Rudolf Hommes
25 Febrero 2024

Rudolf Hommes

Controversias

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Mermelada parece haber sido repartida desde hace tiempo con otros nombres, pero nunca en las magnitudes que sospechamos que se está distribuyendo a parlamentarios en esta administración. Es así como aparentemente se tramitó el proyecto de ley de reforma de salud en la Cámara, y posiblemente como se va a tratar de aprobar en el Senado antes de junio. 

Dicen los que creen que nada está pasando, que esto no debe extrañar, y que es un procedimiento normal, no solamente en Colombia, sino en muchos otros países que se consideran democráticos. Yo debería ser uno de los que piensa esto, puesto que después de que la Constitución proscribió los auxilios parlamentarios, introduje los entonces llamados “cupos indicativos”, que vinieron a desempeñar el papel que supuestamente tenían dichos auxilios cuando fueron concebidos por Carlos Lleras. 

Con ellos, el Gobierno Lleras aspiraba a responder a un legítimo anhelo de los parlamentarios de disponer de unos recursos moderados para invertir en proyectos en los territorios donde los habían elegido. Esa también es la razón que se ofrece para justificar la existencia de proyectos que emprende el ejecutivo en Estados Unidos para animar a los congresistas a votar por sus programas (pork barrel). 

Los “cupos indicativos” eran modestas partidas presupuestales que se les ofrecían a los parlamentarios sin distinguir entre partidarios u opositores, sumas iguales para todos. Y el DNP procuraba canalizar esos fondos hacia financiar proyectos “útiles”, necesarios en las regiones, o por lo menos justificables. Se trataba entonces de un animal muy distinto a la mermelada que hoy se distribuye por montones entre los congresistas en montos diferenciales, recibiendo mayores recursos o nombramientos los que tienen las posiciones más distantes de las del Gobierno respecto a los proyectos que se van a votar. Esa oposición se lleva a cabo para valorizar el voto (ver la presentación de Juan Sebastián Morales en YouTube titulada La Política de la Mermelada).  

Si los auxilios y los cupos indicativos fueron males necesarios o pecados fiscales veniales, la mermelada es un pecado capital. Se utiliza ahora para comprar votos con el fin de aprobar leyes que no cuentan con el apoyo de las mayorías. Se trata de grandes desembolsos o entregas de institutos completos a miembros de partidos para que no voten con sus bancadas y lideren rebeliones dentro de los partidos opositores o de gobierno, como les ha sucedido a los conservadores. Eso no solamente está rematando a los partidos tradicionales, sino que el Congreso ha dejado de ser contrapeso. 

Por decir esto, me han llamado al orden respetables colegas pues eso puede significar que se está esfumando la democracia. En la Colombia de hoy, me advirtieron, con el curso que está tomando el Gobierno, que es muy peligroso decirlo, o aun pensarlo. Se me ocurre que esto ya puede estar sucediendo precisamente para que los que quieren destruir las instituciones y los demás partidos políticos, puedan decir que ya no hay democracia, como parece ser lo que se le ha presentado a la OEA. 

También discutimos con amigos las declaraciones del antiguo líder del ELN, alias Gabino, contenidas en un video distribuido por los negociadores del ELN en el que dialoga con alias Pablo Beltrán y concuerda con Petro en la necesidad de reclutar manifestantes para respaldar al Gobierno en la aprobación de sus proyectos de ley. Pregunté si esto no les crea un conflicto de interés a los negociadores de paz, o al mismo Gobierno, porque no se sabe si están negociando la paz total o una alianza para que un grupo armado les organice desorden amigo. 
 

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