Chinácota ha sido un tradicional sitio de descanso para los cucuteños pero en los últimos años se ha vuelto también un lugar de peregrinación política. Allá van muchos fines de semana los políticos y contratistas que gravitan alrededor del gobernador William Villamizar Laguado, verdadero papa de la región. La basílica de este vaticano nortesantandereano es el Hotel Resort La Montaña, una propiedad que está entre los bienes investigados en un proceso de extinción de dominio que se quedó dormido cuando Francisco Barbosa era fiscal general. Curiosamente el mismo sueño le dio en la Comisión de Acusaciones de la Cámara a una investigación contra Barbosa que –oh casualidad– le cayó a uno de los mencionados en el proceso de extinción de dominio: el representante Wilmer Carrillo, antiguo subalterno y alfil político de Villamizar.
Algo alcanzó a avanzar la investigación antes de entrar en la operación tortuga tan conveniente para el poderoso gobernador.
Cuando los agentes de Policía Judicial fueron a revisar el historial del bello terreno de la vereda El Urengue, donde crece el Hotel La Montaña, se encontraron con una información que dejaron consignada en el informe investigativo: “Al parecer el inmueble donde funciona el establecimiento de comercio Hotel Resort La Montaña es de propiedad de la señora Cecilia Soler Gómez (suegra de Juan Guillermo)”.
Doña Cecilia Soler Gómez es la esposa del gobernador William Villamizar. La primera dama departamental es también la “suegra de Juan Guillermo” como reseña el informe. Su hija Paola Villamizar Soler está casada con Juan Guillermo Rojas Matamoros, un joven nacido en Venezuela que era conocido en Cúcuta como propietario de un restaurante típico y que después se convirtió en contratista de la UNGRD durante el gobierno de Iván Duque.
Cuando siguieron rascando los investigadores se encontraron con una empresa llamada Romaty Inversiones SAS, constituida en mayo del año 2020, cuando William Villamizar estaba en una pausa entre sus tres períodos de gobernador y uno de sus títeres regentaba “la cúpula chata”, como se conoce el palacio departamental. Romaty Inversiones SAS fue armada con un capital de 200 millones de pesos del cual solo pagaron 30 y, de acuerdo con el acta de constitución, el dueño de todas las acciones es el primer yerno del departamento Juan Guillermo Rojas Matamoros.
Siete meses después, el 11 de noviembre de 2020, los accionistas de Romaty SAS, es decir el solitario yerno Juan Guillermo Rojas, si nos atenemos a los documentos, se reunieron en asamblea extraordinaria y decidieron cambiar el nombre y el objeto social de la empresa. Desde ese día, la sociedad se llama Complejo Hotelero y Turístico La Montaña SAS y se dedica a “Alojamiento en Hoteles”, “Actividades de parques de atracciones y parques temáticos” y “Otras actividades recreativas y de esparcimiento”.
La asamblea extraordinaria también nombró como subgerente de la compañía hotelera a Lusana Margarita Serrano Gaitán. Ella, además de ser contratista de la Gobernación y de la Cámara de Representantes, está casada con Ronal Geovany Duarte Contreras, el hermano de José Luis Duarte Contreras quien para el momento de constitución y reforma de la sociedad hotelera era el alcalde de Chinácota, dignidad que ocupó hasta el pasado 31 de diciembre.
Dentro de la normalidad nortesantandereana, a nadie le debe sorprender que detrás del mejor hotel de Chinácota estén el yerno del gobernador y la cuñada de quien era el alcalde. Menos aún que los dos estén en la lista de investigables en el cataléptico proceso de extinción de dominio.
Los investigadores judiciales también encontraron llamativas operaciones de compraventa de inmuebles entre familiares del gobernador. Su hermana le vendió una propiedad a sus padres que luego se la vendieron a la esposa del gobernador para que, después de otra escala propietaria, volviera a manos de la hermana: “Este bien fue vendido por la señora Nancy Villamizar Laguado y otro, es de tener en cuenta que en el año 1986 fue adquirido por Matilde Laguado de Villamizar y Vitelmo Villamizar Contreras, padres del exgobernador William Villamizar Laguado, quienes posteriormente venden a Cecilia Soler Gómez, quien es la cónyuge de William Villamizar, haciendo la resciliación del contrato para el año 2004, siendo así que para el año 2010 venden los padres del exgobernador a su hija Nancy Villamizar Laguado y otro, que vendió al actual propietario”.
Transacciones y trabalenguas similares aparecen a lo largo de la investigación que no avanza, como tampoco avanzan los catorce procesos que tiene pendientes el gobernador William Villamizar en la Fiscalía Delegada ante la Corte Suprema de Justicia.