¡Qué Ucrania ni qué Gaza! Guerra, lo que se llama guerra, la del regalo de aguinaldos. Nuestro decimero Víctor Mallarino nos describe aquí las angustias de los que libran la batalla de diciembre: a quiénes dar regalo, qué comprar, cómo ajustar el presupuesto, cuántos primos olvidados aparecerán obsequio en mano...
El paquete navideño de Mallarino (con perdón) incluye otros temas menores y un total de noventa versos.
Los miembros titulares del departamento de décimas de Los Danieles (Beatriz Ordóñez, María Cristina Lamus, Pompilio Iriarte y Víctor Mallarino) desean feliz navidad y próspero año a los asiduos a las rimas populares.
G.O.A.T.
Este año se fue y, con él,
se fue quien ha sido al tenis
lo que al piano ha sido Albéniz
o a la prensa Coronell;
lo que la tinta al papel,
lo que a los gringos Tom Sawyer,
para los suizos Tag Heuer
y, para España, Galdós.
Para mí, Roger no es Dios…
Es Dios quien quiere ser Roger.
BALANCE
Tras oposición histórica
llegó la izquierda a Palacio.
Había, por fin, un espacio
de discusión sin retórica.
Atrás la fase teórica,
llegaba la plataforma
para el cambio y la reforma.
Hoy se pregunta la gente
por qué el aire es diferente
si parecía la horma
del zapato, pero en estas,
como lo escribió Samper,
por mañas de un Lucifer,
no salieron las apuestas:
Petro cayó en las encuestas
y el resbaloso epicentro
de este infierno no es el centro
ni tampoco, aunque lo acecha,
el diablo de ultraderecha:
el enemigo está adentro.
UN SOLO DIOS VERDADERO
Mata el fundamentalismo
y no termina esta guerra
por la raza, por la tierra,
y por un dios que es el mismo
que contempla con mutismo
la ambición bilateral
y el exterminio letal,
entre calles y escondrijos,
aceptando que sus hijos
sean daño colateral.
LA GUERRA DEL REGALO
Es la guerra del presente
esa disputa macabra
que, sin mencionar palabra,
practica toda la gente
cuando un diablo inteligente,
que de antaño conocemos,
nos apura a que compremos
para Carlos o Clarita
cosas que no necesita
con plata que no tenemos.
Es diciembre diecisiete,
y usted revolará en cuadro
por unos jeans, un taladro,
un libro, un CD, un juguete
que arrancará un buen billete
de su presupuesto angosto,
pero usted se banca el costo
que en esta guerra le implica
ganarle a una tía rica
que los compró desde agosto.
Se encuentra como por arte
de magia un Transformer chino,
perfecto para un sobrino.
Y el vendedor le comparte:
“las pilas van por aparte”.
Ya cierran y usted batalla,
detrás de alguna muralla
de ropa de desperfectos;
los jeans de mamá, ¡perfectos!
pero no tienen la talla...
Ahora va por la acera,
y mientras siente una brizna
bogotana de llovizna,
no encuentra la billetera.
Y tras cien cuadras de acera
recuerda aterrorizado
que un primo le había prestado
su carro y encuentra entero
el talón del parqueadero
entre un bolsillo, arrugado.
Con amor y sin gastar,
sin pólvoras y sin pitos
que asustan los pajaritos,
los invito a celebrar
sin tanto alcohol, a bailar
con amor, con idealismo,
esperanza y optimismo,
que el nuevo año vendrá
y no nos defraudará
trayendo más de lo mismo.
