Crédito: James celebra la clasificación a la final de la Copa América
Con garra, corazón y fútbol: así fue como Colombia venció a Uruguay y clasificó a la final de la Copa América 2024
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La selección Colombia fue superior a una Uruguay siempre combativa, que hasta el último minuto buscó el gol del empate. Los futbolistas de la tricolor mostraron su fortaleza física, mental y espiritual para defender el resultado con un un hombre menos durante todo el segundo tiempo.
El partido semifinal de la Copa América 2024 entre Colombia y Uruguay se jugó en el Bank of America Stadium de Charlotte, en Estados Unidos, pero parecía que el equipo se estaba jugando el paso a la gran final del torneo en el Metropolitano de Barranquilla. A más de 2.700 kilómetros de distancia de la tierra que los vio nacer, miles de colombianos entonaron con júbilo el himno nacional con la pasión que despierta el fútbol inmarcesible de la selección de Néstor Lorenzo.
En el escenario deportivo, que cuenta con las pantallas gigantes más grandes de Estados Unidos, lo único celeste eran las sillas; pues hasta el cielo se vistió de amarillo anunciando el desenlace de una de las noches más felices para el fútbol colombiano. Tras el pitazo del mexicano César Ramos, Colombia dio el puntapié inicial de un partido en el que ambas selecciones estuvieron a la altura de las expectativas propias y ajenas.
En los primeros minutos del partido, Daniel Muñoz, el mejor lateral derecho de esta edición de la Copa América, estuvo cerca de sumar una anotación más a su racha goleadora en el torneo, tras un desborde de Lucho Díaz.
Néstor Lorenzo pedía insistentemente a sus futbolistas que presionaran la salida de ‘La Celeste’, mientras los dirigidos por Bielsa buscaban el resquicio oportuno para enviar un pase largo que dejara a Darwin Núñez de cara al gol.
Uruguay, 15 veces campeón, de la Copa América, empezó a calentar el partido con entradas temerarias en la mitad de la cancha. El centrocampista Nicolás de la Cruz vio la primera tarjeta amarilla del partido, por pegarle una fuerte patada al colombiano Richard Ríos en una jugada en la que no tenía chances de ir por el balón.
Uruguay se aproximó con peligro en varias oportunidades al arco defendido por Camilo Vargas, quien con guantes de hierro defendió el legado de ser el ‘uno’ de una selección con históricos porteros como Higuita, Córdoba, Calero y, por supuesto, David Ospina, que desde el banquillo colombiano lo alentaba en cada intervención.
En la media hora de partido, los 34 grados centígrados de Charlotte y el juego fuerte de la selección uruguaya comenzaron a hacer efecto en varios futbolistas colombianos, que se calentaron de más. Daniel Muñoz fue amonestado por embestir con una barrida a Maximiliano Araújo en una zona que no representaba riesgo alguno para Colombia.
Con la cabeza fría y el corazón en llamas, James empezó de a poco a pulir el guante de su pierna izquierda en jugadas a balón parado: la especialidad del fútbol charrúa. El 10 de la tricolor, siempre elegante, fue el chef que le sirvió en bandeja de plata el gol a Jefferson Lerma, quien saboreó la anotación en un giro irónico del destino, con el que Uruguay se vio derrotada por el ingrediente más excelso de su receta futbolística.
En los últimos minutos de la primera parte todo parecía alegría para ‘La Tricolor': Richard Ríos estuvo cerca de estirar la distancia en el marcador y Uruguay sufría mucho más que Colombia el 82% de humedad que se desprendía del césped. Pero una desafortunada acción silenció a millones de colombianos que con la camiseta puesta alentaban frente al televisor.
Daniel Muñoz, el del dorsal 21, el mismo que borró a Vinicius en el partido contra Brasil y marcó dos goles en el torneo, se fue expulsado luego de darle un fuerte codazo en el pecho al futbolista Manuel Ugarte. Fue un golpe para todos los colombianos que sentían que la final, una vez más, se les podía escapar entre los dedos.
El desespero de jugar con uno menos y las decisiones polémicas del árbitro César Ramos llevaron a James Rodríguez a reclamarle al juez central que, sin pensarlo dos veces, amonestó al capitán de la selección Colombia. A los 62 minutos del encuentro, el entrenador Néstor Lorenzo tomó una decisión que sería clave para sostener la ventaja: James, el mejor jugador del torneo, fue reemplazado por Kevin Castaño, quien ingresó con la consigna de correr cada balón y administrar la ventaja.
En el partido de fútbol, que de a poco se tornaba una partida de ajedrez, Bielsa llamó a Luis Suarez, la ficha con la que el histórico entrenador intentaría poner en jaque al imbatible Camilo Vargas. Tres minutos más tarde, ‘El Pistolero’ charrúa disparó al arco, pero el palo le negó la igualdad.
Para esa altura del encuentro, Néstor Lorenzo transpiraba cada vez más la camisa vinotinto y el traje negro que lo han acompañado durante todo el torneo. Bielsa, por su parte, no se podía mantener sentado y daba indicaciones que se perdían en el aire. Un Camilo Vargas monumental salvó en diferentes oportunidades a Colombia y demostró ser uno de los mejores porteros de la competición. Sin capa, pero con grandes atajadas como su superpoder, Vargas sostuvo el cero en el arco tricolor durante los 98 minutos de partido.
Castaño y Uribe tuvieron oportunidades para liquidar el encuentro, pero fallaron. El árbitro mexicano decretó el final del encuentro y con él, el inicio de la celebración colombiano y la continuación de la esperanza.
Las lágrimas de James, que de rodillas cayó sobre el césped del Bank of America Stadium, fueron acompañadas por las de Lucho Díaz, Juan Fernando Quintero y Rafael Santos Borré, que con sus manos evitaron una vez más la caída del máximo asistidor histórico de la selección Colombia; el rey del fútbol de nuestro país al que el propio Lucho Díaz coronó como su máximo ídolo.
El próximo domingo, en la final contra Argentina, en el Hard Rock Stadium juegan once colombianos que nos han hecho volver a creer que juntos somos más fuertes.