
El ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, habló sobre la crisis del sector y el futuro de las EPS.
Crédito: Ministerio de Salud
'Si estamos haciendo la paz con todo el mundo, hagámosla con las EPS’: habla el ministro de Salud
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En entrevista con CAMBIO, Guillermo Alfonso Jaramillo se refiere al trámite de la reforma a la salud y, aunque reconoce que los vientos del Congreso no le sonríen al Gobierno, dice que sigue optimista. Así mismo, el alto funcionario niega cualquier vínculo con Mario Urán, dice no conocerlo, y hace un llamado a la justicia para que llegue al fondo del escándalo.
Por: Paola Herrera

CAMBIO: La reforma a la salud sigue estancada en el Congreso y al Gobierno se le está acabando el tiempo. ¿Por qué, corridos más de dos años de la administración Petro, no ha podido sacarla adelante?
Guillermo Alfonso Jaramillo: Hay que reconocer que al principio no supimos comunicar el contenido y la importancia de la reforma. El presidente llegó a un acuerdo con los partidos tradicionales y dejó claro que no íbamos a acabar con las EPS. Lo único que pretendemos es transformarlas. En esto hubo mucha desinformación y la especulación asustó a la gente. Creo que hoy el Congreso ya tiene clara cuál es nuestra apuesta.
CAMBIO: Efectivamente, el futuro de las EPS ha sido la manzana de la discordia. ¿Cuál es la diferencia entre la manera de operar de hoy y lo que viene para el futuro?
G.A.J.: Quiero darles a los afiliados la tranquilidad de que las EPS no se van a acabar. Hoy casi todas están en problemas, deben varios billones de pesos y por eso tenemos que transformarlas. El Gobierno no intervino a las EPS por capricho. Se trata de un problema estructural, pues la mayoría de ellas no cuentan con los tres elementos fundamentales para estar en el sistema: reservas, patrimonio y capital. Al no reunir esas condiciones no pueden ser EPS. Las que no han sido intervenidas están en cuidados intensivos esperando la reforma para salir de esa situación y transformarse en gestoras de salud y vida. La idea es que no sean aseguradoras financieras, pero sí que nos ayuden en el aseguramiento de salud.
CAMBIO: Los críticos del modelo de salud que ustedes proponen dicen que esta nueva reforma es una fotocopia de la que se cayó al principio del Gobierno y tumbó a la ministra Carolina Corcho. ¿Eso es cierto?
G.A.J.: La idea es sencilla: el sistema que existe hoy es curativo y lo que el presidente pretende es pasar de ese modelo a uno que se enfoque en la prevención. Ya tenemos buenos hospitales para curar. Nos falta aprender a prevenir.
CAMBIO: Es decir, sí son proyectos casi iguales…
G.A.J.: No estoy diciendo que el proyecto no haya cambiado. Lo que estoy diciendo es que mantuvo claramente las definiciones de lo que queremos, que es el modelo preventivo.
CAMBIO: ¿Entonces en qué cambió?
G.A.J.: Al principio del Gobierno hubo una gran discusión sobre la potencial desaparición de las EPS. Ahora está claro que no se van a acabar, sino que pasarán de ser aseguradoras financieras a aseguradoras de salud.
CAMBIO: ¿Las EPS están de acuerdo con eso?
G.A.J.: Me llama la atención que la gente sólo empezó a defender a las EPS cuando el Gobierno del cambio presentó su proyecto. Antes, la percepción que había de ellas era diferente. Hicimos más de 100 reuniones con las empresas promotoras de salud. Doce de los 49 artículos del proyecto fueron acordados con ellas. Creo que las EPS pueden estar tranquilas.
CAMBIO: ¿Cómo y quiénes van a manejar los recursos?
G.A.J.: Los recursos van a llegar directamente a las clínicas y a los hospitales y también a los proveedores. Las EPS serán las encargadas de hacer las auditorías de las cuentas, para saber cómo se deben pagar. Una buena parte del rol que hoy cumplen se mantendrá intacto después de la reforma.
CAMBIO: ¿Qué va a pasar con la integración vertical?
G.A.J.: Eso sí tiene que desaparecer. Todo el mundo ya está de acuerdo, incluso en el Congreso, en que la integración vertical ha sido perjudicial porque las EPS priorizan sus clínicas y dejan siempre de últimos, o inclusive ni les pagan, a los prestadores que no son de su propiedad. Eso ya no lo podrán hacer. Ya no se van a integrar verticalmente, y eso es muy importante para que se dediquen exclusivamente a ser gestoras de salud y vida.
CAMBIO: ¿Qué pasará con las clínicas y hospitales que son de las EPS?
G.A.J.: Serán contratadas, por supuesto. Pero se les girarán los recursos igual que se les gira a todos los otros prestadores de servicios de salud.
CAMBIO: Muchos colombianos siguen sin entender a qué se refiere el proyecto cuando denomina a las EPS como gestoras de salud y vida, ¿eso qué quiere decir?
G.A.J.: Que deben garantizar, y para eso seguramente deberán ponerse de acuerdo con otros actores del sector, la prestación del mejor servicio de salud que puedan y el más humanizado para el paciente. Eso es fundamental porque las personas no son clientes: son pacientes, seres humanos que hay que atender muy bien.
CAMBIO: Usted parece tener mucha confianza en su capacidad de persuasión. Pero el Congreso les acaba de hundir la tributaria. ¿Qué pasa si hunden también la reforma a la salud?
G.A.J.: Hay que resistir, como lo hemos hecho durante este tiempo. Yo soy un hombre que ha resistido todo tipo de embates, hasta amenazas de muerte, y creo que hay que seguir resistiendo. Lo segundo que diría es que hay que persistir. Estamos convencidos de que el sistema de salud en Colombia debe cambiar y eso tiene que pasar ya. La reforma se necesita y no vamos a desistir.
CAMBIO: Pero, ¿qué pasa si no lo logran? Queda poco tiempo y no parece que haya ambiente…
G.A.J.: Nosotros hemos avanzado en algunos temas que, de cierta forma, cumplen con algunos propósitos de la reforma. Por ejemplo, empezar a hacer los giros directos y llevar más de 10.000 equipos básicos de salud a las regiones. También estamos fortaleciendo la infraestructura de los hospitales públicos que está muy deteriorada. No obstante, hay cosas que necesitan que el proyecto se apruebe para que puedan implementarse.
CAMBIO: Aproveche esta tribuna para mandarle un mensaje al Congreso.
G.A.J.: Les diría a los congresistas que entiendan que la reforma se necesita. Sin ella no podremos acabar con la integración vertical, no vamos a poder hacer los giros directos, no vamos a poder incentivar los recursos para las clínicas que más lo necesitan, no vamos a lograr formalizar a los trabajadores del sector y, paradójicamente, si esta reforma no se aprueba no vamos a poder salvar a las EPS para convertirlas en gestoras de salud y vida.
CAMBIO: En el pasado y fallido intento de reforma se les criticó por no haber tenido en cuenta el impacto fiscal que tendría el proyecto. ¿Para esta sí está la plata?
G.A.J.: Sí, en esta ocasión contamos con el aval fiscal. Hay un estudio financiero muy claro que lo demuestra. Por supuesto que también estamos pidiendo ciertos recursos adicionales al Ministerio de Hacienda para poder financiar la iniciativa. Por ejemplo, la plata que se siga recaudando por los impuestos saludables (a las bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados), queremos que vaya directamente a nuestro sector. Ahí hay, por lo menos, más de 2 billones de pesos. Hay otras propuestas que respaldo y que están encaminadas a garantizar la plata.
CAMBIO: Usted ha dicho varias veces en esta entrevista que quieren salvar a las EPS. Pero en algunas de las que están intervenidas, por ejemplo, Emsannar, Asmet Salud y SOS, se han encontrado rastros de presunta corrupción. ¿Qué pasó con esas empresas?
G.A.J.: La información que tengo es la que me ha entregado la Superintendencia de Salud. Esa es la entidad encargada de las intervenciones y la que trasladó los casos a la Fiscalía. Hablé con el exsuperintendente Luis Carlos Leal en su momento. Él me explicó lo que estaba pasando y le pedí que entregara todo lo que tuviera a las autoridades. Estamos esperando los resultados. Ahora, quiero aclarar que esa polémica no se generó directamente por las EPS intervenidas, sino que provino de otra empresa (Coosalud) que infiltró a uno de sus colaboradores. Es una persona que, utilizando computadores y la posición de asesor, fue capaz de modelar unos pagos orientándolos hacia determinados proveedores y eso es lo que está en investigación.
CAMBIO: ¿Está exculpando a las EPS intervenidas?
G.A.J.: Estoy diciendo que fue de afuera hacia adentro. Se trata de una infiltración que se dio y, por supuesto, a raíz de eso el señor presidente optó por cortar por lo sano y al mismo tiempo tomar las medidas necesarias para que este tipo de situaciones no se sigan generando.
CAMBIO: ¿Cortar por lo sano era sacar al superintendente que hizo las denuncias?
G.A.J.: No, no. Lo del superintendente es otra cosa. Yo tengo el mejor concepto del doctor Leal y estoy seguro de que el señor presidente tiene para él algo bueno. Es un gran profesional, una persona que actuó siempre correctamente y siempre me tuvo informado. Por eso, cuando se conocieron estos temas, lo apoyé para que denunciara inmediatamente.
CAMBIO: Pero ministro, no se puede ignorar que las denuncias también involucran a los interventores que este Gobierno nombró. Ustedes los pusieron ahí…
G.A.J.: Nosotros queremos tener certeza de qué fue lo que pasó y cómo se presentaron los hechos. Porque además ese señor, el asesor que está involucrado, decía que él sabía todo lo que estaba pasando con el sector, como si tuviera grandes conexiones con el Gobierno y eso es mentira. Ese señor es un gran embaucador, porque él decía que sabía lo que pasaba en las reuniones que teníamos como si tuviera información de primera mano y eso es falso.
CAMBIO: Pongámosle nombre y apellido. ¿Está usted hablando de Mario Urán?
G.A.J.: Yo no estoy dando nombres. Sólo estoy diciendo que hay personas que hablan más de lo que deberían hablar, que se inventan situaciones que nunca se dieron. El asesor que está implicado en esto estaba en esa empresa (Coosalud) desde mucho antes de que se hicieran las intervenciones, entonces no sabemos si antes de que llegaran los interventores ya estaba él infiltrado en las EPS y en las situaciones que se han relatado relacionadas con direccionamientos, pagos indebidos, etcétera. Eso es lo que hay que resolver. El tema está en saber cuándo empezaron las irregularidades. Es posible que eso viniera de antes y los interventores no se dieran cuenta. De ser así, por supuesto tienen que responder. Si uno está a cargo y no es capaz de detectar esa situación, se vuelve también responsable.
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“Ese señor es un gran embaucador porque decía que sabía lo que pasaba en reuniones que teníamos como si tuviera información de primera mano y eso no es así”
CAMBIO: Alguien podría entonces decir que las intervenciones no sirven. Se supone que son para solucionar los problemas, pero, al parecer, una vez ocurre, se presentan situaciones iguales o incluso más graves que antes.
G.A.J.: La otra fórmula es liquidar las empresas. Nosotros hemos dicho que no estamos interviniendo EPS para liquidarlas. Eso fue lo que hizo Duque, que un día salió e informó que liquidó 12. No una, ni dos, ni tres, sino 12 EPS. ¿Usted se puede imaginar qué pasaría si liquidamos todas esas empresas?, Esas EPS representan la mitad de la población de Colombia y no podemos ser irresponsables. Lo fácil sería, como hicieron los demás gobiernos, liquidar, liquidar y liquidar y dejar un chorro de deudas que nadie quiere pagar. Por eso estamos buscando que el Congreso nos dé vía libre lo más rápido posible para poder rescatarlas.
CAMBIO: ¿Cómo las van a ayudar a que paguen las deudas?
G.A.J.: Hay unos artículos que ya fueron consensuados con el Congreso para lograr ese objetivo. La idea es que las EPS puedan recibir créditos con tasas compensadas a largo plazo para que puedan pagar las deudas y que el Gobierno también las ayude con recursos.
CAMBIO: Pero en el caso de las EPS involucradas en el escándalo, estamos hablando de corrupción y mucha plata perdida. ¿Aun así las van a mantener?
G.A.J.: No hay ninguna EPS exenta de haber cometido irregularidades. No se nos puede olvidar que las EPS fueron sancionadas por prácticas anticompetitivas; la Contraloría también está investigando el gasto de 6 billones de pesos del año 2020 que no tienen justificación. Pagaban clases de yoga, pagaban anticipos con los recursos de la salud, etcétera. Teniendo en cuenta eso, tendríamos que acabar con todas las EPS y eso no es lo que queremos. Nuestro objetivo es ponerlas en orden: si estamos haciendo la paz con todo el mundo, hagamos la paz con las EPS.
CAMBIO: ¿Ministro, usted conoce a Mario Urán?
G.A.J: No conozco al señor Urán, no tengo idea quién es. Sé que ha gravitado en el sector desde hace mucho tiempo y que lo relacionan con políticos, pero no sé más de él. Lo que sí creo es que aquí hay cosas que no se pueden quedar sin que se investiguen a fondo, que se sancionen y que no sean sólo anuncios.
CAMBIO: ¿El sistema de salud ya colapsó, como lo dijeron en una carta los exministros?
G.A.J.: Ellos hablan de desastre, de crisis, de desabastecimiento y resulta que me puse a mirar los diarios de finales de 2008, 2010, 2012 y encuentro la misma situación que ahora. Lo que está pasando no es nuevo y por eso lo que nosotros preveíamos era que había que hacer la reforma lo más pronto posible para evitar que siga agravando lo que ya es grave.
CAMBIO: Pero son las cifras las que demuestran que la situación actual sí es bastante compleja.
G.A.J.: Nosotros hoy tenemos mejores indicadores en mortalidad infantil y en mortalidad materna que los que había antes. Entonces, ¿de cuáles indicadores estamos hablando? Sería bueno que miráramos los indicadores uno por uno.
CAMBIO: ¿Está usted diciendo que los exministros están engañando al país?
G.A.J.: Ellos consideran que el sistema debe seguir exactamente como lo conciben ellos y resulta que el sistema de ellos se agotó. No pueden aceptar que hayan fracasado y ahora nos echan la culpa a nosotros del fracaso. Los que hoy firman son los causantes de este deterioro, los que hoy están criticando no han entendido que hay que cambiar y buscar una fórmula diferente. Están obstinados en seguir con algo que provocará una crisis como el presidente Petro lo advirtió desde el primer momento de su Gobierno porque las EPS no dan más.
CAMBIO: ¿El shu shu shu?
G.A.J.: La crisis vendrá con una fortaleza inmensa si no se cambia el modelo. Ya le mostré que no es falta de recursos. Hemos aumentado el presupuesto más que cualquier otro gobierno, y los aumentos de la UPC han sido superiores a los anteriores. En 2021 no hubo aumento de la UPC por encima de la inflación y no dijeron nada. Nosotros aumentamos en 29 por ciento el presupuesto de salud durante 2023, y este año va por el 17 por ciento y habrá un aumento parecido el año entrante. Si hay un fracaso en el sistema es por culpa de ellos, que permitieron que las EPS hicieran lo que hicieron, y por eso ellos son los responsables.
