Yohir Akerman
30 Octubre 2022

Yohir Akerman

El Chacal financiero

Entre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsAppEntre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsApp

El proceso en la Corte Federal de los Estados Unidos en contra del testaferro del régimen venezolano, Alex Nain Saab Morán, ha demostrado que el polémico barranquillero tenía tantas nacionalidades y pasaportes, que parecía Carlos, el Chacal. Toda una estrategia para evadir diferentes jurisdicciones y la justicia en general.

Saab Morán, acusado e investigado por ser el testaferro del presidente dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, cumplió un año preso en Estados Unidos, esperando su juicio por conspiración para lavado de dinero. El inicio del juicio a este polémico empresario de origen libanés, nacido en Colombia y nacionalizado en Venezuela, se aplazó sin fecha. Pero en diciembre tendremos mayor información de cómo se moverá el caso.

La defensa jurídica del polémico empresario se ha centrado, hasta ahora, en establecer que el arresto en contra de Saab Morán en Cabo Verde fue ilegal, ya que ejercía en Venezuela un cargo con inmunidad diplomática. Si esto fuera aceptado por el tribunal que encabeza el juez federal Robert N. Scola, podría librar al barranquillero del juicio y poner en libertad, lo que sería una gran noticia para un grupo de políticos corruptos venezolanos. También para algunos colombianos, como la senadora Piedad Córdoba o el abogado Abelardo de la Espriella.

La senadora ha sido una de las grandes beneficiarias del testaferro del régimen de Venezuela, como lo conté en mi columna ‘El reloj despiadado’ . Por su parte, el abogado Abelardo de la Espriella lo ha representado por muchos años y siguió conociendo de la defensa del testaferro, incluso después de que este fue sancionado y acusado penalmente por el gobierno de Estados Unidos.

Pero volvamos a la defensa actual. Por ahora, con ese argumento de inmunidad diplomática, sus nuevos abogados han logrado que su juicio por lavado de activos se dilate casi un año. En este periodo su defensa ha presentado mociones con documentos, incluidos pasaportes diplomáticos y cartas de la Cancillería venezolana que lo acreditan como un enviado especial. Pero la evidencia presentada ha resultado ser contradictoria y posiblemente falsa.

Me explico. Uno de los documentos oficiales presentados desencadenó una polémica sobre una presunta falsedad documental. Todo fue descubierto por el periodista Joshua Goodman, de AP, quien estableció que la defensa de Saab Morán allegó al caso un pasaporte venezolano que, efectivamente lo acredita como diplomático. Pero el número de pasaporte no coincide con el que aparece consignado en una carta de protesta que Venezuela presentó cuando fue capturado en Cabo Verde.

Aquí la cosa empieza a enredarse, por eso vamos parte por parte y documento por documento.

El supuesto pasaporte “diplomático” presentado por la defensa de Saab Morán termina en 8063. En ese se establece que es “enviado especial del ministerio del poder popular para relaciones exteriores”. Pero tiene un problemita: el documento tuvo vigencia de un año, del 21 de marzo de 2019 al 22 de marzo de 2020. La captura del testaferro en la isla africana fue tres meses después, el 12 de junio 2020. 

Yohir Akerman

Saab Morán no cargaba consigo ese pasaporte cuando lo arrestaron. El 13 de junio de 2020, horas después de la detención, el entonces canciller de Venezuela, Jorge Arreaza, dirigió a Cabo Verde un reclamo por la captura y en la carta le atribuye a Saab Morán un pasaporte que termina en 1956 sin especificar que fuera “diplomático”. En la carta calificó al empresario como “agente del gobierno”, y no como “enviado especial”. Parecido, pero diferente.

Otro documento oficial, que es una carta de Interpol Venezuela, emitida tres días después de la detención de Saab Morán, se refiere al mismo número de pasaporte citado por Jorge Arreaza. Interpol tampoco mencionó que se tratara de un “pasaporte diplomático”, ni que el empresario detenido en su avión privado fuera enviado especial. 

Yohir Akerman

Queda claro, entonces, que ese pasaporte mencionado por la Cancillería venezolana e Interpol de ese país no era diplomático y por consiguiente no tenía inmunidad diplomática.

El periodista Roberto Deniz, quien han investigado y seguido de cerca los miles de pasos ilegales de este personaje, realizó una pesquisa en documentos judiciales de Cabo Verde, en la que pudo comprobar que el pasaporte mencionado 1956 por Arreaza y la Interpol era un “pasaporte ordinario” y fue el mismo que Saab Morán tenía al momento de la detención junto a otro de Colombia terminado en 2619, es decir, el tercer pasaporte de esta historia.

Yohir Akerman

Pero no hay cuarto malo.

Una carta de la Cancillería venezolana fechada el 22 de octubre de 2021, dirigida al Departamento de Estado de los Estados Unidos, menciona otro pasaporte supuestamente “diplomático”, con un número distinto a los dos anteriores. Este terminado en 8720 y emitido el 23 de marzo de 2020, con vigencia hasta el 22 de marzo de 2022.

Si uno les creyera a las autoridades venezolanas, que a este punto está bastante difícil no desconfiar de sus oscuros intentos por liberar a su principal testaferro, Saab Morán tenía un pasaporte diplomático terminado en 8063 con vigencia de un año, del 21 de marzo de 2019 al 22 de marzo de 2020, que no tenía al momento de su captura pero que fue presentado a la Corte recientemente. Y, posteriormente, otro pasaporte diplomático, que apareció cuando se dieron
cuenta de que el otro estaba vencido al momento del arresto en Cabo Verde, terminado en 8720 y emitido el 23 de marzo de 2020, con vigencia hasta el 22 de marzo de 2022, que no ha sido introducido en el caso. Bastante sospechoso, por decir lo menos. 

Yohir Akerman

Por eso vamos a las fechas, que son muy importantes. Para marzo de 2019, Alex Saab ya estaba siendo investigado por las autoridades en Estados Unidos, México, Colombia e Italia por lavado de dinero. Es decir, si las autoridades venezolanas le dieron ese supuesto pasaporte diplomático en esa fecha, lo hicieron sabiendo que era una persona buscada por la justicia de varios países y con el objetivo de darle una inmunidad, para que no ocurriera lo que en este momento está sucediendo.

Y acá un detalle importante y es que Saab estaba jugando para todos los lados, incluso en contra de Venezuela. En realidad, Saab Morán solo jugaba a favor de Saab Morán.

Gracias a la desclasificación de documentos confidenciales en este caso, los archivos número 25 y 26, pudimos saber que estaba colaborando con las autoridades de Estados Unidos desde 2016. Profundicemos.

El archivo 25 contiene los detalles jurídicos para mantener la orden de sellado y confidencialidad en el caso federal de Estados Unidos. El documento 26, es una notificación ex parte, realizada por la Fiscalía de Estados Unidos, adicionando hechos que reafirmaban la solicitud de los abogados de Saab Morán, de quitar la orden de fugitivo. Esto para que pudiera, en ese momento, presentarse en sus propios términos a la justicia de Estados Unidos. Pero esto nunca pasó.

En esos documentos se describen algunos pormenores de la colaboración de Saab Morán con la justicia estadounidense que, según los agentes de ese país, se reunieron, en compañía de Abelardo de la Espriella, en Bogotá durante dos días diferentes el 8 y 10 agosto de 2016. En esa reunión Saab Morán entregó a los agentes de la DEA y el FBI, detalles preliminares de las operaciones ilegales y los movimientos de dineros. 

Yohir Akerman

Posteriormente, el 28 de noviembre de 2017, se reunió de nuevo con agentes especiales de la DEA y un fiscal federal adjunto para entregar más pormenores. Después de varias reuniones, el 27 de junio de 2018, Saab Morán firmó un acuerdo de cooperación con la DEA y se convirtió oficialmente en un informante activo, comunicándose constantemente con los agentes por teléfono, mensajes de texto y de voz, admitiendo que era una pieza clave de un entramado de
lavado de activos y testaferrato para el régimen de Maduro.

El documento 26 también demuestra que, como parte de ese acuerdo, Saab Morán le entregó a la DEA la suma de casi 10 millones de dólares provenientes de ganancias obtenidas por actividades ilícitas, lo que, en comparación con la mega fortuna que ha hecho robando las arcas de Venezuela, es una mera propina a la justicia de Estados Unidos.

Por eso volvamos a la fecha del 21 de marzo de 2019, en la que teóricamente recibió su supuesto pasaporte diplomático.

Pocos días después, el 4 de abril de ese año, Saab Morán, representado por su abogado estadounidense, se reunió con agentes especiales de la DEA y fiscales de la Oficina del fiscal de los Estados Unidos y del Departamento de Justicia en Europa. En esa reunión, recibió una fecha límite para entregarse a la justicia estadounidenses y enfrentar a las autoridades en relación con su conducta criminal. Se le informó que, si no se entregaba antes del 30 de mayo de 2019, ya no seguiría siendo una fuente colaboradora y sería acusado penalmente en el Distrito Sur de Florida y buscado para su captura.

El 25 de julio de 2019, Saab Morán fue acusado en el Distrito Sur de la Florida y sancionado por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos. Ese documento de acusación también trae pistas sobre sus múltiples facetas, identidades y pasaportes.

En esa orden se enlistan: un número de cédula de Colombia terminado en 0017, un pasaporte colombiano terminado en 5897, un pasaporte ordinario de Venezuela terminado en 5076 y un pasaporte de Antigua y Barbuda terminado en 0302, este sí diplomático, pero que fue revocado al mismo momento de la inclusión en la lista OFAC, como tenía que ser. 

Yohir Akerman

Con esto ya perdimos la cuenta de la cantidad de identidades y pasaportes que ha tenido este Chacal financiero. Pero no perdimos de vista la intención del gobierno venezolano de hacer todo lo posible para lograr la liberación de este testaferro y con ello la impunidad de sus mandatarios.

La comparación con el Chacal tiene más profundidad de la que parece a simple vista. Ilich Ramírez Sánchez, el terrorista venezolano que purga condena de cadena perpetua en Francia, fue bautizado así por el diario británico The Guardian, luego que uno de sus corresponsales informara que entre sus pertenencias fue encontrado una copia de la novela El Chacal, de Frederick Forsyth, cuyo personaje central era un asesino a sueldo. Entre los objetos personales de Ilich Ramírez también se encontraban varios pasaportes falsos, algunos de ellos diplomáticos, con diferentes nacionalidades e identidades.

Todo parece indicar que Carlos, el Chacal y Saab, el Chacal financiero están cortados con la misma tijera: de nacionalidad adoptada venezolana, obsesionados con el lujo parisino, turbios contactos con el régimen iraní, múltiples pasaportes falsos, los dos capturados en África y eventualmente extraditados para responder por sus crímenes. Ambos también, ídolos declarados del chavismo, aunque por la liberación de Saab Morán, el régimen venezolano parece ídolo declarado de Saab.

No es para menos, ya que, según la acusación de los Estados Unidos, desde 2011, Saab Morán y su socio Álvaro Pulido, que continúa en Venezuela, conspiraron con otros para lavar billones de dólares en las ganancias de una red de corrupción sustentada en sobornos dirigidos a obtener contratos para realizar proyectos públicos y fraudes al sistema de control de cambio de divisas en Venezuela. Se robaron, literalmente, las arcas enteras de ese país. Y ahora ese régimen hace todo para darle inmunidad y dejar ese caso en impunidad.

@yohirakerman; akermancolumnista@gmail.com

Conozca más de Cambio aquíConozca más de Cambio aquí

Más Columnas