¿Qué tiene que ver Lucho Herrera con la desaparición y homicidio de cuatro campesinos?

En los últimos días se conoció que un juzgado emitió un fallo para que Lucho Herrera, leyenda del ciclismo colombiano, sea investigado por la desaparición y homicidio de cuatro campesinos vecinos del deportista en Fusagasugá, de quienes no se sabe nada desde el 23 de octubre de 2002.

Según la decisión judicial, revelada por Noticias Uno, tres exparamilitares aseguraron que Herrera acordó con un grupo armado la desaparición y asesinato de estos campesinos. El ciclista les habría dicho que estas personas eran milicianos de las Farc, pero no lo eran, y el verdadero fin era despojarlos de sus tierras.

Las cuatro víctimas se llamaban Gonzalo Guerrero Jiménez, Víctor Manuel Rodríguez Martínez, José del Carmen Rodríguez Martínez y Diuviseldo Torres Vega.

 “Dijo que eran milicianos de la guerrilla, que lo iban a secuestrar”: exparamilitar sobre Lucho Herrera

El documento de 23 páginas, publicado por El Reporte Coronell por cortesía de Noticias Uno, fue expedido el 7 de abril de 2025 por el Juzgado Cuarto Penal del Circuito de Fusagasugá. Se trata de la sentencia anticipada a 22 años de cárcel del exparamilitar Luis Fernando Gómez Flórez, alias Ojitos, antiguo miembro de las llamadas Autodefensas Campesinas del Casanare (ACC), por la desaparición forzada de estas personas.

Según el testimonio de alias Ojitos, a principios de los años 2000 fue trasladado a Tequendama, donde se reunió con Lucho Herrera para que le aportara dinero al grupo armado. Durante el encuentro, Herrera solicitó hablar con el jefe paramilitar Martín Llanos, por lo que Ojitos lo llevó hasta el caserío El Tropezón, en el Meta. Tras la reunión, Martín Llanos le indicó a él y a otros paramilitares que debían ayudar a Herrera “en lo que él quisiera”.

“El día que llegamos a Fusa, viniendo del Meta, nos dice que tiene que mandar a limpiar a esa gente, que era miliciana de la guerrilla, pero que cualquier cosa nos entendiéramos con un señor de nombre Rafael, no sé si es el hermano o familiar”, dijo. 

A lo que agregó: “Como a los ocho días, el señor Rafael me llama y yo subo a la finca de Silvania para arriba. Llegué a la finca, es grande, de techo rojo, y me atiende el señor Lucho Herrera. Me ofrece algo de beber, me da una botella de agua y me dice que tiene algo para darme”.

Según alias Ojitos, Lucho le dio dos sobres de manila, de los cuales uno venía con las fotos de cuatro personas. “Dijo que eran milicianos de la guerrilla, que lo iban a secuestrar”, indicó. En el otro sobre había 40.000.000 de pesos para comprar unas pistolas y unas motocicletas. “Esa gente colindaba con la finca de él, eran fincas pequeñas que colindaban con la finca de él”, dijo.

Además, aseguró que, tras cometer el crimen, se enteraron de que las víctimas no tenían vínculos con las Farc y que, en realidad, eran personas que no quisieron venderle sus tierras a Herrera.

Por su parte, Héctor Díaz Gaitán, alias Camargo, quien para la fecha de los acontecimientos era comandante del grupo especial o urbano de las ACC que operaban en el municipio de Fusagasugá, contó que le dijeron que colaborara con una situación que le estaba sucediendo a Herrera, pues según él, le estaban robando el ganado y amenazando. 

Sobre su vínculo con Herrera, alias Camargo dijo: “Solo estuvo conmigo una vez en el asadero La Vara, en la vía de Fusa a Silvania, y una vez que estuve en la finca de él, ubicada en La Aguadita, a hablar con Rafael, para organizar los hechos de la desaparición de esa gente. Ellos tienen una galponera y vacas, es una finca a mano izquierda”.

Así fue el secuestro de los cuatro vecinos de Lucho Herrera

Otro exparamilitar, llamado Óscar Andrés Huertas Sarmiento, alias Menudencias, narró cómo habrían secuestrado a los cuatro vecinos de Lucho Herrera:

“A esa gente la recogimos en una camioneta Toyota Hilux, cuatro puertas, de platón, color beige. (...) En esa camioneta es que dábamos lora y andábamos levantando gente. Fuimos con el sargento Fredy Espitia, del B2 de Fusa; Camargo, Héctor Díaz Gaitán —era el comandante—; Mala Sombra, Carlos Marín Castañeda; Tribilín, Antonio Arias, que es Tribilín o Mono Chato; y yo”, dice la declaración incluida en el fallo. 

“Recogimos a dos en un sitio y a los otros dos en diferentes partes. Utilizamos distintivos del DAS, con chalecos y gorras. Eran como las seis o siete de la noche. Metimos a dos en el platón y a dos en la parte delantera. Los inhumamos en la vía Novilleros a La Aguadita, en una finca sobre el borde de la carretera”, agregó.

Andrés Rodríguez, sobrino de Diuviseldo Torres, le contó a El Reporte Coronell cómo los hombres armados se llevaron a su tío. En el momento de los hechos solo tenía 13 años.

“Me encontraba sentado al lado de mi tío. Vivíamos en la casa de mi abuela. En ese momento llegó una camioneta gris doble cabina, de platón. Descendieron dos personas, dos muchachos. Ellos hicieron un llamado: ‘Buenas noches, hágame un favor, Diuviseldo Torres’. Él estaba conmigo, en ropa de trabajo, y les preguntó: ‘Sí señor, ¿para qué me necesitan?’. Ellos le dicen: ‘Acompáñenos, por favor, es para una investigación acerca de un robo’”, relató.

A lo que añadió: “Él les responde: ‘¿Me permiten cambiarme?’ Ellos dicen: ‘No, no, vamos, que eso no demora nada’. Lo toman de los brazos, de lado y lado. Mi tío, con temor, forcejea con ellos y uno de ellos desenfunda una pistola, se la pone a un costado, y él comienza a llamar a mi abuela diciendo que se lo van a llevar. (...) Cuando salimos, él iba en el platón (...) la camioneta arrancó a alta velocidad”.

Tras la publicación de la decisión judicial, Lucho Herrera le dijo a La W Radio que dará explicaciones al respecto: “Voy a dar todas las explicaciones a las autoridades, pero puedo asegurar que soy ajeno a los hechos que se noticiaron (...) Oportunamente saldré a los medios y estoy consultando a mi abogado para presentarme ante la Fiscalía a dar las explicaciones a que haya lugar”. 

El juzgado compulsará copias ante la Fiscalía para que Lucho Herrera sea investigado por los delitos de desaparición forzada agravada y homicidio agravado.