Mariana Garcés
19 Agosto 2022

Mariana Garcés

La cultura tiembla

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Cada vez que se presenta ante el Congreso de la Republica una reforma tributaria, la cultura tiembla. Parece que se ha convertido en maña de los ministros de Hacienda y de quienes los asesoran en estas materias, desaparecer de un tajo los beneficios alcanzados. Poco a poco y con los esfuerzos de muchos gobiernos y personas hemos ido recorriendo un camino. Borrarlo todo es la consigna, para luego salir a decir que fue un error y que los incentivos para la cultura quedarán iguales. 

En esta oportunidad lo acontecido resulta extraño. Extraño, porque el señor presidente Gustavo Petro ha manifestado públicamente la importancia que para él tiene este sector. El 7 de agosto ante miles de colombianos que se agolparon en la plaza de Bolívar y ante todos aquellos que le seguimos por televisión, el presidente Petro manifestó, en una soleada tarde bogotana, que este sería el gobierno del conocimiento y que se reconocería con dignidad el trabajo de los artistas. Fue enormemente esperanzador el mensaje. También sorprende lo acontecido, porque la ministra Patricia Ariza es una mujer conocedora y sabe de las innumerables luchas que hemos dado para conseguir lo que se ha obtenido; más que nada porque el ministro de Hacienda es un hombre de números, pero también de letras. Un hombre que entiende la importancia de las artes, de los saberes tradicionales,  de nuestras manifestaciones para la construcción de nación, y lo que significa la cultura en el logro de una paz estable y duradera. 

Amanecimos el día uno del gobierno del cambio con un texto de reforma tributaria que golpea duro los incentivos para la cultura. Borra la exención de renta a los escritores y traductores cuyos libros se editen en Colombia, así como también los beneficios para las librerías y ni qué hablar, de las donaciones para las entidades culturales sin ánimo de lucro. 

En el plan de desarrollo 2018-2022 se extendió el beneficio para deducir el 165 % a todos los sectores artísticos. Cualquier persona natural o jurídica que invierta o done en un proyecto creativo a través de CoCrea,  puede deducir de su impuesto de renta el 165 % del valor que aporte en dinero al proyecto. Desde el año 2003 existe ese mismo incentivo para el cine colombiano, el cual está consagrado en la ley 814. Esto significa que por cada peso que un aportante decide entregar para apoyar una iniciativa cultural se presenta como una deducción de 1.65 pesos; o visto de otra manera, por cada peso que un aportante le entrega a un proyecto, realmente gasta 55.55 centavos. 

El sector del cine se ha venido convirtiendo en una industria importante que cada día se consolida más y le genera recursos significativos a la economía. Con los incentivos creados para este sector, casas productoras internacionales ya encuentran atractivo producir y post producir en nuestro país. Este incentivo, además, ha repercutido en la profesionalización del sector y en la confianza en el talento colombiano por parte del productor extranjero. Desde el  año 2012 obras audiovisuales rodadas y editadas en nuestro territorio se hacen acreedoras a solicitar un certificado de inversión audiovisual descontable del impuesto de renta hasta por un valor equivalente al 35 % del valor de la inversión que realicen en Colombia. 

Por cada peso que deja de recibir el Estado colombiano por estos beneficios para los productores recibe 3 pesos representados en pagos artísticos, técnicos, hoteles, tiquetes aéreos y transportes a colombianos con recursos de productores extranjeros. 

El señor ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, ha manifestado que si se cometió algún error frente a la cultura está dispuesto a corregirlo. La verdad es que esperamos que ello se cumpla. Así mismo confiamos en que los coordinadores y ponentes se llenen de sensatez y que le devuelvan la tranquilidad al sector cultural de Colombia. Son muchos años de lucha para lograr lo conseguido. No nos lo pueden arrebatar de un tajo.

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