Los riesgos del viaje de Petro a China en plena guerra arancelaria
10 Mayo 2025 10:05 am

Los riesgos del viaje de Petro a China en plena guerra arancelaria

Gustavo Petro y Donald Trump.

Crédito: Colprensa - Reuters - CAMBIO

Ante la mirada de un imprevisible Donald Trump, el presidente de Colombia arriba a ese país con el propósito de avanzar en la adhesión a la Ruta de la Seda, estrategia económica y geopolítica emprendida por el gigante asiático para expandir su presencia en el mundo. Análisis.

Por: Armando Neira

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Hay consenso en que Colombia necesita —y tiene el derecho legítimo— a buscar nuevos mercados. En un mundo tan globalizado como competitivo, el país debe abrir nuevas puertas de oportunidades comerciales. ¿Y puede haber una nación tan atractiva como China, con una población de 1.425 millones de personas y con conglomerados urbanos como Shanghái (25 millones), Pekín (22 millones), Cantón (19 millones) y Shenzhen (17 millones)?

La respuesta para cualquier inversionista es no. De hecho, en los lujosos centros comerciales de estas ciudades, las marcas McDonald’s, Starbucks, Chanel, Louis Vuitton, Gucci o Christian Dior se disputan las mejores vitrinas. China encabeza la lista de los países donde más se venden los iPhone. La imagen de Mao Tse Tung, el líder marxista leninista que inspiró la revolución está en los billetes, pero sus herederos son ávidos consumidores.

La discusión, entonces, gira en torno a si este es el momento oportuno. ¿Por qué?  Al frente del que sigue siendo su principal socio comercial —Estados Unidos— está el presidente Donald Trump, tan imprevisible como reactivo, quien, por si fuera poco, libra en estos días una guerra arancelaria sin precedentes contra China. Ese es el dilema. El palo no está para cucharas.

Aunque Petro llega a Pekín investido con la presidencia pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), afirma que defenderá los derechos de Colombia, de igual a igual, ante Xi Jinping, en el encuentro que sostendrán en el Gran Palacio del Pueblo.

“Voy a ir a firmar la Ruta de la Seda, su carta de intención. Vamos a hablar de tú a tú, no voy a arrodillarme. Plantearemos problemas vigentes: ¿por qué China tiene un superávit comercial y nosotros un déficit de 14.000 millones de dólares anuales? Eso nos lleva a la pobreza, y no quiero que la relación comercial con China contribuya a nuestra pobreza”, aseguró Petro.

“Colombia es libre de hablar con China. ¿Qué daño nos ha hecho China? ¿Acaso nos ha invadido, nos quitó Panamá? ¿Quién nos quitó Panamá? ¿Quién desbarató la Gran Colombia? Entonces, ¿no puedo dialogar con un país porque está ganando terreno comercial frente a otro, incluso si se trata de Estados Unidos?”, preguntó el jefe del Estado.

Mostrada de dientes de parte y parte

El viaje ocurre en un contexto especialmente tenso, marcado por la mostrada de dientes de parte y parte. Mauricio Claver-Carone, enviado especial del Departamento de Estado de Estados Unidos para América Latina, advirtió que este acercamiento podría tener implicaciones para el comercio colombiano. “El viaje del presidente Gustavo Petro a China es una oportunidad para las rosas de Ecuador y el café centroamericano”.

Xi y Petro
Encuentro entre los presidentes Gustavo Petro y Xi Jinping en Pekín, octubre de 2023. FOTO: Mauricio Vélez - Presidencia de la República

La respuesta inmediata vino del ministro del Interior, Armando Benedetti: “Es una amenaza y va contra la autonomía y la independencia del Gobierno nacional y de los colombianos. Eso no se le hace a ningún país amigo ni vecino. Colombia quiere tener buenas relaciones con Estados Unidos, con este y con los demás pueblos, pero siempre sobre la base del respeto; y lo dicho no lo demuestra”.

Se podría pensar que hay una ventaja en esta ocasión porque Petro no irá solo: en Pekín se celebra la cuarta reunión de ministros de Exteriores del Foro CELAC-China, y llegará acompañado del brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y del chileno Gabriel Boric. “América Latina debe abrirse al mundo. Dialogará con China y con la Unión Europea”, asegura Petro.

El presidente Petro, sin embargo, también es autónomo para buscar lo mejor para su país. Y es evidente que las oportunidades para Colombia son significativas. Un informe de ProColombia responde a la pregunta de cómo podría impactar el acuerdo de la Ruta de la Seda en el comercio.

La adhesión de Colombia tendría un impacto notable no solo en el comercio, sino también en sectores clave como la inversión y el turismo, dice. Esta iniciativa busca promover una mayor conectividad global mediante el desarrollo de infraestructura, la apertura de rutas comerciales más eficientes y la reducción de barreras comerciales, explica.

Para Colombia, esto podría traducirse en una expansión de sus exportaciones no minero-energéticas, como el café, el aguacate Hass y la carne bovina, productos que ya muestran un crecimiento destacado, dice la entidad.

Además, agrega que esta adhesión fortalecería y agilizaría los diferentes procesos de admisibilidad en curso, como los del limón Tahití, la carne aviar y la carne porcina, abriendo mayores oportunidades para el sector agroindustrial. También se espera una mayor participación de empresas chinas en proyectos estructurados dentro de las apuestas productivas del país, así como un incremento en la inversión extranjera directa.

China en el corazón de Bogotá

Atrás quedaron los tiempos en los que China era vista como un país exótico y lejano. Hoy, la principal obra de infraestructura que se realiza en Colombia, el metro de Bogotá, está siendo construida por empresas de ese gigante.

Y es que, a través de la Ruta de la Seda, los fondos chinos han financiado grandes proyectos de infraestructura en todo el mundo. Según el Foro Económico Mundial, estos incluyen desde la construcción o mejora de carreteras hasta puertos, ferrocarriles, oleoductos y otras infraestructuras relacionadas con el comercio.

Xi y Petro
“Voy a ir a firmar la Ruta de la Seda, su carta de intención. Vamos a hablar de tú a tú, no voy a arrodillarme. Plantearemos problemas vigentes: ¿por qué China tiene un superávit comercial y nosotros un déficit de 14.000 millones de dólares anuales? Eso nos lleva a la pobreza, y no quiero que la relación comercial con China contribuya a nuestra pobreza”, aseguró Petro. FOTO: Mauricio Vélez - Presidencia de la República.

“En términos concretos, la adhesión a la Ruta de la Seda podría significar para Colombia acceso a infraestructura estratégica (como vías férreas, puertos, aeropuertos y sistemas de transporte urbano)”, señala un documento de la Cámara Colombo-China.

El presidente Petro afirma que hay que buscar que las relaciones comerciales sean benéficas para ambos países. El intercambio alcanza unos 17.000 millones de dólares al año, aunque con desequilibrios evidentes: en 2024, Colombia exportó apenas 2.377 millones de dólares e importó 15.936 millones, lo que generó una balanza comercial negativa de más de 13.500 millones. En contraste, las exportaciones a Estados Unidos (14.337 millones) prácticamente compensan ese déficit.

El gran desafío

María Claudia Lacouture, presidenta de la Cámara de Comercio Colombo Americana (AmCham Colombia) y de la alianza de gremios Aliadas, afirma: “Colombia tiene toda la potestad soberana de decidir cuáles son esos fortalecimientos y alianzas con otros países, sin lugar a duda”.

Pero insiste en que es importante que, dentro de ese análisis, haya equilibrio y reciprocidad en la negociación. En el caso particular de este viaje, pregunta: ¿qué va a beneficiar a Colombia? ¿Qué nos dará un beneficio mutuo? ¿Cuál es esa política exterior que permitirá obtener beneficios reales y no solo generar nuevas preocupaciones?

Lacouture pide al presidente Petro prudencia para no alterar a Trump, pero al mismo tiempo vehemencia con Xi Jinping. Ese es el gran desafío. Para ella, la apertura sin exigencias de reciprocidad ha generado un efecto desequilibrado: más importaciones que exportaciones, lo cual fortalece la capacidad productiva de países como China, mientras debilita la industria nacional. La política comercial no puede ser ingenua; debe estar al servicio del empleo, la industria y el bienestar nacional, asegura.

Y recuerda que no se puede ignorar que tanto demócratas como republicanos en Estados Unidos —y en particular Trump— consideran la expansión de China en América Latina como una amenaza a la seguridad nacional.

Gustavo Petro y Donald Trump
 “América Latina debe abrirse al mundo. Dialogará con China y con la Unión Europea”, asegura Petro. Entre tanto, se espera la reacción de Donald Trump.

Al tratarse como un asunto de seguridad, las respuestas institucionales de Estados Unidos pueden ampararse en leyes como la IEEPA, que habilitan sanciones, como las que Trump puso sobre la mesa el pasado 26 de enero en reacción a los sorprendentes trinos de Petro en una madrugada que nadie olvida.

¿Cuáles son los otros temores? 

Hay inquietud, además, porque al suscribir la Ruta de la Seda, Colombia podría quedar expuesta a los intereses estratégicos del gigante asiático. Es tanto el temor que Petro ya visitó a Xi Jinping en octubre de 2023 y, en ese momento, optó por no firmar nada.

Eso lo sabe la ministra de Relaciones Exteriores, Laura Sarabia, quien afirma: “Estados Unidos debe seguir siendo un socio estratégico y comercial para Colombia, y a eso seguiremos apostándole. Pero eso no significa que Colombia no pueda mirar hacia otros escenarios”.

Su opinión fue dada después de que el presidente Petro la desautorizara por haber convocado la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores, en la cual se intercambiarían opiniones sobre tan riesgoso viaje.

Aunque no hubo reunión, se conocieron algunas opiniones que reflejan la dificultad para lograr una postura unificada frente al tema. “Mi gobierno nunca estuvo de acuerdo con suscribir a Colombia en esa iniciativa”, manifestó el expresidente Iván Duque (2018–2022). “Podría no solo fracturar y hacer añicos 200 años de relación con Estados Unidos, sino poner en grave situación los intereses de nuestro país.”

Por el contrario, Ernesto Samper (1994–1998) señaló: “El viaje de Petro es una oportunidad histórica para que nuestro país ingrese a la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI), que busca aumentar el comercio, las inversiones, la financiación y la cooperación entre China, Asia y el resto del mundo”.

El ejemplo de Panamá

Las consecuencias en caso de una molestia de Trump están a la vuelta de la esquina. Panamá se retiró de la Franja y la Ruta en febrero debido a la presión del republicano para limitar la influencia china en el Canal de Panamá.

El asunto es cómo hacer negocios y abrir puertas sin molestar a Estados Unidos, un país que en este momento cierra las suyas a las exportaciones colombianas. “No podemos meterle ideología a las relaciones internacionales”, dice Samper. Las relaciones económicas deben gestionarse con pragmatismo.

Y China está diciendo bienvenidos. Aunque hay quienes creen que de eso tan bueno no dan tanto. “A China le interesan sus exportaciones, pero no está claro qué ganamos nosotros con esta iniciativa. El país asiático compra básicamente materias primas: petróleo, carbón, ferroníquel” dice Javier Díaz, presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex). “Habría que revisar qué están dispuestos a adquirir. Por ejemplo, el café paga arancel, y no sabemos cuál será el tratamiento futuro”.

El temor no es exclusivo de varios de los empresarios colombianos, sino que se ha propagado por toda la región. La Asociación de Industriales Latinoamericanos y otros gremios emitieron un comunicado conjunto en el que expresan su preocupación: “Consideramos altamente inconveniente en este momento el encuentro entre los gobiernos de los países miembros de la CELAC con la República Popular de China. Esta reunión podría ser malinterpretada y generar tensiones innecesarias.”

“Reconociendo la enorme importancia que tiene para nuestras economías la relación con Estados Unidos, consideramos absolutamente inoportuno que, en este momento de gran incertidumbre, se envíen señales equivocadas que podrían afectar severamente a los países miembros de la CELAC, ya que la mayoría busca negociaciones con ese país para reducir aranceles y obtener resultados positivos en el menor tiempo posible”, se lee en el comunicado.

Una oferta tentadora

Sin embargo, el presidente Petro también sabe que esta es una ventana difícil de cerrar. La Franja y la Ruta de la Seda, un ambicioso proyecto económico que evoca la antigua Ruta de la Seda, busca fortalecer los vínculos con el resto del mundo a través de dos grandes rutas comerciales: una marítima y otra terrestre, ya ha resultado en mejoras notables para varios países del Pacífico.

Mientras que Perú inauguró el más moderno puerto de su historia con participación china, muchas poblaciones de este litoral en Colombia ni siquiera tienen agua potable.

Por eso, otros ya han firmado. En la actualidad, más de 140 países integran la iniciativa. Cuando el entonces secretario de Estado Antony Blinken visitó al presidente chino, Xi Jinping, en el Gran Salón del Pueblo en Pekín, para preguntarle qué buscaba con esta iniciativa su anfitrión le dijo: “La Tierra es lo suficientemente grande como para que China y Estados Unidas puedan desarrollarse juntas y prosperar por separado.”
 

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