Los Comunes en su laberinto: ¿cómo evitar que su participación política tenga fecha de vencimiento?

De izquierda a derecha: Sandra Ramírez, Pablo Catatumbo, Rodrigo Londoño y Julián Gallo, integrantes de Comunes.

Crédito: Fotoilustración de Yamith Mariño

8 Diciembre 2024 03:12 am

Los Comunes en su laberinto: ¿cómo evitar que su participación política tenga fecha de vencimiento?

El reloj corre en contra del Partido Comunes. En menos de un año y medio, tendrán que medirse en las urnas sin las ventajas que les dio el Acuerdo de La Habana. Los históricos de votación vaticinan un cataclismo político que podría derivar en la pérdida de la personería jurídica. ¿Hay una luz al final del túnel?

Por: Claudia M. Quintero y Andrés Mateo Muñoz

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“Cuando me dijeron que iba a ser congresista no sabía dónde meterme. ¿Qué iba a hacer allá?”. Así recuerda la senadora Sandra Ramírez sus primeros momentos en el Capitolio con la bandera del Partido Comunes. Después de 34 años combatiendo en el monte con un fusil al hombro, debía sentarse en una curul, frente a un micrófono, en un recinto en donde se toman las decisiones más importantes del país. Se había alzado en armas buscando participación política y ahora no sabía cómo manejar su nueva investidura. 

Llevaba el peso de décadas de guerra e ilegalidad. Ese 20 de julio de 2018 pisó un lugar que nunca pensó conocer. “Fue como el primer día de colegio. No sabíamos en dónde quedaban las comisiones”, agrega. Hoy el futuro de Comunes es incierto. La colectividad se juega meses definitivos para sobrevivir y en la baraja tiene varias opciones.

La respuesta a la pregunta de si a Comunes le alcanzará el capital político para sobrevivir por sí solo en las próximas elecciones es clara: se trata de una posibilidad cada día más remota. Según la Fundación Ideas para la Paz, en las elecciones legislativas de 2022 Comunes obtuvo 38,5 por ciento menos de votos que en 2018. Caso similar a los comicios regionales de 2023, cuando el partido de los exFarc perdió el 85,72 por ciento del total de votos que había alcanzado en 2019.

La tendencia, pues, es implacable. En 2026, cuando tengan que medirse a voto limpio sin la garantía de diez curules que les dio el Acuerdo de La Habana durante ocho años, Comunes estaría por debajo del umbral que les garantiza la personería jurídica. Sin duda un cierre paradójico para un proceso en el que tocaron la puerta del sistema político durante 60 años. Pero al final, no supieron ni pudieron convertirse en lo que soñaron. 

La situación se hizo más apremiante en los últimos días con el hundimiento de una modificación de la reforma política, que pintaba como un salvavidas para Comunes. En el tercer debate de la iniciativa se cayó la propuesta de permitir al Consejo Nacional Electoral (CNE) reconocer personería a organizaciones políticas que demostrasen una base de afiliados compuesta por al menos el 0,2 por ciento del censo electoral nacional. Es decir, sin depender exclusivamente de la votación.

Aunque la idea puede revivir en los próximos debates, fue un campanazo del poco ambiente político que hay en el Legislativo para auxiliar a los representantes de los firmantes de paz. 

La representación política de los firmantes en el Congreso: “Si el país la pierde, llegan otros intereses” 

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Reunión entre el presidente Gustavo Petro e integrantes de Comunes. Foto: Presidencia. 

La posibilidad de perder la personería jurídica es algo que los militantes de Comunes conocen bien y, de cierto modo, es un escenario para el que se están preparando. Así lo explica un militante que pidió no ser identificado: “Duramos tanto en el monte, luchando contra todo. Una personería jurídica no nos va a frenar”, aseguró.

La senadora Ramírez también reconoce que la pérdida de la personería es una posibilidad, pero ello no implica la desaparición de Comunes del espectro político. “Comunes sigue. Es un proyecto político. Es un escenario que llegó para quedarse en nuestro país. Sea con personería o sin personería seguiremos trabajando porque tenemos en nuestras manos el acuerdo que se firmó”, dijo la congresista.

Otros integrantes del partido coinciden con ella. Insisten en que, si pierden la representación en el Congreso o la personería, seguirán haciendo política sin armas. Sin embargo, dicen que el país perdería la oportunidad de tener a quienes conocen el conflicto en los lugares donde pueden tomarse las decisiones para llegar a la paz.

Así lo cree Pastor Alape, uno de los antiguos líderes de las extintas guerrillas de las Farc y actual delegado de Comunes en el Consejo Nacional de Reincorporación (CNR). “El país pierde porque quienes se han dedicado a la implementación del Acuerdo en toda su normativa no estarían ahí representados y llegarían otros intereses que no facilitan el desmonte de la violencia histórica”, aseguró. El excomandante se lanzó a la Alcaldía de Puerto Berrio (Antioquia) en 2023, “el pueblo en el que nació aprendió a escribir y creció”. 

A  Alape no le alcanzaron los votos para llegar a la Alcaldía, pero –según dijo– logró ganarse el corazón de 1.500 personas de su municipio, que hasta 2022 tenía más de 40.000 habitantes, de acuerdo con el Dane. 

“Mi experiencia de participación electoral en mi pueblo después de 40 años sin haber regresado y con todo el pasado de la guerra es muy positiva. Nos permitió una especie de plebiscito en nuestro regreso. Fue una campaña que nos demostró que los pueblos que han sufrido la violencia son los que tienen el mayor anhelo de superarla”, aseguró. 

Alape, y en general los integrantes de Comunes, son conscientes de que llevan sobre sus hombros el peso de la guerra y saben que el riesgo de no alcanzar los votos para tener representación en el Congreso es fruto de su pasado y de los daños que ha dejado sobre la ciudadanía un conflicto de más de 60 años.

De hecho, las más recientes encuestas de Invamer ya no miden la intención de voto por Comunes, en tanto que sus parlamentarios no aparecen entre los congresistas más reconocidos en la encuesta de Cifras y Conceptos: la guerra pesa y no da votos. 

Como lo explicó Luis Fernando Trejos, investigador sobre conflicto y profesor de la Universidad del Norte, “se pone sobre la mesa la supuesta ‘legitimidad’ social de la lucha armada, ya que salvo muy pocas excepciones no ha logrado traducirse en respaldo político electoral de largo aliento”.

Sin embargo, Comunes insiste en que su representación política en esos espacios donde se hacen leyes y se toman decisiones es clave; aunque no tengan la experiencia parlamentaria de Clara López o el bagaje político de Efraín Cepeda, conocer el conflicto les da autoridad para poner sobre la mesa salidas y avanzar en la implementación de lo acordado. 

“La presencia nuestra en el Congreso es parte de esa implementación, que podamos estar allí en los proyectos que desarrollan el Acuerdo. Somos una voz importante en esas discusiones”, dijo el congresista Julián Gallo, quien militó en las extintas Farc por más de 39 años y ahora hace parte de la Comisión Primera del Senado gracias a lo firmado en La Habana. 

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Sandra Ramírez, senadora del partido Comunes. Foto: Colprensa. 

Además, para la senadora Ramírez, el componente de estigmatización ha cumplido un papel fundamental en el poco éxito electoral de Comunes: “Hemos padecido unos discursos de odio impresionantes. La estigmatización hace muchísimo daño y las fuerzas de derecha saben por qué lo hacen”.

Ramírez también reconoce que se han hecho ejercicios de autocrítica dentro del partido. “Nos ha faltado hacer incidencia, llegar más a las comunidades. Nos ha faltado entender más a la sociedad, nos faltó entender más el momento (...) tal vez debimos esperar un poco más antes de aceptar las curules. Esperar que el país estuviera preparado”, dijo la congresista. 

Otro militante aseguró que “no podíamos esperar que a la gente le diera amnesia. En la guerra se cometieron errores y se necesita un periodo de transición que tomará unas dos décadas”.

Los caminos para salir del túnel: ¿fusión, coalición o recurso jurídico? 

Con las pocas posibilidades en la reforma política que impulsa el Gobierno, a Comunes le quedan pocas opciones para lograr una participación numerosa o, por lo menos, de los diez representantes que hoy tienen garantizados en el Congreso. Eso es claro y ellos mismos lo reconocen.

Para Luis Fernando Trejos, el camino más realista para esta colectividad es fusionarse. ¿Con quiénes? Con algún partido de la coalición de Gobierno. Por un lado, porque “con ellos comparten afinidades ideológicas y le pueden garantizar la continuidad de su proyecto político con una plataforma más amplía y con otra marca”. 

El problema es que fusionarse implica perder su personería jurídica. Es decir, su camiseta, los recursos que reciben por funcionamiento y la posibilidad de seguir entregando avales. 

En el Pacto los reciben con los brazos abiertos, pero con reglas claras: si se unen, tienen que saber que no todos podrán seguir en el Congreso. El representante Heráclito Landinez, del Pacto, le dijo a este medio que si se juntan a la coalición de Gobierno –que también le apuesta a llegar como partido unitario a 2026–44, tendrían que someterse a los estatutos del partido. “Deberán someterse a unas elecciones primarias para elegir los nombres; listas paritarias y con alternancia hombre y mujer”, aseguró. 

¿Qué tan dispuestos están a perder su camiseta? Parece que poco, porque el senador Julián Gallo enfatizó en que es posible que Comunes llegue a las elecciones de 2026 unido a otros sectores de izquierda, pero en coalición. En otras palabras, no quieren perder su personería. 

Así, una de las opciones más claras es Unitarios, una agrupación que se lanzó este miércoles 4 de diciembre, y en la que figuran 11 organizaciones que buscan fortalecer el progresismo, como lo definió la senadora Clara López, que hace parte de la coalición del Pacto Histórico. 

Se trata de una alternativa a la coalición de Gobierno en la que están colectividades como el Partido Revolucionario de Colombia, Todos somos Colombia, Sí Podemos, el Partido Ecologista, Liberales de Base, entre otros. Según el senador Julián Gallo, todos coinciden en que si bien le apuestan al progresismo, no quieren unirse en un partido único que los recoja a todos. 

“Es posible que Comunes vaya a las elecciones de 2026 en una amplia alianza de distintos sectores de izquierda, democráticos y progresistas, que garanticen que esa coalición obtenga representación parlamentaria y, por lo tanto, se mantenga la personería jurídica de los partidos que estamos allí”, dijo Gallo en diálogo con CAMBIO. 

Otro camino más incierto, pero que no se descarta, es apelar a un recurso jurídico, como lo hizo en el pasado el Nuevo Liberalismo. Como lo describe la fundación Pares, Juan Manuel y Carlos Fernando Galán (hijos de Luis Carlos Galán, fundador del partido y quien fue asesinado cuando era candidato presidencial) le pidieron al Consejo Nacional Electoral (CNE) la personería jurídica, con el argumento de que el movimiento había desaparecido por causa directa de la violencia.

Ese recurso ya lo había utilizado antes la Unión Patriótica (UP), con el argumento de que sus integrantes fueron víctimas de un exterminio a manos de grupos paramilitares. Aunque a la UP sí le entregaron la personería, el CNE le negó esa solicitud al Nuevo Liberalismo. Los hijos de Galán no se quedaron con esa respuesta y llevaron el caso hasta la Corte Constitucional, tribunal que sí le entregó la personería a la colectividad que hoy le apuesta a ser una opción de centro para 2026. 

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Excombatientes de la antigua Farc y miembros del Partido Comunes, se manifestaron en la Fiscalía. Exigían prontitud en las investigaciones de los firmantes asesinados desde que se firmó el Acuerdo. Foto: Colprensa. 

Comunes no tiene muy clara esa apuesta, pero no la descarta. El senador Julián Gallo aseguró que su argumento se centraría en que la participación política fue un punto esencial del Acuerdo de Paz y en los últimos años el Estado ha incumplido: “durante cuatro años no se implementó el acuerdo, sufrimos la estigmatización por parte del gobierno de turno y si a eso le sumamos el asesinato de más de 440 compañeros a día del 5 de diciembre de 2024. Todos esos son incumplimientos por parte del Estado que han impedido la consolidación”. 

Así, Comunes quiere seguir en el Congreso, pero también mantener su personería jurídica. Quedarse con las dos cosas en este punto es bastante improbable. Si en la reforma política no se logra la modificación que quiere el Gobierno y en la que insistirán los ponentes, Comunes tendrá que decidir si se quedan con personería o si le apuestan a tener asientos en el Legislativo. 

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