¿Qué pasa con la inversión en Colombia? ¿Por qué está cayendo tanto?

Durante 2023 la inversión fue de 17,8 por ciento del PIB.

Crédito: Colprensa

11 Marzo 2024

¿Qué pasa con la inversión en Colombia? ¿Por qué está cayendo tanto?

Las cifras del PIB de 2023 mostraron una caída de casi 25 por ciento en la inversión. Las altas tasas de interés hacen más dificil que las empresas inyecten capital en sus proyectos, pero la incertidumbre política también le está costando al país. ¿Qué puede pasar a mediano y largo plazo si no mejoran las cifras?

Por: Laura Lucía Becerra Elejalde

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La inversión en Colombia va mal y tiene preocupados a los expertos. Las últimas cifras del producto interno bruto (PIB) que se conocieron dejaron un panorama desalentador: la economía creció solo 0,6 por ciento y uno de los datos más alarmantes fue la caída de -24,8 por ciento en la inversión y la inversión en maquinaria y equipo se desplomó 8,9 por ciento. 

Cuando el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) entrega los resultados del PIB presenta, por un lado, los datos por el enfoque de la producción, que reflejan la dinámica de los diferentes sectores económicos. Otra forma de abordar el PIB es por el enfoque del gasto, que se compone por la demanda final interna, que es el nivel de gasto que hacen todos los agentes económicos en la economía, el consumo, que corresponde a la formación bruta de capital (o inversión), y el sector externo (las exportaciones e importaciones). Es dentro de este enfoque que se ve el desplome en la inversión. 

Cuando se conocieron los resultados del PIB hace un par de semanas el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, aseguró que uno de los factores que más preocupa es “que lo que más ha disminuido es la rotación de inventarios, la inversión, la formación bruta de capital fijo, que se expresa en que las empresas están reduciendo inventarios y no están iniciando nuevos procesos”.  

¿Por qué está cayendo la inversión? 

Cuando las tasas de interés están altas, resulta más costoso que las personas y las empresas inviertan. Aunque el Banco de la República ya redujo su tasa de intervención a 12,75 por ciento, este nivel se mantiene entre los más altos en los últimos 20 años. Con intereses más altos, es más difícil que una empresa inyecte capital o se endeude. 

Munir Jalil, economista jefe para la Región Andina del banco BTG, asegura que “la gran explicación de la caída de la inversión en Colombia, claramente, son las tasas de interés. Llevar a cabo proyectos de inversión con las tasas de interés altas que estamos percibiendo hacen que el conjunto de proyectos viables disminuya”. 

Jalil reconoce que en ciertos sectores puntuales como el eléctrico, el de infraestructura, el de vivienda y el de petróleo y minería hay, además, un factor de incertidumbre marcado, y que ahí el papel que ha cumplido el Gobierno “no es el mejor”. El experto explica que cuando se genera incertidumbre en estos sectores es natural que las inversiones caigan. 

“Si pensamos en la recuperación del crecimiento económico, necesitamos, en primer lugar, que bajen las tasas, algo que ya está pasando, para que se dé una aceleración en la inversión; y ayudaría muchísimo que baje toda la ambigüedad que se ha generado en algunos sectores”, dice.  

Otros factores

Alejandro Reyes, economista principal de BBVA Research, considera que es difícil adjudicar a factores como la reducción de tasas o la confianza una contribución puntual al resultado de la inversión, y que el mal desempeño de esta se explica por una combinación de factores.

“Las tasas de interés se mantienen en niveles elevados, a pesar del descenso reciente observado, esto sigue siendo limitando la inversión y se identifica también en el volumen de crédito otorgado y en los plazos más cortos de los desembolsos, ambos mostrando una preferencia por capital de trabajo sobre inversión.  Pero también otros factores como la incertidumbre en varios sectores, algunos por cuenta de políticas en desarrollo o pendientes de definición, y otros por cambio de prioridades desde el Gobierno pueden estar causando un escenario menos proclive para la inversión”, indica Reyes.

El economista considera que el Gobierno es un agente muy importante en la estructura de producción de un país, ya que no solo es uno de los principales demandantes de factores y productos, sino también un habilitador de varios sectores. “Por ello, se requiere del concurso tanto del sector privado como del público para impulsar la inversión y superar las dificultades puntuales que le aquejan en la actualidad.  Las decisiones y señales del Gobierno son muy importantes para afianzar la confianza del sector privado y poder emprender proyectos de largo aliento y tamaño”, comenta. 

Según Reyes, a la confianza inversionista le afecta no solo que puedan promulgarse medidas contrarias a algunos de sus intereses, sino también la incertidumbre y demora en el desarrollo de actividades fundamentales y la inacción también le cuesta a la actividad productiva. 

¿Qué implica la caída en la inversión? 

El centro de estudios económicos Fedesarrollo realizó un análisis del impacto que tiene la inversión sobre el PIB potencial, el cálculo que hacen los economistas sobre la capacidad máxima que tiene la economía y qué tanto puede crecer si llegara a producir todos los bienes y servicios que está en capacidad de generar. 

“La inversión es la fuente potencial de crecimiento a mediano y largo plazo, si no resolvemos ese problema va a ser muy difícil llegar a niveles de crecimiento de 4 por ciento como se estima hacia adelante”, explica Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo. 

Hace unos días Fedesarrollo presentó sus proyecciones económicas para 2024. Allí Mejía se refirió a la situación de la inversión y aseguró que este es “el reto más apremiante en materia de crecimiento económico en Colombia”. Según el economista, la tasa de inversión que registró el país en 2023, que fue de 17,8 por ciento como porcentaje del PIB, se ubica por debajo de los niveles de pandemia y solo por encima de Brasil al hacer la comparación regional. 

Si se revisan las cifras históricas de la inversión, indica el experto, se aprecia que Colombia inició el siglo con niveles bajos que logró impulsar durante la primera década del siglo, es decir, entre los años 2000 y 2010 y se logró un pico de inversión productiva en 2012 y 2014, cuando se llegó a niveles de 23,4 por ciento del PIB. Según el director de Fedesarrollo, la cifra de 2023 es la más baja en 18 años.

Ahora, ¿qué puede pasar si no se impulsa la inversión?

“Si nos mantenemos en la tasa de inversión promedio anual de 2023 de 17,8 por ciento, no nos alcanza para un crecimiento de 3 por ciento o 4 por ciento. Nuestra expectativa es que, con base en eso, el crecimiento potencial sería de 2,3 por ciento. Eso es una cifra muy baja que pondría en aprietos los retos en materia económica y social que tiene el país”, asegura Mejía. 

En un escenario central, en el que la tasa de inversión llegue a subir alrededor de 2 puntos porcentuales, similar a lo que pasó en 2022, el crecimiento sería cercano al 2,9 por ciento, algo que según Mejía es mejor, pero no solucionaría las necesidades del país.

Para el director de Fedesarrollo, se tiene que apuntar a subir su tasa de inversión a alrededor de 23 puntos del PIB, similar a países como Chile o Perú, y así se podría alcanzar una tasa del PIB potencial de 4,0 por ciento. 

Analisis Fedesarrollo
Distintos escenarios de inversión simulados por Fedesarrollo. Crédito: Fedesarrollo

“Si no ponemos en el centro de la política económica la recuperación de la inversión, vamos a tener un problema de fondo en el crecimiento económico, y eso tiene implicaciones fiscales: si el crecimiento es más bajo, el ingreso tributario será más bajo, el PIB nominal también será más bajo y la deuda pública será más alta”, alerta Mejía, quien invita a revisar cómo se puede subir la inversión. 

El camino para recuperar la inversión

Los economistas, inversionistas, la banca y las calificadoras de riesgo están atentos a las condiciones macroeconómicas de Colombia y a la capacidad del país de impulsar su economía. 

El gerente general del Banco de la República, Leonardo Villar, también se refirió a la situación de la inversión hace unos días. En una declaración pública mencionó que los datos de inversión y de consumo público del PIB de 2023 fueron una sorpresa negativa que “difícilmente se asocian exclusivamente a fenómenos de la política monetaria contractiva”, es decir, a la subida de las tasas de interés. 

El gerente del Banco de la República aseguró que recuperar la inversión “es imperativo”, no solo para recuperar la actividad económica en el corto plazo, sino para garantizar una senda sostenible de la economía en el mediano y largo plazo, pero acotó que esto no se lograría solo con un relajamiento de la política monetaria. “Tal relajamiento podría ser contraproducente si es percibido como insostenible o inconsistente con la convergencia de la inflación hacia la meta”. 

De igual forma, Felipe Klein, economista jefe del banco BNP Paribas para América Latina, explicó a CAMBIO que con una tasa de inversión promedio de 22 por ciento del PIB, el crecimiento de mediano plazo puede estar cerca al 3 por ciento, mientras que tasas por debajo del 18 por ciento, “ese crecimiento tendencial podría estar entre el 2 por ciento y el 2,5 por ciento”. 

Según Klein, lo que más preocupa al banco internacional no es la dinámica a corto plazo, sino los efectos que pueda tener esta tendencia hacia el largo plazo, pues la contracción en la economía que se vio en 2023 era esperada dada la desaceleración natural que está experimentando el PIB luego de los rebotes que se vieron en 2021 y 2022 tras la caída de la pandemia. “Luego de un periodo de sobrecalentamiento de la economía es natural que el ciclo económico llegue a una desaceleración, y no esperamos que en 2024 mejore demasiado, esperamos un PIB de 1,0 por ciento para este año”, indicó. 

El economista reiteró que lo mejor que se puede hacer para estimular la tasa de inversión es dar estabilidad a las políticas, más que con un tema de reducción de tasas de interés del Banco de la República que es una situación coyuntural. “Colombia hace una reforma fiscal cada dos años, y eso termina afectando la previsibilidad de los negocios. La incertidumbre política no ayuda, no se terminó materializando la postura negativa que tenía el presidente respecto al sector minero y extractivo, pero el que haya estado coqueteando con esa posibilidad desde el comienzo del mandato tampoco ayudó”, aseguró Klein. 

La tarea de impulsar la inversión no es sencilla, requiere condiciones económicas y de mercado favorables que estimulen decisiones de inversión tanto de las empresas locales como de inversionistas extranjeros. Se necesita un entorno empresarial competitivo y un mercado atractivo. 

Cuando un inversionista decide lanzarse a un proyecto o ampliar los recursos en una inversión que ya tiene no solo revisa las tasas y la posibilidad de retorno, también qué tan favorable y seguro resulta invertir en cierto país. Estas no son decisiones que se tomen a la ligera y el Gobierno tiene la tarea de dar ese impulso adicional cuando las condiciones económicas no son las mejores. Al Gobierno de Gustavo Petro le quedan dos años y medio. La pregunta es: ¿qué señales va a mandar para impulsar la inversión?

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