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Sanitas intervenida y la reforma a la salud liquidada: el Gobierno se prepara para su mayor derrota política
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En menos de 24 horas la oposición le ganó dos pulsos al Gobierno en el Senado y el hundimiento de la reforma a la salud parece inevitable. El debate definitivo estará ambientado por la intervención de la Superintendencia de Salud a Sanitas. ¿Habrá efecto dominó con otras EPS?
Por: Andrés Mateo Muñoz
Es cierto, Sanitas no es la primera EPS que el Estado interviene en la última década y tampoco será la última. Sin embargo, calificar la reciente decisión de la Superintendencia de Salud como un ‘proceso de rutina’ sería caer en la ingenuidad y desconocer el contexto clave detrás de la maniobra.
En menos de 24 horas al Gobierno se le esfumaron las posibilidades de salvar la reforma a la salud al tiempo que el Estado se hizo con el control de más de 5 millones de pacientes. Con estos ingredientes, el presidente Gustavo Petro, su gabinete y aliados en el Congreso se alistan para la derrota política más fuerte en año y medio en el poder.
La reforma a la salud: a la espera de morir dignamente
Desde que a mediados de marzo, nueve senadores de la Comisión Séptima apoyaron la ponencia de archivo de la reforma a la salud, una de las principales instrucciones de la Casa de Nariño fue que el proyecto tuviera una muerte digna. Se descartó el retiro de la iniciativa y se exploraron los últimos recursos para buscar el milagro.
Recusaciones, una ponencia alternativa, un concepto fiscal del Ministerio de Hacienda y un desayuno que fue frustrado hicieron parte de la lista de tareas para remontar la goleada política. Aunque el Gobierno logró aplazar la discusión y la Semana Santa fue el medio tiempo, los días definitivos llegaron y las estrategias del Ejecutivo empezaron a hacer agua.
En la sesión de este 2 de abril, los senadores opositores a la reforma a la salud lograron la primera victoria. El proyecto fue anunciado por el secretario y con ello se abrió la puerta para que se pudiera dar la discusión. El descontento era evidente en la presidenta de la comisión, Martha Peralta, que poco pudo hacer ante las mayorías.
Pero aún faltaba lo más importante: el día y la hora de la sesión para dar la votación y eventualmente hundir la reforma a la salud. La senadora Peralta pidió un espacio a puerta cerrada para llegar a un consenso con sus otros 13 colegas. Con asesores y periodistas afuera, el Pacto Histórico pidió nuevos espacios de diálogo entre bancadas antes de ir a votación, pero nada funcionó. El único acuerdo al que se llegó fue el de iniciar la discusión este 3 de abril.
Sin embargo, en el radar de la presidenta Martha Peralta no estaba el otro golpe de los opositores. Evitaron que la sesión se levantara y por el contrario, aprobaron una proposición para que el orden del día del día siguiente fuera fijado por ellos, amparados en el Estatuto de la Oposición. La jugada salió a pedir de boca y el primer punto del día de este 3 de abril será la reforma a la salud.
El desconcierto de Peralta y las pocas esperanzas del Gobierno de rescatar la reforma quedaron retratados en las palabras de la senadora guajira antes de retirarse del recinto:
“Independientemente de que se haga hoy, de que se haga mañana, cuando ustedes lo decidan, ya que tienen las mayorías de esta vomisión y pueden tomar la autonomía de tomar decisiones esté la presidenta o no dirigiendo el debate, pues entonces avancen compañeros”, dijo Martha Peralta.
La presencia del ministro del Interior en la sesión tampoco fue productiva. El jefe de la cartera política lanzó una improvisada propuesta final: la de construir una nueva ponencia entre los 14 senadores. La idea tampoco tuvo eco en los congresistas opositores y fue desestimada sin titubeos.
"Si quiere no hagamos sesión de aquí al 20 de junio y no hagamos nada. La posición nuestra no va a cambiar. El proyecto igual no va a pasar. O hacemos el debate este miércoles o dilaten”, dijo el senador liberal Miguel Ángel Pinto.
En la coalición de Gobierno aún hay esperanzas de que las recusaciones que están por resolverse en la Comisión de Ética sean un salvavidas temporal para la reforma a la salud. No obstante, esta célula legislativa sesionará hasta el 4 de abril, y los senadores tendrán la oportunidad de presentar sus impedimentos para sanear sus posibles conflictos de intereses.
Sanitas intervenida y la reforma liquidada
En las horas finales de la sesión del 2 de abril quedó la sensación de que el Gobierno y los partidos pueden trabajar en un nuevo proyecto de reforma al sistema de salud para radicarlo el próximo 20 de julio. El ministro Velasco reconoció que el proyecto parecía “un tratado” y el ministro Jaramillo se mostró dispuesto a ceder.
Pero mientras los senadores se estrechaban las manos y se disponían a atender sus compromisos de la tarde, llegó la noticia de la intervención de la Superintendencia de Salud a Sanitas. El rumor ya corría por algunos congresistas a los que les fue filtrada la información, pero pocos dieron crédito a semejante coincidencia.
Sin embargo, entrada la noche la información se confirmó. El Estado se hizo con el control de la segunda EPS más grande del país con casi 6 millones de usuarios. La decisión dinamitó cualquier puente de entendimiento entre independientes, opositores y el Gobierno y avivó la desconfianza hacia el presidente Petro y su supuesta estrategia del efecto dominó con las EPS.
“El Gobierno está decidido a acabar con el sistema de salud en Colombia a las buenas o a las malas”, dijo Cathy Juvinao, representante por el Partido Verde.
Rapidamente, la mayoría de sectores políticos y representantes del sector salud no dudaron en calificar la decisión sobre Sanitas como una supuesta venganza del Gobierno por el naufragio de la reforma. “Vemos que esto es un acto de retaliación del Gobierno nacional por la frustración que tiene por el hundimiento de la reforma. Ahora la emprende contra una EPS a la que ha venido persiguiendo de manera sistemática”, dijo el representante Andrés Forero.
Lo cierto es que la decisión de intervenir a Sanitas se concretó entre el primero y el 2 de abril. Primero, la delegada para las EPS presentó ante el Comité de Medidas Especiales de la Supersalud el concepto para justificar la intervención y por unanimidad se aprobó la necesidad de seleccionar un agente interventor. Luego, se presentaron las hojas de vida y Duver Dicson Vargas fue el elegido.
La intervención de Sanitas trajo a la memoria las palabras del presidente Petro del 11 de marzo de 2023. En entrevista con CAMBIO, el jefe de Estado dijo: “¿Si yo quisiera acabar las EPS sabe qué hago? No presento el proyecto. Dejo que pase lo que está pasando y shu-shu-shu, eso es un dominó. (...) No es sino esperar”.
Y la primera ficha ya cayó.
Según el superintendente de Salud, Luis Carlos Leal, la intervención a Sanitas se hizo principalmente porque "no cumplía requisitos de auditación financiera". El ministro Jaramillo agregó que todo es en búsqueda de “evitar el colapso financiero”.
De acuerdo con esas explicaciones, Sanitas no sería la única EPS intervenida en este 2024. Según el informe presentado por la Contraloría de febrero pasado y respaldado por el Gobierno, 21 de las 26 EPS que hay en Colombia no cumplen con los requisitos legales para operar. Entre ellas estaba Sanitas, que no era la de peores indicadores, y hay otras de gran importancia como Compensar (2 millones de afiliados) y Famisanar ( 2,9 millones de afiliados).
La situación del sistema de salud llegó a un punto de inflexión. Sin reforma en trámite en el Congreso, el Gobierno le apostará a la intervención directa de las EPS que funcionan quebradas. Para el presidente Petro, el deber del Gobierno es “salvar el sistema de salud”. ¿Cuál será el costo?