Ataques sicariales y más panfletos: así es la guerra de bandas en las calles de Barranquilla
Imagen del momento del ataque de los sicarios en la clínica del norte de Barranquilla, la semana pasada.
Crédito: Captura de pantalla cámara de seguridad.
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En medio de la dura situación de seguridad, en la ciudad circulan mensajes amenazantes en contra de señalados criminales y de empresarios por su supuesto apoyo a organizaciones delictivas. Las autoridades guardan silencio sobre el tema. ¿Qué ocurre?
Por: Rainiero Patiño M.
En medio de la aparente normalidad cotidiana, en los últimos días las calles de Barranquilla han sido escenario de ataques sicariales que generan zozobra en buena parte de la población. El hecho más reciente ocurrió en una clínica del norte de la ciudad, en el cual fueron asesinadas dos personas. Sobre este operativo sicarial se han divulgado diferentes versiones. Por ahora, lo cierto es que hoy la ciudad vive una cruenta guerra de bandas criminales.
El ataque perpetrado por más de una docena de hombres armados y una mujer, en la mañana del jueves pasado, podría ser solo un elemento más del punto de quiebre de la guerra declarada en la capital del departamento del Atlántico. A la disputa, se le sumó otro ingrediente: la aparición de panfletos en los que se amenaza un buen grupo de personas, incluyendo a los dueños de reconocidos negocios locales.
Horas después del atentado en la clínica Mediclínica, en el norte de Barranquilla, un grupo autodenominado Comando Élite Urbano (C.E.U.) se atribuyó el hecho y señaló que este sería solo el primero de una serie de ataques dirigidos a un grupo de personas y negocios, señalados de ser aliados de distintos combos o bandas criminales.
En un panfleto firmado por el mismo C.E.U., este se autodefine como un “grupo de empresarios cansados de tanto asesinato” y constituido para la defensa de sus negocios, por lo que se declaran “en pie de lucha” y declaran “objetivo militar a todo aquel que colabore, trabaje, financie y apoye a distintos grupos armados en Barranquilla y sus alrededores”.
Tal organización, además, anexó en el panfleto una lista de 21 personas que supuestamente son colaboradores de estos grupos ilegales. Entre estos se menciona a alias la Mona, mujer de Jorge Eliécer Díaz, alias Castor, reconocido como el jefe de la banda Los Costeños y quien está preso en una cárcel de Cúcuta. La lista incluye a otros supuestos delincuentes como alias Wisin 40, alias Gordo 40, alias Ñoño, alias Chan, alias Bubalú, alias el Corroncho y alias Pipiolo, a quienes relacionan con delitos como sicariato, extorsión, robo de carros, robo de tierras y testaferrato, entre otros.
También figuran en el documento varios empresarios dueños de negocios de compra y venta de carros, trabajadores o dueños de los populares picós de sonido, dueños de restaurantes de comidas típicas conocidos como totumazos, y otras personas señaladas de pertenecer o ser colaboradores de organizaciones criminales como el Clan del Golfo, Los Pepes o Los Costeños.
Según el documento de las amenazas, este es solo el primer grupo de una lista más larga que el grupo C.E.U. tendría en la mira y que, según señalaron, es “por una Barranquilla libre de delincuencia”. Las autoridades locales no se han pronunciado sobre la veracidad del mismo, ni sobre los nombres reseñados en el panfleto.
Esta no es la primera amenaza que se conoce de esta supuesta nueva organización, ya que hace un par de semanas circuló otro en el que se referían a más de diez personas relacionadas con el mundo de los picós y las fiestas populares en Barranquilla.
Dicho documento circuló después del asesinato de Luis Carlos Yanett Muñoz, ocurrido la noche del jueves 2 de mayo. Yannett Muñoz, administrador del picó de nombre Super Yonky, fue señalado en el panfleto de ser colaborador de bandas criminales. Sin embargo, líderes de este sector de la cultura popular de la ciudad dijeron que dicha “colaboración” no era más que los pagos por extorsión a los que los dueños de estos grandes sistemas de sonido se ven obligados a hacer para que los dejen trabajar.
CAMBIO consultó a las autoridades de la Alcaldía de Barranquilla para conocer su opinión sobre estos panfletos amenazantes, pero señalaron que el caso es competencia de la Policía Metropolitana. La institución, por su parte, indicó que hasta el momento estos documentos “están siendo analizados por el área de inteligencia para destacar su veracidad porque, regularmente, cuando salen este tipo de documentos en redes sociales lo que buscan es sacar provecho de algunas situaciones que se han presentado”.
El atentado al Gatico
El panfleto conocido y divulgado con la firma del C.E.U. asegura que la operación que fue ejecutada en el centro médico Mediclínica “fue todo un éxito, no como lo hacen ver algunos medios de comunicación”. Porque según dicha organización “el objetivo se cumplió”.
Esta posición reforzaría la versión que señala que el ataque no iría dirigido en contra de Jorge Luis Alfonso López, sino de Edelmiro Anaya González, una de las dos personas que murieron en el hecho y quien era reconocido como un exparamilitar, miembro de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
La información del pasado criminal de Anaya revelada por Juan David Díaz Chamorro, hijo del asesinado alcalde del municipio de El Roble, Eudaldo Díaz Salgado, quien confirmó que Edelmiro Anaya había sido uno de los asesinos de su padre, por lo que fue condenado a 20 años de prisión, y que posteriormente se había acogido a la ley de Justicia y Paz.
Anaya ya había sido víctima de otros dos atentados este año, pero de ambos había salido sin problemas. Esa versión toma fuerza para algunos porque Alfonso López, quien recibía atención hospitalaria, sorpresivamente salió ileso del plan de los criminales, quienes durante casi tres minutos se tomaron a bala el centro médico en el norte de Barranquilla. La otra víctima mortal del hecho fue identificada como Eduar Yesid Montero de la Hoz, que hacía parte del grupo de escoltas del hijo de la fallecida Enilse López.
El propio Jorge Luis Alfonso López también cumple una condena por el asesinato del periodista Rafael Enrique Prins Velázquez, ocurrido en Magangué, Bolívar, el 19 de febrero de 2015.
Horas después de conocerse el ataque de los sicarios en Barranquilla, el propio presidente Gustavo Petro se refirió al hecho en su cuenta de la red social X. "Quienes atentan contra Jorge Luis López, candidato a confesar ante la JEP esta realidad oculta, quieren silenciar la verdad”, dijo, señalando la relación que López y su madre tuvieron con el paramilitarismo.
El excomandante paramilitar Salvatore Mancuso también se pronunció sobre el operativo de los sicarios y publicó una carta en la que señaló que se trató de “un abierto ataque a la verdad y a los intereses de las víctimas, Edelmiro Anaya era el último testigo vivo con participación directa en el asesinato del alcalde de El Roble, por lo tanto, un acto de silenciamiento de la más enorme gravedad”.
Mancuso, además, indicó que “este tipo de acciones armadas de alta envergadura tienen como fin anular las alternativas y las voces que facilitan procesos de diálogo con grupos armados, tal ha sido el caso de Jorge López, quien es pieza fundamental facilitadora en esos procesos”.
No es algo nuevo
La situación de violencia en Barranquilla y su Área Metropolitana ha venido escalando durante los últimos años. Diferentes investigadores del tema han alertado de la situación, en especial de las disputas por el territorio y el control de diferentes rentas ilegales que ha convertido a la ciudad en un escenario muy complicado que cada vez más deja a la ciudadanía en riesgo.
Estos enfrentamientos tienen como principales protagonistas, según los investigadores, a organizaciones criminales muy peligrosas como el Clan del Golfo o Autodefensas Gaitanistas de Colombia, a Los Pepes, Los Costeños y Los Rastrojos costeños.
Esa guerra entre poderosas organizaciones criminales, en mayor medida, son la causa de que en la ciudad cada vez se registren más homicidios, masacres y ataques sicariales, como el ocurrido el pasado jueves.
Para el investigador Luis Fernando Trejos, por ejemplo, la hipótesis de que el ataque en la Mediclínica haya sido contra Anaya y no contra Alfonso López no es descartable, porque también hubo muchas coincidencias. Y sobre los panfletos, cree que es posible que sean falsos, en el sentido de que el grupo C.E.U. no exista realmente, ya que muchas veces estos mecanismos se usan como fachadas falsas por criminales para señalar a eventuales rivales o enemigos.
Pero Trejos dice que corresponde a las autoridades pronunciarse con contundencia sobre este tipo de sucesos, por lo que llama la atención que hasta ahora no lo hayan hecho, “porque abre el espacio a la especulación”.
Según Indepaz, en 2023 el Área Metropolitana de Barranquilla registró nueve masacres que dejaron un saldo de 30 personas muertas. En 2022, por su parte, hubo cinco, con 18 personas fallecidas en los ataques.
Sobre los hombres que participaron en el atentado del pasado jueves, aún no se tienen noticias. La Policía Metropolitana de Barranquilla solo publicó un cartel en el que se ven las imágenes de siete de estas personas, incluyendo a la mujer. En este se ofrece una recompensa de hasta 15 millones de pesos por información que permita la identificación de los individuos que dejaron las dos personas muertas y otro más, un paciente, con graves heridas. Jorge Luis Alfonso López tampoco se ha pronunciado, pero en la ciudadanía sigue creciendo el miedo por lo que ocurre en las calles barranquilleras.