
¿Cómo se vislumbra el horizonte económico ante la inminente subida del diésel?
Ricardo Bonilla, ministro de Hacienda.
Crédito: Colprensa
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El Gobierno nacional aceptó que es una medida impopular, pero que debe actuar de manera responsable; los camioneros afirman que los costos “inmovilizarían el transporte pesado”.
Por: Armando Neira

Colombia se asoma a un escenario complejo debido a la inminente subida del precio del acpm (aceite combustible para motores pesados), también conocido como diésel. En una orilla están los transportadores, que advierten que en esta ocasión no necesitarán siquiera ir a paro para mostrar su desacuerdo, porque los dueños de los vehículos van a dejar de tanquear, lo que prevén como una “inmovilidad natural”. En la otra orilla está el Gobierno nacional, que tiene vacíos los bolsillos y no puede seguir subsidiándolos.
“No hay posibilidad de un acuerdo con los transportadores, y la brecha total es de 6.000 pesos. El incremento está planteado para hacerse en tres ajustes, con un semestre de diferencia entre uno y otro”, dijo el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla.
“Hay una inflación supuesta que solo se puede resolver con el mundo real. Tendremos que ajustar el precio del diésel. Y será la próxima medida que tiene que tomar este Gobierno, aunque impopular. De paso, estoy anunciando que hay que tomarla, y que no va a haber acuerdo”, argumentó el funcionario, consciente de la situación que se abre.
Luis Fernando Mejía Alzate, director ejecutivo de Fedesarrollo, un respetado centro de pensamiento aplaude la decisión “por responsable”, “bien pensada” y que será puesta en marcha “gradualmente”.
Por ahora, un galón de diésel ronda los 9.000 pesos. El Gobierno puede hacer tres aumentos de a 2.000 pesos cada uno o empezar con uno de 3.000. Al final, cada galón debe quedar sobre los 15.000 pesos. “Se va a recorrer un camino correcto porque no hay recursos para seguir subsidiando, y el Gobierno no puede seguir abriendo así el hueco fiscal”, explicó Mejía.
Un informe del centro de estudios económicos Anif muestra que, durante los últimos dos años, el costo del subsidio a los combustibles en las cuentas del Gobierno fue de 49 billones de pesos, casi equivalente a los 54 billones de pesos provenientes de las dos últimas reformas tributarias.
“Este mayor gasto público se explicó por un aumento promedio en 2023 y 2024 de 1,1 puntos porcentuales en el rubro de funcionamiento e inversión, de 1,3 puntos en un mayor pago de intereses y de 1,5 puntos en el gasto asociado a los subsidios de los combustibles”, dijo el documento de Anif.
“El déficit de combustibles ya se ‘comió’ la última reforma y estamos utilizando remanentes para los gastos sociales”, advirtió, en su momento, el ministro Bonilla.
“El común denominador de los ministros de la administración Duque es decir que pagaron todo, pero lo que no dicen es qué fue lo que dejaron. La realidad es que dejaron pequeños FEPC (Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles) en distintos sectores y grandes FEPC para cubrir con el presupuesto en el futuro. Nos dejaron varios huecos que nunca resolvieron”, aseguró, en su momento, Bonilla al defender el costo político que asumía Petro.
La posición de los camioneros frente al alza del diésel
Ahora bien, en la otra orilla están los dueños de los camiones. Alfonso Medrano, presidente de la Asociación Colombiana de Camioneros, se muestra sereno frente a lo que se viene. Sorprende su tranquilidad al expresar su pensamiento.
"No estoy molesto con el ministro Bonilla, uno debe ser duro con los argumentos, pero suave con las personas. Desde nuestro punto de vista está equivocado y las consecuencias serán muy grandes para el Gobierno del presidente Petro y para todos los colombianos", afirmó.
Sobre si se van a paro afirma que "no es necesario" porque "los precios son tan altos que no se va a poder tanquear. Habrá una inmovilidad general, pero no convocada por nosotros, sino porque será más rentable dejar los carros quietos".
Medrano contó que en Colombia hay 480.000 camiones que van desde tractomulas y dobletroques hasta unidades más pequeñas. En estos se mueven 14 millones de toneladas al año, en condiciones normales.
"Pero Colombia hoy no está en condiciones de normalidad. Solo durante el Gobierno del presidente Petro hemos soportado 1.200 bloqueos; hoy miércoles nada más amanecimos con dos, uno en la carretera Panamericana", aseguró Medrano.
¿Qué pasa cuando hay un bloqueo?
"El camión queda frenado y, usualmente, la carga se pierde. Las pérdidas son enormes, y ante eso no recibimos nada. ¿Alguien ha pensado en ayudarnos cuando, por ejemplo, se nos pierde una carga de huevos en una carretera de tierra caliente en la que no dejan pasar?", agregó Medrano.
Mejía, de Fedesarrollo, comprende la situación, pero dice que en adelante lo que el Gobierno debe hacer es articular a todo el Estado para que los conductores puedan moverse con libertad.
En Colombia se ha vuelto habitual el bloqueo como forma de expresión, lo que causa unos traumatismos profundos. Este miércoles, por ejemplo, los indígenas pusieron barricadas en la Panamericana en rechazo a la ausencia del ministro del Interior en una reunión que, según ellos, ya tenían concertada.
“Lamentamos la actitud intransigente de los integrantes del movimiento Aiso que, de forma ilegal, bloquean la vía Panamericana y afectan los derechos y garantías de la mayoría de habitantes de Cauca y Nariño. La discusión jurídica del decreto es indispensable para asegurar que esté ajustado a la Constitución y la ley. Negarse a ese diálogo es incomprensible. Rechazamos las vías de hecho que entorpecen los avances de las mesas y reiteramos la disposición del Gobierno a continuar la búsqueda de soluciones”, dijo en su defensa el ministro Juan Fernando Cristo.
Medrano, por su parte, dijo que ese es el pan de cada día de los conductores de automotores pesados que se mueven gracias al diésel y llevando la carga con los alimentos que van a las plazas de mercado, de allí a las tiendas hasta llegar al consumidor en cada uno de los hogares. De ahí que pida la solidaridad de los demás colombianos por un trabajo tan extenuante como imprescindible para todos.
"Y eso para no hablar de las carreteras, que son un verdadero desastre. Se pone uno a contar las carreteras de Colombia que están en buen estado, y se cuentan con los dedos de la mano", dijo.
Medrano, además, aseguró que el alza del diésel impactará de manera severa no solo a los camioneros, sino también a los dueños de buses, busetas y toda la maquinaria del sector agrícola.
"Cuando se empiecen a parar uno a uno, el Gobierno se dará cuenta de su error", aseguró.
¿Es posible volver al diálogo para buscar una salida consensuada? Es muy difícil, porque durante un año y dos meses se realizaron 14 reuniones entre transportadores y el Ministerio de Hacienda.
"Ya hemos visto que no es posible llegar a acuerdos con ellos. No quieren ser tocados. Nosotros lo hemos dicho: si al menos se hubiera ajustado el precio de este combustible por la inflación causada, el diésel en el mercado estaría en 13.200 pesos, sin pensar en la brecha que existe internacionalmente. Ellos creen que es imposible tocar ese precio, pero para las finanzas públicas esto representa un billón de pesos mensuales", dijo el ministro Bonilla.
Se abre así una situación inédita en la que es difícil hacer análisis precisos de cómo saldrá todo. “Es una decisión impopular, pero necesaria”, afirmó Bonilla sobre la firma de un decreto que no tardará en salir.
