Bukele celebra falso año sin muertes en El Salvador: son 365 días no consecutivos
Crédito: Reuters
El presidente de El Salvador celebra que se cumplen 365 días sin muertes violentas. Sin embargo, su afirmación es engañosa, según Human Rights Watch.
Por: Juan Pablo Vásquez
Diferentes medios de comunicación de América Latina registraron que, según anunció Nayib Bukele, pronto se cumplirá un año sin homicidios en El Salvador. El presidente de la nación centroamericana compartió el logro en su cuenta de Twitter y adjuntó una gráfica elaborada por la propia policía salvadoreña. Al momento de publicar este artículo, el trino contaba con más de 1,6 millones de reproducciones en la red social.
La aparente mejora en seguridad confluye con una sistemática violación de derechos humanos perpetrada por el propio gobierno, según han reportado organizaciones de derechos humanos. CAMBIO conversó con Juan Pappier, subdirector en funciones de la División de las Américas de Human Rights Watch (HRW), quien advirtió que Bukele no es del todo honesto con los números que publica y celebra.
“La cifra que presenta el presidente es engañosa por dos razones. Primero, no se trata de un año sin homicidios, sino que se trataría de, supuestamente, 365 días no consecutivos durante su gobierno en los cuales no se han cometido homicidios. Segundo, hay muchas dudas sobre la forma en la que se están contabilizando los homicidios en El Salvador porque el gobierno ha cambiado las metodologías de conteo, ha restringido el acceso a esta información pública y hay denuncias creíbles de manipulación de las cifras de homicidios en El Salvador”, explicó.
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Agregó que, aunque se presenta una presunta mejoría en seguridad, no se pueden dejar de lado los atropellos en contra de la población civil y recalca que se cumplen casi 14 meses desde que el gobierno salvadoreño decretó, el cual congeló las garantías constitucionales de la ciudadanía.
“Hemos documentado violaciones generalizadas, que fueron cometidas durante el régimen de excepción, que no son casos aislados, sino abusos cometidos por la Policía y la Fuerza Armada en todos los 14 departamentos de El Salvador. Estamos hablando de detenciones arbitrarias de personas que nada tienen que ver con las pandillas, desapariciones forzosas, torturas y violaciones masivas al debido proceso. Las organizaciones locales de derechos humanos contabilizan más de 150 personas que han muerto en las cárceles, luego de haber sido detenidas durante el régimen de excepción que ya lleva un año”, precisó.
En el último año, 67.000 salvadoreños han sido detenidos, lo que equivale a casi el 1 por ciento de la población del país. Entre los detenidos, según ha denunciado HRW, hay menores de edad y otras personas a las que hasta ahora no se les ha notificado cuáles son los delitos que se les atribuyen.
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Bukele, producto de exportación
Desde su llegada al poder en junio de 2019, Bukele ha centrado sus esfuerzos en reforzar la seguridad del país, afectada desde hace varias décadas por la propagación de las pandillas, y proyectar su estrategia a nivel internacional. En redes sociales y noticieros de todo el mundo, durante febrero y marzo, se reprodujeron videos del Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) que construyó su administración en tiempo récord y tiene capacidad para 40.000 prisioneros. Las imágenes de miles de pandilleros corriendo con la cabeza agachada, organizados en filas, usando solo ropa interior y bajo la vigilancia de los guardias se viralizó. Para muchos latinoamericanos, el presidente de El Salvador es el nuevo paradigma de la derecha en la región.
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En Colombia, por ejemplo, muchos aplauden su gestión. Cuando aún tanteaba el terreno ante una posible candidatura presidencial, Rodolfo Hernández aplaudía los logros de Bukele y aseguraba que no era un líder “populista” sino popular. María Fernanda Cabal, senadora del Centro Democrático afirmó ante los micrófonos de W Radio que el mandatario centroamericano “devolvió la esperanza” a su país y comparó sus logros con los que obtuvo Álvaro Uribe entre 2002 y 2010. Y la más reciente declaración de admiración vino por parte del abogado uribista Jaime Arizabaleta, quien anunció que aspirará a la Alcaldía de Cali y prometió importar a la ciudad el modelo de seguridad que implementó Bukele.
Un sondeo realizado en El Salvador reveló que la aprobación de su presidente llega al 91 por ciento. En las pasadas elecciones legislativas, hace dos años, los partidos que lo apoyan consiguieron el 76 por ciento de los escaños y sirvió como revalidación del triunfo que lo llevó a la presidencia en 2019, cuando ganó con el 53 por ciento de los votos. Pese a las críticas que le han llovido desde su llegada al gobierno, especialmente desde el exterior, Bukele ahora parece respirar más tranquilo con la aparición de una vertiente ideológica que lo defiende e, incluso, lo tiene cómo un faro guía.