Crédito: JEP
¿Por qué la JEP reconoció al resguardo Motilón Barí como víctima del conflicto?
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Niños y niñas indígenas del pueblo Barí fueron llevados a la guerra durante el conflicto armado. Se trata del tercer resguardo reconocido como víctima en el caso 07, que investiga el reclutamiento de menores.
Por: Redacción Cambio
El pueblo Barí se encuentra en la región de la Serranía de los Motilones, en el departamento de Norte de Santander. Su comunidad, cercana a la frontera con Venezuela, ha puesto decenas de víctimas del conflicto armado. Uno de los crímenes más crueles que sufrieron sus miembros fue el de reclutamiento forzado de niños y niñas. Por eso, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) reconoció el resguardo Motilón Barí como víctima del delito.
Diecisiete caciques y otras personas del pueblo se reunieron con la JEP en una audiencia entre el 22 y el 24 de abril en Cúcuta, Norte de Santander, para hablar del caso 07, que investiga el reclutamiento de menores en el conflicto. En ese espacio le contaron a la jurisdicción las afectaciones que la presencia de grupos armados tuvo en su comunidad y cultura.
“¿Dónde estará mi hijo? ¿Estará sufriendo? ¿Qué le estará pasando? Eso piensan las familias, queda ese vacío cuando se desvinculan del pueblo Barí. Los que fueron obligados a entrar en las filas, ya no volvieron”, dijo una de las mujeres del resguardo sobre la angustia de la desaparición de los niños y niñas para llevárselos a la guerra.
Tiempo atrás, Ashcayra Arabadora, representante del pueblo Barí, le había explicado a la Comisión de la Verdad que las compañías petroleras y la explotación minera fueron algunos de los causantes adicionales de conflicto en el territorio. Eso sí, aclaró que para el pueblo Barí el término “conflicto” no existe cultural y “cosmogónicamente”.
Lo anterior, sumado a la presencia de grupos armados -Farc y Ejército-, afectaron su acceso a espacios vitales y sagrados esenciales para el pueblo Barí. “Los sueños de los niños y niñas se apagaron”, dijeron ante la JEP, pues hubo una fractura en la transmisión de conocimientos tradicionales entre generaciones.
Con esto, el pueblo Barí se suma a los Hitnü y Koreguaje, también comunidades indígenas reconocidas como víctimas de reclutamiento de niños y niñas. En total, en el caso 07 hay 6.381 víctimas acreditadas, de las que 851 son individuales -61 por ciento mujeres y 39 hombres- y 5.530 son colectivas.