El año que Botero se tomó París y se convirtió en el artista vivo más celebrado del mundo
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Fernando Botero, uno de los pintores más importantes de Colombia, murió este 15 de septiembre. CAMBIO recuerda el otoño de 1992, cuando el artista se tomó los Campos Elíseos en París, Francia, y se consagró como uno de los artistas más sobresalientes del siglo XX.
Por: Redacción Cambio
Fernando Botero murió a sus 91 años en su casa en Mónaco, tras una larga vida profesional que traspasó las fronteras de Colombia y lo llevó a exponer en las más prestigiosas salas de exhibición del planeta.
Uno de los momentos más recordados en la carrera de Botero fue cuando, en el otoño de 1992, se tomó los Campos Elíseos, de París, que hasta ese momento no habían sido abiertos para que ningún artista.
El pintor y escultor colombiano logró que los visitantes y habitantes de la "ciudad de la luz" pudieran contemplar su obra desde la plaza de la Concordia hasta el Arco del Triunfo. La exhibición fue tan imponente como su talento: treinta y un monumentales desnudos en bronce ocuparon la grandiosa avenida, repartidos en los 1.910 metros de longitud. Al mismo tiempo, ciento veinte óleos de su serie La corrida, se exhibieron en el Grand Palais, mientras otras 50 obras sobre papel y varias esculturas de pequeño formato adornaron la galería Didier Imbert.
En contexto: Murió el artista colombiano Fernando Botero
Para muchos críticos del arte, 1992 fue el año de Fernando Botero, pues además de llegar a París, su obra se paseó por Roma, Sevilla, Mónaco y Viena. Además, Botero cumplió con su objetivo personal de hacer parte de una exhibición colectiva en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.
Además de lograr posicionarse en el mundo como uno de los artistas contemporáneos más reconocidos de Latinoamérica, algunos expertos consideraron desde sus primeros trabajos que pasaría la historia del arte como un artista de la talla de Gauguin, Degas, Monet, Toulouse Lautrec, entre otros.
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"Cuando se escriba la historia del arte del siglo XX quedarán Picasso como la figura trascendental de la primera mitad del siglo y Francis Bacon y Fernando Botero como las figuras destacadas de la segunda mitad", dijo Peggy Guggenheim coleccionista y mecenas estadounidense de arte antes de morir en 1979.
