Iván Serrano
Las denuncias sobre las graves fallas de seguridad aérea en Colombia
A las 3:00 de la tarde del pasado miércoles 31 de julio, una aeronave Cessna 208 Caravan de matrícula HK-3200G se salió de la pista al momento de su despegue y fue a dar contra un monte. El accidente, que por fortuna no dejó lesionados, ocurrió en el aeródromo de Cupica, Chocó. A bordo del pequeño avión iba un grupo de ingenieros de la Aerocivil, y no se trataba de una aeronave cualquiera, sino del avión de calibración de la entidad. Este avión se utiliza justamente para calibrar y certificar los equipos de ayuda para la navegación aérea instalados en los aeropuertos del país.
Aunque las causas del accidente aún no han sido establecidas, los trabajadores de la Aerocivil han alertado sobre las posibles consecuencias en materia de responsabilidad civil, ya que la entidad no cuenta con un manual que detalle las funciones específicas de sus pilotos.
Y como el diablo está en los detalles, este incidente pone sobre la mesa un asunto que puede ser mucho más grave: las condiciones de infraestructura en la que se soporta la prestación del tránsito aéreo en el país.
Esta es una situación que preocupa de manera particular a los trabajadores de la Aerocivil. El pasado 31 de julio de 2023, voceros de la Asociación Colombiana de Controladores de Tránsito Aéreo le enviaron a Sergio París Mendoza, director de la Aeronáutica Civil, una carta expresando su preocupación por las condiciones de seguridad aérea en los aeropuertos del país, calificándolas de “alarmantes”. Entre el 2 de junio y el 24 de julio del año pasado se registraron 34 incidentes que comprometieron la operación aérea en 11 aeropuertos del país.
Entre los hechos que causaron dichas interrupciones se encuentran: falta de personal en centros de control, fallas en los sistemas de datos, fallas en los sistemas de comunicaciones y fallas en los sistemas de iluminación. Esto último ocurrió en el aeropuerto El Dorado, sin que además existieran los repuestos disponibles para la reparación.
Vea el informe completo de los incidentes:
La situación descrita por los controladores aéreos hace un año parece ser igual o peor en este momento. El pasado 23 de julio, enviaron otra carta a Sergio París advirtiendo de las fallas en el radar de Cerro Maco, Bolívar, el cual fue afectado por un rayo y que, según ellos, a la fecha de la misiva no contaba con una reparación satisfactoria. También alertaron del grave deterioro en la señal radar en el norte del país: “La degradación acelerada de la señal radar en combinación con las fallas de cobertura en las frecuencias principales y de respaldo y las pésimas comunicaciones con los sectores de control adyacentes son el cóctel perfecto para que se presente un grave incidente o accidente”.
Pues bien, para Martín Peñaloza, vicepresidente de Sintraeronáutico, sindicato de la Aerocivil, la situación de crisis en la infraestructura y sistemas de comunicación en los aeropuertos colombianos tiene una razón de fondo: “La contratación”.
Peñaloza sabe de lo que habla. En 2020 denunció que la Aerocivil había comprado equipos por 6.600 millones de pesos para seguridad aérea y que los mismos permanecían arrumados en las bodegas de la Aerocivil porque no habían podido ser instalados.
Para el dirigente sindical, el problema se origina con los funcionarios que se encargan de generar las necesidades a contratar; luego sus viajes al exterior, donde son invitados para asistir a las pruebas de seguridad hechas por los fabricantes, y por último las deficiencias en mantenimientos y soportes técnicos.
“No entiendo cómo, con tantos recursos, con tanta inversión que ha hecho la entidad para la adquisición de ayudas a los sistemas de navegación aérea, se presenten a diario tantas fallas”, aseguró Peñaloza.
El dirigente sindical asegura que hay un grupo de contratistas que ganan de manera repetida los contratos y un grupo repetido de funcionarios encargados de los procesos de selección. Hace un mes, la Procuraduría encontró graves inconsistencias en un contrato por 18.000 millones de pesos para la adquisición de radioayudas para los aeropuertos de Bogotá, Cartagena, Rionegro y Cúcuta. Después de los señalamientos del Ministerio Público, la Aerocivil revocó el proceso. Otro contrato, por 10.840 millones de pesos, para obras civiles en el aeropuerto de Riohacha, también fue cuestionado por la Procuraduría.
El pasado 12 de junio, esta columna se ocupó de una serie de irregularidades denunciadas en procesos de licitación para obras civiles en los aeropuertos de Yopal, Puerto Carreño y Riohacha.
Sergio París, director de la Aeronáutica Civil, es un viejo colaborador del presidente. Durante la alcaldía de Petro, París reemplazó a Fernando Sanclemente en la gerencia de TransMilenio. La cercanía entre Sanclemente y París ha sido mencionada por varios medios de comunicación; sin embargo, Sanclemente ha negado que París sea cuota suya.
Sanclemente, quien también fue embajador en Uruguay durante el gobierno Duque, se vio envuelto en un sonado caso luego de que la Policía encontrara un laboratorio para la producción de cocaína en una finca de su propiedad ubicada en Guasca, Cundinamarca. El exembajador sigue siendo visto en las instalaciones de la Aerocivil.
P.S.: El 15 de septiembre de 2023, Santiago Morales Sáenz, abogado de víctimas de la Superintendencia de Sociedades, presentó una denuncia ante la Presidencia de la República, entidad, que a su vez, preside la Comisión Nacional de Moralización. En la misiva, el abogado señaló graves irregularidades en los procesos de selección de auxiliares de la justicia. Lo que se esperaba fuera un procedimiento transparente terminó convirtiéndose en una sucesión de engavetamientos de la denuncia, al punto de no habérsele asignado Número Único de Noticia Criminal por parte de la Fiscalía. Recientemente, Andrés Idárraga, secretario de Transparencia, admitió en entrevista al diario El Colombiano que efectivamente la denuncia no había sido remitida en su momento a las entidades competentes como exige la ley.