Producción y consumo responsable de alimentos para cuidar la vida

Se estima que América Latina es el mayor exportador de alimentos del mundo. La agricultura ocupa el 38 por ciento de la tierra de la región, emplea al 14,1 por ciento de la fuerza laboral total y representa un promedio del 4,7 por ciento del producto interno bruto (PIB), siendo vital para la economía y los medios de vida rurales. Sin embargo, estas prácticas también son las responsables de dos tercios del consumo de agua dulce y del 70 por ciento de la pérdida de hábitat en la región, lo que provoca la reducción de la biodiversidad, la degradación del suelo, la invasión de la frontera agrícola hacia áreas naturales, la reducción de las aguas subterráneas y la recarga de acuíferos, y el aumento de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). 

En el actual escenario global, en el que la crisis climática no da espera, transitar hacia sistemas productivos sostenibles en los que las soluciones que ofrece la naturaleza se conviertan en aliadas para lograr una producción y un consumo responsable, es una prioridad para los países y uno de los 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS). Estos, también conocidos como objetivos globales, fueron adoptados por las Naciones Unidas en el año 2015 como “un llamamiento universal para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que para el 2030 todas las personas disfruten de paz y prosperidad”.

“Estos objetivos se han venido integrando a la política pública en la región a través de los planes de desarrollo de los gobiernos, el compromiso del sector empresarial y productivo en la incorporación de los ODS en sus estrategias de sostenibilidad, entendiendo que se trata de soluciones accionables de las cuales ellos hacen parte; y los esfuerzos que se están haciendo en el sector de los alimentos no solo para disminuir los desperdicios, sino para fomentar mejores prácticas de producción agrícola. Sin embargo, resulta necesario reforzar estos esfuerzos a gran escala, y de manera rápida porque estamos en una carrera en contra del tiempo”, dice Paula Caballero, directora ejecutiva regional para América Latina de la organización ambiental mundial The Nature Conservancy (TNC), y una de las creadoras de los ODS.

El ODS 12 sobre producción y consumo responsable establece que para lograr el crecimiento económico y desarrollo sostenible es urgente: reducir la huella ecológica mediante un cambio en los métodos de producción y consumo de bienes y recursos, gestionar de manera eficiente los recursos naturales compartidos y la forma en que se eliminan los desechos tóxicos y los contaminantes, y reducir a la mitad el desperdicio per cápita de alimentos en el mundo a nivel de comercio minorista y consumidores, para crear cadenas de producción y suministro más eficientes.

El futuro de América Latina es regenerativo

Iniciar la transición hacia una ganadería y agricultura regenerativas se convierte en una herramienta clave para lograr estos objetivos globales. Con estas prácticas es posible mejorar la productividad y aumentar la resiliencia climática de los productores, a la vez que se beneficia el suelo, la biodiversidad y el bienestar de las personas. 

TNC, con su misión de conservar las tierras y las aguas de las que depende toda la vida, viene trabajando en Latinoamérica en la implementación y financiamiento de la adaptación basada en ecosistemas (AbE) en el sector agroalimentario para reducir el riesgo climático y los impactos ambientales. La meta es la transformación de tres millones de hectáreas de tierra agrícola, en paisajes regenerativos. 

“Con el programa Paisajes Futuros, que forma parte de la Iniciativa Climática Internacional (IKI), venimos trabajando en la región en Colombia, Argentina, Ecuador, Paraguay, y Perú. El proyecto aumentará el conocimiento de la agricultura AbE y la recuperación verde, incluidos los análisis de sus barreras y éxitos, al mismo tiempo que fortalecerá los marcos regulatorios que promueven la conservación y eliminan los desincentivos. Así mismo, desarrollará 13 modelos de negocios con datos climáticos y agrícolas e implementará al menos cinco instrumentos financieros/soluciones de transferencia de riesgos financieros para permitir la financiación y la inversión de la adaptación basada en ecosistemas”, complementa Caballero.  
 
En Colombia el enfoque de Paisajes Futuros son los gremios y empresas privadas que promueven prácticas sostenibles en sus cadenas y proveedurías, específicamente de los sectores de ganadería, caña de azúcar y palma de aceite. Como parte de esta iniciativa, desde agosto de 2023 TNC viene liderando la secretaría técnica del Acuerdo Cero Deforestación de la cadena cárnica bovina, promoviendo la cero deforestación de los bosques, pero también de otros ecosistemas naturales como páramos, el seguimiento a la trazabilidad de los suministros, las buenas prácticas, y el consumo responsable.

“Nunca habíamos sido testigos de forma tan evidente de las repercusiones humanas del cambio climático, sin embargo, detrás de este desafío también se esconde una oportunidad invaluable. Ahora, más que nunca, tenemos la posibilidad de dirigir nuestras energías hacia donde realmente pueden generar un cambio significativo. Esta es nuestra ocasión para enfocarnos en adoptar la sostenibilidad en todas sus dimensiones, desplegando un amplio espectro de acciones a lo largo de cada eslabón de la cadena. Es el momento de alinearnos con la naturaleza, colaborando con su poder transformador. En este camino, cada uno de nosotros tiene la capacidad de aportar y marcar la diferencia”, concluye Caballero.  

Estos importantes temas serán discutidos el próximo 6 de septiembre en el foro organizado por CAMBIO "Colombia en la ruta de la sostenibilidad". La entrada es gratuita, pero para asistir debe inscribirse en el siguiente enlace: https://eventos.cambiocolombia.com/foro-sostenibilidad/

**** Este evento es organizado por CAMBIO, Claro, Cruz Verde, ENKA, Grupo BIOS,  Smurfit Kappa, TNC y la Universidad Ean.