Unidos, porque Estados Unidos colaboró con los agentes que retomaron el Palacio de Justicia. Todo eso sería muy importante para cerrar estas heridas abiertas.
CAMBIO: En su labor como buscadora usted ha atravesado por múltiples procesos judiciales para encontrar la verdad detrás de la desaparición de su pareja y ha tenido que enfrentarse con la impunidad una y otra vez. ¿Qué mensaje tiene para la justicia de este país?
P.N.: Hay una frase de la Comisión de la Verdad que dice que "hay futuro si hay verdad" y yo siempre he insistido en la importancia de esa frase, porque la verdad es muy importante para nosotros. Los perpetuadores todavía están ahí y se siguen burlando de nosotros. Dorado, por ejemplo, declaró que empezó a los 14 años a cometer delitos y viene hasta ahora a contarnos cosas y a admitir todos esos crímenes.
Pero, aunque a nosotros nos duela, yo creo que es importante que lo que él diga sea tomado en serio, sobre todo respecto a los lugares donde pueden estar no solo los desaparecidos del Palacio de Justicia, sino todos los desaparecidos de este país.
CAMBIO: En su lucha por la verdad y la justicia alrededor de lo sucedido en la toma y retoma del Palacio de Justicia, usted ha sido parte de una obra de teatro titulada El Palacio arde. ¿Por qué cree que la cultura y el arte ayudan a sobrellevar el dolor?
P.N.: Esa obra de teatro se trata de una creación colectiva entre Leonardo Rodríguez, Laura Ortega, Luisa Gómez, Daniel Sarmiento, Inés Castiblanco y yo. Este grupo nos buscó a Inés y a mí para que contáramos parte de nuestra historia. Eso fue muy importante para mi proceso porque creo que el teatro, la poesía, la escritura, y todas estas expresiones de cultura son una herramienta para hacer catarsis y para contar de diferentes maneras nuestra historia.
Invito a todos a asistir y a que participen de todos los espacios de memoria porque eso nos ayuda a entender la historia de otra manera para sanar y construir un país mejor.
CAMBIO: ¿Todavía cree en la justicia de este país?
P.N.: Creo que la justicia es muy compleja en nuestro país y me he dado cuenta de que, solamente con la presión de los organismos internacionales, se logran respuestas. Yo creo que sin la presión de los organismos internacionales nunca se hubiera sabido nada de nuestros familiares. Pero sí creo y anhelo con mi corazón, que por lo menos se consiga el paradero de los más de 100.000 desaparecidos de este país. Espero que la justicia y que la Fiscalía hagan algo por la desaparición forzada.
CAMBIO: ¿Cree que sea posible encontrar la verdad y reparar a las víctimas?
P.N.: No hemos podido cerrar este ciclo porque no ha habido verdad. Yo siento que este sistema integral, al que nosotros le apostamos tanto (cuando se firmaron los acuerdos de paz) se ha quedado corto. No hay un caso abierto por desaparición forzada en la JEP, no se ve realmente la iniciativa de buscar a los desaparecidos que nosotros, desde las organizaciones, ya tenemos documentados.
Yo le apuesto mucho a este Gobierno porque ha hecho cosas diferentes, ha pedido perdón a nombre de otras masacres que han cometido otras personas y ha estado al tanto de poder cumplir las necesidades de las víctimas, eso demuestra que se puede hacer, pero se necesita más compromiso.
CAMBIO: ¿Por qué es tan importante no olvidar lo que sucedió ese 6 y 7 de noviembre de 1985?
P.N.: Hay un poeta guatemalteco que dice: “De vez en cuando camino al revés, porque si caminara solo hacia adelante, yo te diría cómo es el olvido”. En todo este proceso yo no me he permitido caminar solo hacia adelante, me devuelvo de vez en cuando para recordar que tengo que buscar hacia dónde voy y lo que he dejado. Es muy importante no olvidar, para no repetirlo, pero, sobre todo, porque ese hecho tiene que ser parte de nuestra historia para saber qué errores cometimos y cómo podemos repararlos.