El trágico origen del Día de los Santos Inocentes
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Para estas fechas, se celebra el Día de los Santos Inocentes, una festividad popular aprovechada para realizar bromas e inocentadas, pero, ¿cuál es el origen de esta celebración?, ¿de dónde proviene su nombre?
La historia detrás del Día de los Santos Inocentes se encuentra en la Biblia, específicamente, en el Evangelio de Mateo 2: 1-18, donde se narran hechos que transcurrieron poco después del nacimiento de Jesús.
En este apartado, se relata la llegada de los sabios de Oriente o también conocidos como los reyes magos, a la región de Judea (Palestina) en busca de Jesús. Allí acudieron al rey Herodes, quien gobernaba esas tierras, y le preguntaron: “¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido?”
Herodes, inquieto por la pregunta, les indicó que fueran a Belén y que, cuando encontraran a Jesús, le avisaran. En secreto, el rey planeaba matar al recién nacido.
Los reyes magos retomaron el rumbo y continuaron con su viaje hasta dar con el granero donde había nacido Jesús. Le rindieron homenaje al niño y abrieron sus cofres para ofrecerle incienso, mirra y oro.
Después, fueron advertidos en sueños de que no debían volver a donde estaba Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.
Por otro lado, un ángel le avisó a José, padre adoptivo de Jesús, que huyera a Egipto porque Herodes iba a buscar a Jesús para matarlo. Por lo tanto, José tomó al niño y a María y salió con ellos hacia Egipto.
Mientras tanto, Herodes, al darse cuenta de que los sabios lo habían engañado, se llenó de ira y mandó a matar a todos los niños de 2 años o menos que vivían en Belén. Los niños asesinados se convirtieron en los “Santos Inocentes”.
¿Por qué el 28 de diciembre?
Si la llegada de los reyes magos se conmemora el 6 de enero, ¿por qué se homenajea el Día de los Santos Inocentes el 28 de diciembre? Esto se debe a que la Iglesia católica quería incluir este evento en la Octava Navidad, una tradición en la que por ocho días se celebra el nacimiento del Niño Dios.
Fiesta de Los Locos
También, la celebración cristiana coincide con la Fiesta de los Locos que, según la Enciclopedia Británica, fue una fiesta popular en la Edad Media, en la cual a modo de burla se elegía a un obispo o papa, “se parodiaba el ritual eclesiástico y los altos y bajos funcionarios de la Iglesia cambiaban de lugar”. Este tipo de actos “se habían convertido en una burla a la moral y culto cristiano”, pero tuvieron su fin en el siglo XVI.
