
Francisco Rossi, director del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima), habló con CAMBIO sobre la falta de medicamentos en Colombia.
Crédito: CAMBIO
“No hay desabastecimiento, sino escasez”: habla director del Invima sobre la crisis de medicamentos
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En entrevista con CAMBIO, Francisco Rossi reconoció que hay 15.000 trámites de registros sanitarios represados en el Invima, pero aclaró que esa situación no está provocando el problema actual. Además, dijo que la crisis actual es causada por los problemas contractuales entre las EPS y sus prestadores de servicios.

Francisco Rossi es el director del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima), la entidad que, entre otras cosas, se encarga de tramitar y entregar los registros sanitarios de esos productos que se comercializan en Colombia.
El funcionario habló con CAMBIO sobre la compleja situación que atraviesa el país por la falta de recursos en el sector de la salud que está afectando a las gestoras farmacéuticas. Según Rossi, no es cierto que haya desabastecimiento de medicamentos, sino que se trata de una escasez causada por los problemas contractuales entre las EPS y sus prestadoras de servicios.
También reconoció que hay unos 15.000 trámites de registros sanitarios represados, pero eso -aclaró- no tiene que ver con el problema actual, ni ha provocado la falta de algún producto a los pacientes.
CAMBIO: ¿Cómo explica el Invima la crisis de medicamentos?
Francisco Rossi: Hay muchos puntos de vista sobre lo que está pasando. En el Invima tenemos perfectamente claro que debemos cumplir con nuestra tarea y resolver los problemas que nos competen a nosotros como entidad. Sin embargo, hay que decir que existe una confusión entre desabastecimiento y escasez y frente a lo que pasa en el sector público y el sector privado.
Con relación al Invima, sí es cierto que hay unos trámites de registro sanitario demorados. Pero, aunque hay problemas de escasez, hoy, y desde mayo de 2024, no tenemos ningún caso en el que la falta de un medicamento tenga que ver con un trámite pendiente en nuestra entidad.
El año pasado teníamos 26.000 registros represados, pero se hizo un plan de contingencia, y se lograron evacuar casi 17.000. Han llegado unas nuevas solicitudes y por eso a la fecha tenemos 15.000 trámites pendientes. Sabemos que existen las demoras y eso lo tenemos que corregir.
CAMBIO: ¿Por qué se demoran los registros sanitarios de los medicamentos?
F.R.: Tiene que ver con la forma en que se diseñó el trámite y los requisitos. El Invima debe asegurarse de que cualquier persona que quiera producir un medicamento cumpla con unos requisitos muy claros de producción y eso toma un tiempo para los laboratorios que tienen que alistar mucha documentación y para el Invima que debe revisarla. Hablo de requisitos de calidad, seguridad, eficacia e idoneidad para lo que se supone será el producto que se quiere sacar al mercado.
Como siempre, hay mucha gente, muchas empresas, que quieren producir medicamentos, lo cual significa que van llegando más y más solicitudes que se represan mientras que la entidad cuenta con poca capacidad para atenderlas. Es un tema que se ha complejizado en los últimos años porque también nos han puesto más funciones. Ahora estamos respondiendo peticiones, quejas y reclamos y, con el mismo personal, estamos haciendo ambas cosas.
CAMBIO: ¿El Invima reconoce que los trámites son engorrosos?
F.R.: Sí, pero estamos tratando de cambiar esa situación. Queremos trámites más técnicos e inteligentes.
CAMBIO: ¿Cómo lo harán? ¿Cuál es la solución?
F.R.: Vamos a especializar a los funcionarios en la evaluación técnica que hará que los registros sanitarios se demoren ahora 20 minutos. Hoy se demoran unos seis meses o incluso un año, pero en el segundo semestre de 2025 tendremos una nueva metodología para agilizar los procesos. Además, todos los trámites que tenemos pendientes los evacuaremos este año.

CAMBIO: ¿Para usted hay desabastecimiento de medicamentos en Colombia?
F.R.: Desabastecimiento significa que no hay nada, en ninguna parte, ni en una droguería privada, ni en un hospital, ni en algún sitio en particular. Lo que tenemos hoy es un problema estructural en la medida en que hay productos que dejan de ser comercialmente interesantes para la empresa privada y se dejan de producir. Además, no existen ahora mecanismos para estimular la producción pública para resolver el problema de los medicamentos que ya no son rentables, pero que se necesitan.
Esos medicamentos que actualmente no tienen inventario son solo nueve o diez. Y hay un universo de por lo menos 4.500 productos. En los demás productos lo que hay es escasez relativa.
CAMBIO: Usted dice que hay confusión entre desabastecimiento y escasez…
F.R.: Sí, porque, como decía, el desabastecimiento es cuando no hay inventarios. La escasez se da porque la EPS o la IPS, que tiene que entregar los medicamentos, no tiene el producto y en cambio en la droguería de al lado o en cualquier otro dispensario sí se consigue. Es un tema que tiene que ver con las relaciones contractuales entre esas empresas y va mucho más allá del papel del ministerio de Salud o del Invima, que no regula ese mercado.
CAMBIO: ¿Cuáles son esos diez medicamentos que no hay?
F.R.: Tenemos desabastecidos, entre otros, el etomidato, fenitoína y la insulina. Adicionalmente, hay riesgo de tener cantidades limitadas de antígeno de Hepatitis B, lamotrigina, midazolam y quetiapina.
CAMBIO: ¿Cuál es la razón del desabastecimiento de esos productos?
F.R.: Que los laboratorios los dejaron de producir.
CAMBIO: ¿Qué está pasando con la insulina?
F.R.: La insulina es un caso complejo y bastante más largo de explicar, porque es un producto muy antiguo: tiene más de 100 años y lo que le ha pasado al mundo entero es que se ha concentrado el mercado, es decir, solo lo pueden producir unos pocos creando un oligopolio global. Se han hecho análisis y hemos tenido reuniones con tres proveedores globales y con otros mucho más pequeños que, eventualmente, pudieran entrar a este mercado y que pudieran ayudar a resolver la escasez de un tipo de insulina que hoy tenemos en el país.
CAMBIO: ¿Ese medicamento se puede producir en Colombia?
F.R.: Aunque el medicamento original ya no tiene patente, se han ido generando nuevas protecciones a los procesos de modificación y los desarrollos que ha tenido la insulina. Como decía, hay un oligopolio de tres empresas que tienen esas patentes y se quedaron con el mercado. Pero este no es un problema de Colombia: está pasando en todo el mundo.
CAMBIO: ¿Cómo es el proceso para que entre un medicamento a Colombia?
F.R.: Si alguien quiere traer un medicamento tiene que pedirle permiso al Invima para que verifique que en el país donde lo están produciendo cumple con todos los requisitos para el mercado colombiano. Luego se otorga un registro y ese importador lo comercializa después. Como hay tantos intermediarios, el precio del producto es cada vez mayor.
CAMBIO: ¿El presidente Petro quiere comprar los medicamentos directamente?
F.R.: El Gobierno no tiene recursos para hacer eso y tendría que buscar un mecanismo financiero para resolverlo de urgencia. Por ejemplo, el dinero de la insulina no lo tiene el Gobierno. Ese dinero ya se le entregó a las EPS en la UPC y por anticipado, todos los meses. Son ellos los que los tienen que pagar. Pero si ese modelo que tenemos hoy no es capaz de resolver el tema, el Gobierno tendría que intervenir para ponerlo en el mercado y que funcione y que los que lo necesitan lo reciban.
CAMBIO: ¿Las gestoras farmacéuticas tienen problemas de inventarios por la reforma a la salud?
F.R.: Eso puede tener algún sentido. Pero es que la decisión que tomamos hace unos años, aunque nos guste o no, fue que el financiamiento del sistema de salud quedara en manos de unos actores. Esos actores han tenido 30 años para organizar todo, para manejar todo y lo que está pasando hoy es consecuencia de eso.
Este es un problema que viene de muchos años atrás, pero que en este momento se utilizó para hacerle ruido a la reforma que queremos corregir. El sistema está pasando por una crisis financiera muy grave que se empezó a gestar hace mucho tiempo.
CAMBIO: ¿Qué le dice en este momento a una persona que está esperando en un dispensario su medicamento y que, si no se aplica el medicamento, si no se lo toma, puede morir?
F.R.: Lo que yo le puedo decir es que tiene que encontrar el mecanismo para que quien le tiene que responder por eso le responda. No es el Invima y tampoco el ministerio. Las respuestas hay que buscarlas en los actores que están manejando mal este sistema. Sabemos que los pacientes necesitan ayuda y por eso la Superintendencia de Salud y otras entidades del Gobierno estamos tratando de corregir los problemas, pero son otros los culpables de que esto esté pasando.

