Benedetti provoca una honda fractura en el petrismo
19 Mayo 2025 07:05 pm

Benedetti provoca una honda fractura en el petrismo

Susana Muhamad, Jorge Rojas, Luis Carlos Reyes, Ángela María Buitrago.

Crédito: Colprensa

Antiguos y leales colaboradores del presidente expresan públicamente que creen en las acusaciones de la exministra Ángela María Buitrago contra el ministro del Interior. Mientras tanto, el Pacto Histórico realiza una reunión de precandidatos sin la presencia del hombre fuerte del Gobierno. Análisis.

Por: Armando Neira

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La presencia de Armando Benedetti en el Gobierno del presidente Gustavo Petro está causando profundas heridas en el Pacto Histórico, que ahora lo ve como una amenaza para la continuidad en el poder de cara a las elecciones de 2026. Se trata de una sorprendente paradoja, pues fue precisamente a él a quien el primer mandatario le otorgó plenos poderes, debido a su fama de hábil operador político, para que moviera los hilos necesarios durante el año que viene. Un propósito no solo puesto en duda, sino también cuestionado por sus métodos.

Esa tarde-noche, el presidente Petro, previendo una rebelión dentro de su gabinete ante el regreso del polémico Benedetti —quien volvía de una cómoda asignación diplomática ante la FAO en Roma, diseñada a su medida y de la que también tiene un escándalo revelado por el periodista Yohir Akerman en CAMBIO— ordenó que la reunión se transmitiera por todos los canales de televisión.

La situación tuvo un desenlace distinto al esperado. Varios ministros aprovecharon la circunstancia para expresar su malestar ante la audiencia por tener que compartir mesa con un político tradicional señalado por clientelismo, violencia de género y que había caído en paracaídas dentro del proyecto de izquierda.

Laura Sarabia, Gustavo Petro y Armando Benedetti
Laura Sarabia, ministra de Relaciones Exteriores, tiene demandado al ministro del Interior, Armando Benedetti. En una reciente rueda de prensa, en el Palacio de San Carlos, la sede de la Cancillería, en las carpetas que sostenían sus abogados se asomaban frases explícitas y legibles como “caso penal contra Armando Benedetti”, “violencia contra la mujer” y “enriquecimiento ilícito”. En la imagen, en un encuentro con el presidente Gustavo Petro. FOTO: Colprensa.

El presidente Petro, en lugar de dar marcha atrás, respaldó a Benedetti. Lo comparó con Jaime Bateman Cayón, una de las leyendas de la insurgencia armada en Colombia y fundador de la guerrilla del M-19, y les abrió la puerta de salida a quienes hasta ese momento eran considerados intocables, ya fuera por su ideario político, sus credenciales profesionales o porque acababan de ser nombrados.

El golpe a un viejo y leal amigo

Tal fue el caso de Jorge Rojas, director del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre), quien apenas llevaba cinco días en el cargo, funcionario consagrado, antiguo y leal defensor de Petro.

También renunció Juan David Correa, ministro de las Culturas, Artes y Saberes, quien argumentó que no podía liderar un cambio cultural en el país mientras colaboraba con alguien señalado por violencia de género, así como Alexander López, director del Departamento Nacional de Planeación, quien manifestó su respaldo a sus colegas mujeres.

Además, se produjo el distanciamiento de la vicepresidenta Francia Márquez, quien ha llegado al punto de decir que tiene dudas sobre salir a marchar para apoyar la consulta popular. No lo dice de forma explícita, pero se entiende como una crítica indirecta a los fracasos políticos de Benedetti en el Congreso, donde dejó hundir la consulta popular con una votación de 49 a 47.

Francia Márquez, vicepresidenta.
‘No sé si voy a salir a marchar’: vicepresidenta Francia Márquez, tras hundimiento de la consulta popular. Afirmó que su prioridad es concentrarse en gobernar y cumplir con sus funciones como vicepresidenta. Desde su pelea pública con Benedetti se ha alejado del Gobierno central. FOTO: Colprensa.

Aunque el Gobierno ha tratado de imponer el relato de fraude, poco a poco se ha demostrado que no fue así. Más bien, sorprende la falta de experiencia del ministro de la política, que no supo evitar que varios congresistas afines al Gobierno abandonaran el recinto o, inexplicablemente, desistieran de votar.

Los tres puntos claves

A esto se suman tres hechos más. En primer lugar, la salida de otra ministra: la de Justicia, Ángela María Buitrago, una de las funcionarias con mayor reputación, incluso en escenarios internacionales, quien afirma haberse marchado por presiones de Benedetti y de Angie Rodríguez, directora del Dapre.

A lo que Susana Muhamad respondió en la red social X (antes Twitter): “El perro más flaco... jajajaja ¡El chiste se cuenta solo! No merece una ministra de Estado este trato del jefe de gabinete y ministro del Interior del Gobierno”.

Jorge Rojas también escribió en X: “Yo le creo, señora ministra”, mensaje que fue compartido por Luis Carlos Reyes, exministro de Comercio. Este, incluso, añadió: “La exclusión de millones de colombianos y el incumplimiento de sus derechos como ciudadanos es el resultado de décadas de corrupción. Y no se pueden combatir los resultados de la corrupción con más corrupción”.

Reunión del Pacto Histórico
Para los analistas, la reunión de este lunes de varios dirigentes del Pacto Histórico sin Armando Benedetti es una demostración de la distancia que quiere empezar a mostrar en esta organización del ministro y hombre fuerte del Gobierno y hoy sacudido por varios escándalos. FOTO: Pacto Histórico. 

El segundo hecho está relacionado con los cabildos abiertos que desde este martes copan la agenda política. Benedetti se ha erigido como líder de estas audiencias públicas, aprovechando que juega de local. Hasta ahora se ha presentado en varios encuentros como defensor del pueblo y de las injusticias sociales. ¿Qué credibilidad puede tener un político profesional, involucrado en múltiples escándalos, para erigirse como adalid de la justicia?

Ángel Tuirán Sarmiento, docente de la Universidad del Norte de Barranquilla, señaló que, si bien la exministra de Justicia ha recibido apoyos de diversas figuras —entre ellas destacadas autoridades del gabinete—, es el presidente quien tiene la competencia para nombrar y destituir a sus ministros.

En ese sentido, dice el experto, Benedetti goza actualmente de la total confianza del presidente, al punto de haberle encomendado liderar los cabildos populares. “Por ello, aunque es controvertida su autoridad moral, la designación presidencial lo reviste de autoridad administrativa y política”, afirma. “Es muy probable que la mayoría de los comités territoriales trabajen bajo su guía”, augura.

El hombre que ya ni polariza

Víctor Solano, analista político, considera lo contrario: “Estamos llegando a un punto en que la figura de Armando Benedetti ni siquiera polariza. En el centro y en la derecha está claro desde hace tiempo que Benedetti representa lo peor de las malas prácticas políticas”.

Para este experto, ahora también algunos actores emblemáticos de la izquierda, más técnicos que políticos, y que han sido alfiles del presidente Petro, tampoco reconocen la legitimidad de Benedetti, la cual no se alcanza ni siquiera con los cargos.

Armando Benedetti y María José Pizarro
Armando Benedetti y María José Pizarro durante la sesión en el Senado en el que se negó la Consulta Popular. FOTO: Colprensa.

Esto hace que muchos colombianos del ‘país político’ y del ‘país nacional’, parafraseando al caudillo Jorge Eliécer Gaitán, vean en Benedetti a un personaje que no ofrece garantías de transparencia dentro del Gobierno. De ahí que se ponga en duda que los cabildos populares bajo su orientación logren el resultado esperado por la Casa de Nariño.

Sin embargo, desde su perspectiva, subraya que los cabildos no tienen cabida legal en este contexto. “Están siendo utilizados por su valor simbólico”, recuerda.

De dónde vienen los cabildos

Y se remonta a la época colonial, cuando, ante la falta de mecanismos democráticos, se convocaba a los miembros más representativos de la sociedad para abrir cabildos de discusión.

La Constitución de 1991, en su artículo 103, los retoma y los desarrolla en el artículo 22 de la Ley 1757 de 2015 como mecanismos para que, cuando el 0,05 por ciento del censo electoral (municipal o departamental) así lo solicite, se puedan abrir sesiones de los concejos o asambleas para oír a la ciudadanía.

Pero es claro que estos mecanismos son consultivos, deliberativos y no vinculantes. Atienden asuntos locales y están estrictamente reglados. Por eso, para Cifuentes, el presidente busca emular lo sucedido el 20 de julio de 1810, cuando se declaró cabildo abierto en Bogotá tras el incidente del florero de Llorente y se proclamó la independencia (que no llegó sino hasta agosto de 1819), lo cual provoca enorme ruido político, pero en la práctica no conduce a nada.

Gustavo Petro
El presidente Gustavo Petro con la espada del Libertador Simón Bolívar en las manifestaciones del primero de mayo. FOTO: Colprensa

En efecto, referirse ahora a la figura de los cabildos es una interpretación muy frágil de lo que establece la Constitución y la ley. Su activación es de iniciativa ciudadana y no puede ser convocada por autoridades públicas, por lo que no tiene sustento ni efecto práctico.

Es en este escenario en el que Benedetti intenta levantarse después de su fracaso en el Congreso con la consulta popular. ¿Qué se puede decir? ¿Cuál es el costo que el alto Gobierno está dispuesto a pagar por mantener a una figura que contradice por completo el marco axiológico del progresismo? La oposición de derecha ha aprovechado la circunstancia para divulgar memes con el rostro de Benedetti como si fuera el Che Guevara para cuestionar si este es el nuevo adalid de la revolución de izquierda. 

Lejos del antiguo núcleo petrista

Proveniente de la política tradicional, investigado por prácticas cuestionables y alejado del antiguo núcleo petrista, su presencia ya ha cobrado varias cabezas, todas del círculo ideológico más cercano al presidente.

Ese costo solo se explica por el afán de pensar en la campaña de 2026, en la que se cree que el Pacto Histórico no podrá llegar solo y deberá aliarse con sectores más tradicionales de la política. Un pacto con el diablo que ha sacrificado a los alfiles más leales del presidente, quien, hasta ahora, parece estar dispuesto a pagar dicho precio.

Pero eso no es todo. El cuarto hecho es que la brecha dentro del Pacto Histórico va en aumento. Así lo señala el analista Carlos Arias, quien pone como ejemplo la reciente reunión del movimiento en la que todos los asistentes publicaron una foto grupal. En ella aparecen líderes que dicen enarbolar las banderas del cambio de manera transparente.

Armando Benedetti
Armando Benedetti con la espada del Libertador Simón Bolívar. FOTO: X de Armando Benedetti.

Como dice el dicho, una imagen vale más que mil palabras. Y un gesto como este, sumado a lo ya mencionado, representa un mensaje implícito de inconformidad. No solo hacia Benedetti, sino hacia la opinión pública, indicando que el Pacto son ellos, no Benedetti. Por eso puede decirse que es una forma de advertir al presidente, sin hacerlo directamente, que su respaldo al ministro está generando una fractura honda y de consecuencias imprevisibles.

El respaldo a una ministra

Además, los mensajes que circulan en redes sociales respaldando a la ministra Buitrago confirman que Benedetti ha hecho injerencia en el Gobierno no solo ahora como ministro, sino desde otras esferas, incluso cuando era embajador en Venezuela y luego en Roma. Todos esos actores políticos que aparecen en la fotografía —incluso algunos que no se han manifestado públicamente— están en desacuerdo con Benedetti.

Y es que hay un elemento de peso en esta historia que, aunque no se menciona directamente, no es un detalle marginal. Se trata de un respaldo sonoro a Ángela María Buitrago, quien no es cualquier ministra: fue fiscal, y por su formación jurídica no se atrevería a hacer un señalamiento de esa magnitud sin contar con pruebas.

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