La fascinante misión de un grupo de mujeres latinoamericanas: de Chía rumbo a Marte
La uruguaya Mara Cecilia Fernández, comandante de la misión.
Crédito: Prensa Misión Valquiria
A partir de este domingo, y por primera vez en Colombia, en el municipio de Cundinamarca comienza el aislamiento de un equipo compuesto por científicas y militares que buscan avanzar en la investigación espacial e inspirar a futuras generaciones.
Por: Armando Neira
Por lo general, las pruebas en las que se estudian las reacciones del ser humano en condiciones distintas a su hábitat natural han sido realizadas mayoritariamente por hombres. Este panorama empezará a cambiar con la entrada de un grupo de científicas y militares latinoamericanas a un espacio cerrado. Durante 15 días, evaluarán los impactos físicos y psicológicos exclusivos en las mujeres, en un entorno simulado que imita las condiciones de Marte. Es la Misión Valquiria.
Se trata de un proyecto pionero que busca empoderar a las mujeres en la exploración espacial y en disciplinas STEAM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemáticas).
Las participantes estarán confinadas en un hábitat simulado ubicado en Chía, Cundinamarca. El proyecto, organizado por la organización sin ánimo de lucro Woman AeroSteam, reúne a mujeres civiles y militares de Uruguay, Perú, Chile, Ecuador, México, Argentina, Bolivia, Guatemala y Colombia, el país anfitrión.
Su objetivo es desarrollar investigaciones sobre salud femenina en el espacio, cultivos adaptados a condiciones marcianas y gestión de errores en operaciones técnicas.
El Hábitat Análogo de Exploración Espacial Simulada (HAdEES-C), diseñado por la Fundación Cydonia, marca un hito en Colombia. Se trata de una misión que ya tuvo un antecedente: Athenova, también con solo mujeres que se realizó en noviembre de 2022 y que dejó experiencias trascendentales para Valquiria.
Este primer paso en un sueño por llegar a otro planeta tiene lugar en Chía, conocida como Ciudad de la Luna, en referencia a la etimología de su nombre, que proviene de la diosa muisca con la que los nativos bautizaron al satélite de la Tierra.
Este hábitat simula las condiciones de Marte y otros cuerpos planetarios, y forma parte de un esfuerzo para posicionar a América Latina en el ámbito aeroespacial.
Restricciones y desafíos
Durante la misión, las tripulantes enfrentarán diversas limitaciones propias de una misión espacial, como el uso restringido de agua. Para la higiene personal, utilizarán baños secos –similares a los areneros para gatos– y toallitas húmedas.
Estos aspectos, aparentemente anecdóticos, serán evaluados de cerca y con rigor científico, incluyendo el manejo del ciclo menstrual en condiciones extremas. Además, cada integrante usará trajes equipados con sensores para medir el ritmo cardiaco, los niveles de oxígeno y las respuestas del cuerpo al estrés.
“Vamos a estar confinadas en módulos con forma de domo, que incluyen habitaciones, laboratorios, baños secos y zonas de simulación. El único modo de salir será para realizar actividades extravehiculares (EVAs), las cuales son altamente técnicas y requieren precisión absoluta”, le explicó a CAMBIO la colombiana Laura Margarita Rodríguez Ortiz.
Ellas es ingeniera mecánica, de 22 años, y segunda al mando de la misión. Cuenta que en cada movimiento van a imitan operaciones espaciales reales que permiten evaluar la toma de decisiones bajo presión.
Objetivos científicos y sociales
La misión tiene cuatro objetivos principales. El primero, de carácter social, busca inspirar a niñas, niños y jóvenes a interesarse por la ciencia y el espacio. “Queremos avanzar en la investigación espacial, pero también motivar a futuras generaciones, especialmente a las niñas, para que se apasionen por la ciencia”, comentó Rodríguez Ortiz.
El segundo propósito está relacionado con la salud femenina. Este proyecto analizará cómo reaccionan las mujeres a factores extremos como el estrés, la falta de agua y alimentos limitados, además del manejo del ciclo menstrual en el espacio. Se trata de un punto vital que hasta ahora había sido tenido muy poco en cuenta.
Por último, se desarrollarán proyectos de ingeniería enfocados en entrenar a las participantes en operaciones técnicas simuladas, como las que realizan los astronautas en la Estación Espacial Internacional.
El éxito pasa por el trabajo en equipo
Otro de los desafíos será la comunicación con el “equipo en Tierra”, que tardará 22 minutos en cada dirección, replicando el tiempo de transmisión entre Marte y la Tierra.
“Mi tarea será enviar un reporte diario a las cinco de la mañana. Recibiremos la respuesta 22 minutos después, y no podremos comunicarnos nuevamente hasta el día siguiente”, explicó Mara Cecilia Fernández, comandante de la misión y capitana del Cuerpo Aéreo de la Fuerza Aérea Uruguaya en una entrevista con el diario El País de Montevideo.
La dinámica de trabajar exclusivamente en un grupo de mujeres y en un entorno tan cerrado también será observada como parte de la investigación psicológica.
“Los roles, las dinámicas y la forma en que nos apoyamos unas a otras son aspectos fascinantes para analizar”, agregó Fernández, destacando la importancia cultural de que más mujeres lideren este tipo de proyectos en la región.
América Latina y la exploración espacial
La misión Valquiria no solo representa un avance científico y tecnológico, sino también un hito en la inclusión y representación de mujeres en la exploración espacial.
“Históricamente, la exploración del espacio ha estado dominada por hombres, pero mis compañeras y yo estamos demostrando que podemos estar al frente de proyectos de este nivel”, afirmó Rodríguez Ortiz.
Además, enfatizó que este tipo de programas ayudan a construir un ecosistema científico en América Latina, donde países como Colombia aún carecen de agencias espaciales propias.
Como parte de este esfuerzo por inspirar a futuras generaciones, el proyecto incluyó a 60 niñas del Liceo Lunita de Chía, quienes fueron certificadas en disciplinas STEAM.
En una ceremonia simbólica, estas estudiantes entregaron un robot que acompañará a las tripulantes durante la misión, marcando el inicio de un camino donde las niñas de hoy serán las exploradoras del mañana.
“Nos llena de orgullo que el Liceo Lunita de Chía haya sido seleccionado como aliado y anfitrión de esta misión. Este reconocimiento destaca el esfuerzo continuo del colegio por fomentar el interés de las niñas en las disciplinas STEAM y por impulsar programas educativos que inspiran a las futuras generaciones de científicas y líderes”, dijo Elizabeth Barrera, rectora del liceo.
Laura Margarita, enamorada de la ciencia
En las películas, los astronautas flotan debido a la ausencia de gravedad. ¿Esto ocurrirá también en su simulación?
No –respondió Rodríguez Ortiz–. En nuestra simulación no habrá microgravedad como en el espacio.
En las películas, se muestra a los astronautas flotando, pero aquí, en la simulación, la gravedad es la misma que en la Tierra. Nos enfocamos en simular otros aspectos, como los factores humanos y el impacto del confinamiento en las interacciones grupales, explicó.
¿Cuál es la diferencia psicológica de estar en un grupo de mujeres, como lo están haciendo ahora, en comparación con un grupo mixto de hombres y mujeres?, se le preguntó.
“En este grupo, las interacciones sociales y los factores culturales resultan interesantes. Todas venimos de diferentes países, y las relaciones entre mujeres en un entorno tan cerrado podrían diferir de las de un grupo mixto. Los roles, las dinámicas y el apoyo mutuo son aspectos psicológicos clave que estamos analizando”.
Ella tiene una certeza. Cree que estas experiencias abrirán puertas a futuras generaciones. “Sin duda”, dijo. Y agregó que este tipo de proyectos pueden inspirar a las nuevas generaciones, mostrando que la ciencia y la investigación espacial son campos accesibles para cualquiera, independientemente del país de origen o género.
“Particularmente en los países latinoamericanos, este enfoque puede motivar a más personas jóvenes a perseguir carreras científicas y a soñar con contribuir a la exploración espacial”, aseguró.
Al finalizar los |5 días de confinamiento, un equipo de especialistas médicas y psicólogas evaluará a las participantes antes de que regresen a sus hogares. Saldrán el domingo 8 de diciembre.
Este proyecto pionero marca un paso significativo hacia un futuro donde la inclusión y la ciencia caminen de la mano, llevando a América Latina hacia las estrellas.