Alejandro Char Chaljub es alcalde de Barranquilla por tercera vez.
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La nube gris sobre las finanzas de Barranquilla: el problema de tener deudas a otro nivel
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Dos evaluadoras de crédito advirtieron sobre la situación de la deuda pública de la ciudad. Alex Char, alcalde actual, anunció pretensiones de préstamos por 3 billones de pesos más.
Por: Rainiero Patiño M.
Con un gran despliegue, los medios locales aliados y el alcalde de Barranquilla, Alex Char, anunciaron en mayo pasado la aprobación de un presupuesto de 24 billones de pesos para los cuatro años de su tercer mandato en la ciudad.
“Histórico”, dijo el mandatario haciendo alusión a la cifra gigante y al listado de obras anunciadas. El fondo de la realidad financiera de la ciudad, sin embargo, no es tan entusiasta.
Como es costumbre en su discurso, en el que suele bautizar a sus proyectos y obras con nombres rimbombantes, Char denominó su plan para el periodo 2024 - 2027 como 'Barranquilla a Otro Nivel'. Proyecto que no solo fue aprobado, como ha pasado en los últimos años, sin mayor discusión crítica por el Concejo de la ciudad, sino que también fue aplaudido por los cabildantes.
La realidad de los números y las finanzas de Barranquilla es una pregunta con respuestas que ameritan revisar con cuidado. Es algo que ya han venido anunciando diferentes voces, desde economistas independientes hasta instituciones del sector. En palabras cortas, Barranquilla enfrenta algunos problemas de liquidez, una deuda muy alta y problemas para la financiación de futuras obras, según señalan los especialistas.
En los últimos meses, por ejemplo, Fitch Ratings y Moody's, dos de las más reputadas evaluadoras mundiales de crédito, llamaron la atención sobre la deuda pública de Barranquilla. Fitch Ratings publicó en mayo un informe en el que calificó de negativa la situación financiera de la ciudad y, al mismo tiempo, afirmó las calificaciones en BB, lo que se traduce en “un elevado riesgo de incumplimiento en relación con otros emisores u obligaciones en el mismo país”.
Estas clasificaciones significan “que existen potenciales presiones sobre el costo de financiamiento y las condiciones de plazo que podría acceder el distrito, dado que se observa que Barranquilla está por fuera de los límites locales de endeudamiento”. Es decir, la ciudad podría endeudarse a tasas más altas, con plazos de pago más difíciles que en la actualidad.
La evaluadora enfatizó en que la ciudad ha venido incrementando la deuda para financiar un plan de inversiones importante a partir de una variedad de fuentes y monedas. “Sin embargo, desde una perspectiva crediticia, la situación de los límites de deuda puede considerarse estructuralmente más débil, ya que supone una exposición mayor de incertidumbre tanto para el acceso al mercado como para el costo futuro de la deuda, lo que evidencia un debilitamiento del marco regulatorio específico del distrito en relación con sus pares”, explicó.
Esa condición actual de los números de Barranquilla, explicó Fitch, podría empeorar si no se toman las medidas necesarias. Según la información publicada, al cierre de 2023, Barranquilla registraba alrededor de 3 billones de pesos en deuda directa de largo plazo, compuesta por varios créditos con la banca comercial y de desarrollo, y emisiones de títulos de deuda en el mercado local. Estos créditos tienen tasa de interés variable y exposición moderada al riesgo cambiario (47 por ciento de su deuda directa de largo plazo es en euros y dólares estadounidenses), aunque cuentan con coberturas para protegerse ante variaciones cambiarias.
A ese peso sobre los dineros de la ciudad habría que sumarle que el plan de endeudamiento de la nueva administración Char incorpora pretensiones de préstamos por 3 billones de pesos más. “Por ello, los desembolsos de deuda para esta revisión incluidos en el escenario de calificación son: 650.000 millones en 2024; 750.000 millones en 2025; 750.000 millones en 2026; 750.000 en 2027, y 250.000 millones en 2028”, explicó Fitch Ratings.
El escenario de calificación contempla los desembolsos mencionados, así como créditos cuyo servicio de deuda está respaldado por rentas distritales y que son registrados por otras entidades descentralizadas como la Empresa de Desarrollo Urbano de Barranquilla y Región Caribe S.A. (Edubar) y Agencia Distrital de Infraestructura del Distrito de Barranquilla (ADI), que sumaron aproximadamente un billón de pesos al cierre de 2023.
"Un perfil limitado"
Moody’s, por su parte, destacó la fuerte recaudación de ingresos propios, que alcanzan el 40 por ciento de los ingresos totales y sus pasivos de pensiones manejables. Pero la evaluadora señaló que el perfil crediticio de Barranquilla se ve limitado por su gran gasto de capital para respaldar las necesidades sociales y de infraestructura, que obligan a la ciudad a aumentar sus necesidades de recursos por más del 10 por ciento de los ingresos totales, una elevada deuda y un elevado servicio de la deuda.
Un aspecto destacado por Moody’s es que la deuda neta directa e indirecta de Barranquilla representó más del ciento por ciento de los ingresos totales en 2023 y se espera que se mantenga cerca de este nivel en los próximos 12 a 18 meses.
En el análisis se establece que, según los anuncios hechos, la administración local planea refinanciar una importante cantidad de deuda. Entonces, del buen final de ese proceso depende que la deuda pueda ayudar a suavizar el perfil de amortización y reducir las presiones de liquidez.
La evaluadora le otorgó a Barranquilla una calificación de emisor de largo plazo ba1 BCA y Baa3; y señaló la posibilidad de que el Gobierno nacional tenga que entrar a respaldar a la ciudad financieramente.
“Esperamos que el servicio de la deuda represente alrededor del 13 - 14 por ciento de los ingresos totales hasta que se materialice el refinanciamiento de la deuda. La calificación Baa3 de Barranquilla refleja la combinación de su perfil crediticio independiente, como se refleja en su BCA de ba1, y nuestro supuesto de una fuerte probabilidad de apoyo extraordinario por parte del Gobierno colombiano en caso de que la entidad enfrente un estrés de liquidez agudo”, detalló Moody’s.
Fundesarrollo ya había alertado en noviembre del año pasado sobre el problema de los altos niveles de endeudamiento de la ciudad e hizo énfasis en que, por ejemplo, al cierre de 2022 el saldo per cápita de la deuda de la ciudad fue dos veces más grande que el de Bogotá. Lo que significa que cada habitante de Barranquilla debería aportar 2,2 millones de pesos para sanear la deuda vigente, cifra superior a lo observado en la capital del país, donde el saldo de deuda por habitante es la mitad que en Barranquilla (unmillón de pesos por bogotano).
Por esto, Fundesarrollo recomendó a la administración local ajustar el gasto público para evitar riesgo de insolvencia en los próximos cinco años; evaluar la conveniencia de aumentar los niveles de endeudamiento, dado el significativo incremento de 2022; y definir estrategias de financiación autónoma para las entidades descentralizadas como Edubar, Transmetro y ADI y atender su déficit operacional. Líneas que parece no fueron relevantes para la elaboración del nuevo plan de desarrollo de Char, que dejaría a Barranquilla con deudas a un verdadero otro nivel, que pondrían a estirar el bolsillo local.