Bitcóins, armas y un maletín: la captura de Álvaro Córdoba
Sin conocerse los detalles de la acusación de la justicia de los Estados Unidos y ante el desconocimiento de las evidencias, el caso del hermano de Piedad Córdoba y sus acompañantes recuerda las circunstancias en las que cayeron Jesús Santrich y el entonces fiscal de apoyo de la JEP, Julián Bermeo.
Crédito: Fotomontaje Cambio
Los detalles de la captura de Álvaro Córdoba, hermano de la exsenadora Piedad Córdoba, son tan confusos y enredados como un bulto de anzuelos. Cambio conoció algunos datos que generan más dudas que certezas.
Lía Córdoba, docente retirada y madre de los Córdoba Ruiz, no está enterada de la captura de su hijo Álvaro. En su casa hay alguien encargado de cambiar los canales de televisión si llegan a pasar alguna noticia sobre su detención. Él, por su parte, se las arregló para llamarla después de la captura y decirle que estaba de gira política. Además, desde el patio de extraditables de la cárcel La Picota, en Bogotá, ha logrado enviarle notas de audio a su esposa, donde le dice que está tranquilo, que es inocente y que tiene claro que todo se trata de un montaje hecho por la DEA con la intención de enredar políticamente a su hermana Piedad.
En este momento debe estar en prisión por lo menos seis meses, a la espera de que lo envíen a Estados Unidos. Todavía no ha llegado la solicitud de su extradición al Ministerio de Justicia: puede tardar 45 días. Luego, la Corte Suprema de Justicia decidirá si la aprueba o no.
Esta historia está llena de enredos y de personajes que aparecen y desaparecen. El día de su arresto, Álvaro estaba en un almuerzo en la casa de un comerciante de bitcóin. Allí también estaban un mexicano con un maletín rojo, un miembro de la justicia especial indígena y una mujer que tuvo contactos con mercenarios. ¿Cuáles son los cargos que pesan sobre ellos? Deudas pendientes con una Corte del Distrito Sur de Nueva York, que los señala de usar armas de fuego y logística de las disidencias de alias Gentil Duarte para el envío de al menos cinco kilos de cocaína hacia Estados Unidos.
Hay un hecho aislado que no deja de ser curioso. Horas después de la captura de Álvaro, Tomás Uribe, hijo del expresidente Álvaro Uribe, llamó a Juan Luis Castro, el hijo de Piedad Córdoba que fue senador, y le dijo: “Juan, usted es un caballero. Yo quiero decirle que nosotros no tenemos nada que ver en eso”. Al ser consultado sobre esta llamada, Tomás Uribe no quiso escuchar la pregunta, advirtió que con Cambio no quiere “hablar absolutamente nada”, y colgó.
¿Cómo llegó Álvaro Córdoba al almuerzo donde fue capturado?
Para responder a esa pregunta, hay que hablar primero de Rogeife Hurtado Hinojosa, conocida como Rofi, una mujer de 74 años que estuvo en el Partido Liberal y que históricamente ha trabajado con Piedad Córdoba. Cuando ella decidió lanzarse al Senado y competir por una curul en las elecciones del próximo 13 de marzo, reapareció Rofi quien, a su vez, contactó a Álvaro y le presentó a Libia Amanda Palacio Mena, la mujer con la que fue capturada con Álvaro y que, además, ha dicho que tiene contactos con mercenarios.
¿Para qué quería Libia Amanda Palacio Mena conocer al hermano de Piedad Córdoba? Ella le dijo que tenía dos amigos extranjeros que querían hacer inversiones en Medellín y, además, apoyar la campaña al Senado de Piedad. Álvaro aceptó reunirse con los extranjeros, que resultaron ser dos mexicanos. Tras la reunión, él se comunicó con su hermana, pero ella le dijo que no los podía recibir porque estaba ocupada.
Sin embargo, antes de su captura, Álvaro le contó a su hermana que se había reunido al menos tres veces con uno de los dos mexicanos en encuentros sociales, siempre en compañía de Libia Amanda Palacio Mena. De hecho, Palacio Mena y los dos mexicanos habrían estado en el acto de adhesión de Piedad Córdoba a esa coalición política, en el salón rojo del Hotel Tequendama, en Bogotá, en septiembre de 2021. Este detalle, claramente, tiene inquietos a los miembros del Pacto Histórico.
¿Quién es Álvaro?
Álvaro Fredy Córdoba Ruiz, de 63 años, es economista y nutricionista. En su familia le dicen Tamba. Es el hermano más cercano a Piedad Córdoba. También ha participado en política. Incluso se unió al Pacto Histórico antes que su hermana y hay una persona cercana a ellos que dice que fue él quien la convenció de hacer lo mismo. Álvaro se había alistado para ser el tercer renglón a la Cámara de Representantes por Antioquia. Sin embargo, algunas personas cuentan que su hermana le manifestó que a ella no le parecía bien visto que dos integrantes de la misma familia aspiraran a ser congresistas. Por eso, Álvaro renunció a su propósito.
Cuatro meses después del evento en el Hotel Tequendama, el 2 de febrero de 2022, capturaron a Álvaro: Gilberto Flórez, uno de los mexicanos, lo había invitado a un almuerzo en la casa de un comerciante de bitcóin en el barrio El Poblado, en Medellín. Álvaro estuvo en la mesa junto a Alberto Alonso Jaramillo Ramírez, integrante de la justicia indígena; Libia Amanda Palacio Mena, el mexicano que decía llamarse Gilberto, y el comerciante de bitcóin.
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El caso del hermano de Piedad Córdoba y sus acompañantes recuerda las circunstancias en las que cayeron Jesús Santrich y el entonces fiscal de apoyo de la JEP, Julián Bermeo.
En el almuerzo, el mexicano tenía una maleta roja que, según dijo, era para que se la entregaran a Piedad. El juez indígena Alberto Jaramillo afirmó: “Yo a Piedad no la conozco”. Álvaro tampoco quiso recibir el maletín. El mexicano exigía hablar con Piedad Córdoba así fuera por teléfono.
El almuerzo se dio por terminado. Antes de irse, el mexicano hizo una llamada en la que dijo: “Ya vamos saliendo”. Álvaro Córdoba, Jaramillo Ramírez y Libia Amanda Palacio Mena apenas se estaban yendo del parqueadero del apartamento cuando se les atravesaron en el camino vehículos de la Policía. No se conoce el paradero del mexicano ni del comerciante de bitcóin. Pero sí se sabe cómo Libia Amanda Palacio Mena conoció a los mexicanos.
Ella había conocido a un suboficial de la Policía quien le presentó a un colombiano de apellido Guarín, que trabajaba con mercenarios. Este, a su vez, le presentó a un mercenario de nacionalidad española y argentina quien, por su parte, le presentó a los mexicanos. Esa relación se habría dado entre 2018 y 2019.
Es decir que, según esta versión, los mexicanos llegaron a Álvaro Córdoba a través de una red de contactos que va así: Rofi, Libia Amanda Palacio Mena, el colombiano Guarín y el mercenario de nacionalidad española y argentina que le presenta a los mexicanos.
Después de conocerla, los mexicanos siguieron en contacto con Libia Amanda Palacio Mena, al punto de que, en una ocasión, le comentaron que necesitaban coordinar un dispositivo de seguridad para un comerciante mexicano que iba ir a Medellín. Libia Amanda Palacio Mena cree que el cargo de uso de armas que pesa en su contra en una Corte de Nueva York, se debe a haber participado en la organización de ese esquema de seguridad. Sin embargo, no se sabe si el empresario mexicano vino a Colombia. Sobre el tráfico de drogas, Palacio Mena dijo no saber nada.
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Según esta versión, los mexicanos llegaron a Álvaro Córdoba a través de una red de contactos que va así: Rofi, Libia Amanda Palacio Mena, el colombiano Guarín y el mercenario de nacionalidad española y argentina que le presenta a los mexicanos.
Cuando Rofi presentó a Álvaro y a Libia Amanda Palacio Mena, ella le dijo que era líder social y que había escogido ese camino después del secuestro de un hermano.
Sin conocerse los detalles de la acusación de la justicia de los Estados Unidos y ante el desconocimiento de las evidencias, el caso del hermano de Piedad Córdoba y sus acompañantes recuerda las circunstancias en las que cayeron Jesús Santrich y el entonces fiscal de apoyo de la JEP, Julián Bermeo. En ese momento se utilizó la técnica controlada de entrampamiento inducido por agentes provocadores que trabajan para la justicia de los Estados Unidos. Sin embargo, todos los detalles de su captura dejan más dudas que certezas.