El senador del Partido de La U José David Name y la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez.
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El Gobierno se juega la suerte de la reforma pensional en la plenaria del Senado: ¿qué chances tiene de seguir con vida?
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El Gobierno está en una carrera contrareloj para que la reforma pensional sobreviva al Senado y pase a la Cámara de Representantes. Todo debe pasar en menos de dos meses o el proyecto se hunde.
Por: Redacción Cambio
De las tres reformas sociales del Gobierno que hacen trámite en el Congreso, la pensional es la que tiene un panorama menos desalentador. Mientras que la reforma a la salud depende de un milagro y la reforma laboral sigue estancada, la reforma pensional tiene chances de superar la plenaria del Senado y llegar a la Cámara de Representantes, donde el Gobierno tiene un respaldo mayoritario. El reto no es sencillo. El tiempo y la política menuda en el Legislativo juegan en contra de los intereses de la Casa de Nariño
Mes y medio lleva sesionando el Congreso de la República. Aún así, las ponencias radicadas sobre la reforma pensional siguen sin debatirse en la plenaria del Senado. En este periodo, el proyecto ha padecido por el plan tortuga organizado por la oposición; es decir, la táctica de romper el cuórum.
Hasta ahora, la pensional solo ha superado la etapa de votación de los impedimentos en plenaria. Además, se logró que, durante la semana santa, los senadores asistieran a sesiones informales para escuchar a los gremios, académicos y representantes del sector. Solo hasta este 2 de abril se espera que el debate inicie.
Pero estos avances siguen siendo mínimos comparados con el enorme reto del proyecto de superar la plenaria del Senado, la Comisión Séptima de la Cámara y la plenaria de esa corporación antes de terminar el actual periodo legislativo (20 de junio). Si eso no ocurre, el proyecto se hundirá por falta de trámite. En otras palabras, y dando por hecho el llamado a sesiones extraordinarias a mitad de año, al Gobierno le quedan poco más de 70 días para rescatar la única reforma que tiene chances de ser ley en 2024.
Las cuentas políticas para la reforma pensional
La talanquera para la pensional es la plenaria del Senado. Allí el Gobierno ha sufrido fuertes derrotas políticas y el margen de negociación es reducido. Para que el proyecto avance, necesita de 53 votos, es decir, la mitad más uno de los 105 senadores que hay hoy en la plenaria. Ciro Ramírez, Mario Castaño y Rodolfo Hernández son los tres senadores faltantes que se posesionaron en 2022 pero quedaron por fuera en este último año y medio.
En el tablero del Gobierno están asegurados los 20 votos del Pacto Histórico, los 5 de Comunes, 6 de los 8 senadores verdes, 1 voto de la Alianza Social Independiente, 1 voto del Mais, y por lo menos 4 votos liberales. En total, 37 votos en la bolsa, a 16 del número mágico.
Es aquí donde dos bancadas son clave: la del Partido Conservador (15 senadores) y el Partido de La U (10 senadores). Estos dos partidos, que de facto se han mantenido en la independencia y no en la oposición, no han tomado una decisión definitiva y por ahora están aferrados a la ponencia alternativa de la senadora Norma Hurtado. El objetivo es que esta ponencia sea el punto medio para lograr una moderación del Gobierno sin que el sistema pensional se quede tal y como está hoy.
La ponencia de la senadora Hurtado se distancia de la del Gobierno en un punto clave: el umbral obligatorio de cotización. En el proyecto del Gobierno el umbral se fija en tres salarios mínimos que van directamente a Colpensiones mientras que en la ponencia alternativa de Hurtado el límite baja a 1,5 salarios mínimos. La senadora del Partido de La U argumenta que esta modificación garantiza la sostenibilidad financiera del sistema pensional.
“El sólido desempeño macroeconómico de Colombia, elogiado por el FMI, no debe ponerse en riesgo por una reforma pensional del Gobierno nacional que tiene ‘potenciales riesgos’ de sostenibilidad”, dijo Norma Hurtado.
Según un estudio de 2023 del Comité Aútónomo de la Regla Fiscal (Carf), con un umbral de 3 salarios mínimos, Colpensiones necesitaría en 2070 5,5 por ciento del PIB para atender el pago de pensiones y devoluciones, un aumento de 2,5 por ciento respecto a las proyecciones para 2025. En cambio, si el umbral se reduce a un salario mínimo, se necesitaría del 3.5 por ciento del PIB.
Aunque el Gobierno se ha mostrado reacio a modificar este punto de la reforma, en la última semana el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, abrió esa posibilidad aunque con algo de ironía. “Si me demuestran que eso resuelve el problema fiscal, podríamos pensarlo. Pero realmente nuestros cálculos dan que entre más bajo sea el umbral, más costo le va a costar al Estado”, explicó Bonilla al final de la sesión informal que hizo el Senado el pasado 26 de marzo.
Aunque la declaración del ministro tiene tintes de sátira, también demuestra un baño de realidad para el Gobierno. “Los tiempos los veo difíciles. Espero que no sea una actitud dilatoria para hundirla”, agregó Bonilla. El Ejecutivo es consciente de que, sin la modificación del umbral y de otros aspectos importantes, la reforma pensional no tiene chances de sobrevivir a la plenaria del Senado al quedarse sin los votos de La U y una parte de los conservadores.
El Ejecutivo no solo debe pensar en los votos a favor del proyecto sino en el cuórum para que pueda haber votación. Por lo menos se necesitan 53 senadores en el recinto para que se puedan tomar decisiones. Por ello, el apoyo vergonzante de algunos senadores al proyecto no se representará con el voto pero sí con su presencia en las sesiones. Por lo menos a eso le podrían apostar algunos conservadores según conoció CAMBIO.
Por otro lado, si el Gobierno decide mantener su apoyo irrestricto a la ponencia positiva y no respaldar la ponencia alternativa, ninguna de las dos logrará los votos suficientes y el tiempo será el verdugo del proyecto.