La distimia: el principal trastorno de salud mental que sufren las mujeres colombianas
5 Junio 2023

La distimia: el principal trastorno de salud mental que sufren las mujeres colombianas

Si lleva varios meses o incluso años sintiendo que le perdió el gusto a la vida, que está triste, desmotivado o que nada lo llena, es muy probable que esté sufriendo de distimia. Conozca sus causas, reconozca sus síntomas y analice las opciones para su recuperación.

Por: Redacción Cambio

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La distimia es un trastorno del estado de ánimo crónico y persistente que se caracteriza por la presencia de síntomas depresivos moderados, durante al menos dos años en adultos, y un año en niños y adolescentes. Aunque la distimia no es tan intensa como la depresión mayor, puede afectar significativamente la calidad de vida de quienes la padecen.

Las causas de la distimia no se conocen con exactitud, pero se cree que hay una combinación de factores genéticos, bioquímicos y psicosociales involucrados. Algunas personas pueden tener una predisposición genética a desarrollar este trastorno. Los factores ambientales, como son las experiencias traumáticas o el estrés crónico, también pueden desempeñar un papel importante.

Reconocer la distimia puede ser un desafío, ya que los síntomas suelen ser menos evidentes que en la depresión mayor. Algunas señales de alerta incluyen:

  1. Sentimientos de tristeza o desesperanza persistentes.
  2. Pérdida de interés en actividades que antes resultaban placenteras.
  3. Cambios en el apetito o en el peso.
  4. Problemas para dormir (insomnio o hipersomnia).
  5. Fatiga o falta de energía.
  6. Baja autoestima.
  7. Dificultad para concentrarse o tomar decisiones.
  8. Sentimientos de inutilidad o culpa excesiva.

La mayoría de los pacientes de distimia son mujeres

Aunque la distimia puede afectar a personas de cualquier género, se observa una mayor prevalencia en las mujeres. Esto se debe a una combinación de factores biológicos, como son los cambios hormonales; y factores socioculturales, como son los roles de género y las expectativas sociales. 

La psicóloga y terapeuta femenina integrativa Natalia Ospina asegura que, según su experiencia, la distimia es el trastorno de salud mental más común entre las mujeres en Colombia. “Ellas se levantan, van a trabajar, se ríen de los chistes de los demás, pero por dentro están sintiendo un desasosiego enorme, no están disfrutando de sus vidas y no saben  por qué. Lo único que saben es que no se sienten conformes ni satisfechas, que no son felices”. 

La especialista en salud mental femenina, con un enfoque humanista y transpersonal, aclara que no ha encontrado las respuestas sobre las causas de este trastorno en los libros en los que se tipifican las enfermedades mentales, sino gracias a su experiencia en las consultas con sus pacientes. “Las mujeres somos muy exigentes con nosotras mismas. Siempre tenemos un millón de cosas que hacer y todo lo debemos hacer perfectamente bien porque, además, tenemos miedo a perder nuestros trabajos o a no ser lo suficientemente buenas en nuestras relaciones. Nos cuesta soltar situaciones sobre las cuales no tenemos control y, muchas veces, sentimos que la vida es una lucha constante. Todo esto afecta nuestra salud mental”, puntualiza. 

Situaciones que más preocupan a las mujeres en Colombia 

  1. Desigualdad de género: Las mujeres todavía enfrentan desigualdades en muchos aspectos de la vida, como el acceso a la educación, el empleo, la remuneración y las oportunidades de liderazgo. Estas desigualdades pueden generar estrés, baja autoestima y sentimientos de injusticia, lo que puede afectar negativamente la salud mental.
  2. Roles múltiples y sobrecarga: Las mujeres a menudo enfrentan la presión de equilibrar múltiples roles, como el trabajo remunerado, el cuidado de la familia, el hogar y otras responsabilidades. Esta sobrecarga puede generar estrés crónico, agotamiento emocional y dificultades para cuidar de sí mismas, lo que afecta la salud mental.
  3. Violencia de género: La violencia física, sexual o emocional dirigida hacia las mujeres es una grave preocupación que puede tener un impacto significativo en la salud mental. Las experiencias de abuso, acoso, maltrato o agresiones pueden generar traumas, ansiedad, depresión y trastorno por estrés postraumático.
  4. Salud reproductiva y maternidad: Las cuestiones relacionadas con la salud reproductiva, incluyendo los desafíos en el acceso a la anticoncepción, el aborto seguro, el embarazo, el parto y la crianza de los hijos, pueden generar preocupación y estrés en las mujeres. Las dificultades para concebir, los cambios hormonales y los desafíos emocionales asociados con la maternidad también pueden afectar la salud mental.
  5. Estereotipos y presiones culturales: Los estereotipos de género y las presiones culturales sobre la apariencia, el peso, la sexualidad y el envejecimiento pueden contribuir a problemas de autoestima, trastornos de la alimentación, ansiedad y depresión.

Ser más conscientes ayuda a sanar 

El tratamiento para la distimia generalmente implica una combinación de psicoterapia y, en algunos casos, medicación. La terapia cognitivo-conductual (TCC) ha demostrado ser efectiva para ayudar a las personas a cambiar patrones de pensamiento negativos y desarrollar habilidades de afrontamiento saludables. 

Para Natalia Ospina, creadora de la Escuela de Terapia Femenina Integrativa, los procesos de sanación ocurren cuando la persona está realmente lista para hacer cambios significativos en su vida. “Para esto debe saber que lo más complicado, luego de sanar, es integrar. Sanar es quitar la pieza que no encaja. Integrar es poner la que sí encaja o buscar la manera de que encaje. Es decir, para integrar es necesario hacer conciencia y darse cuenta de por qué uno hace lo que hace, por qué piensa lo que piensa y por qué cree lo que cree. El siguiente paso es, con base en esta nueva conciencia, transformar todo aquello que no funciona en algo que sí funciona”. 

Es por eso que su principal recomendación a las mujeres que la consultan porque se sienten abrumadas, es que acepten que son seres humanos con limitaciones y que tienen derecho a sentirse cansadas. “También les digo que tienen el derecho y el deber de detenerse para observarse. Deben salir del piloto automático y preguntarse si les están dando prioridad al hacer y al tener, o si se están enfocando en el ser. Para esto, para realmente ser, hay que hacer renuncias. Es necesario renunciar a personas, ideas y creencias, poner límites y confiar en que la vida las respalda”, concluye. 

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