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"Daban comida dañada y se nos burlaban en la cara”: deportados colombianos relataron maltratos que sufrieron en Estados Unidos
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Llegaron a Colombia los dos primeros aviones de las Fuerzas Armadas con migrantes deportados, quienes denunciaron malos tratos de las autoridades estadounidenses y expresaron alivio al ser repatriados.
Por: Gabriela Casanova

Este miércoles llegaron los dos primeros aviones de la Fuerza Aeroespacial de Colombia con más de 200 migrantes deportados desde Estados Unidos. Algunos de ellos dicen que fueron maltratados por las autoridades estadounidenses: a su llegada a Bogotá, contaron a medios que les quitaron las pertenencias, les daban comida en mal estado, las tenían esposadas de manos y pies, y se burlaban de ellos.
¿Quiénes son los migrantes deportados?
El canciller saliente Luis Gilberto Murillo señaló que estas personas fueron deportadas por estar en condiciones migratorias irregulares y aclaró que no tienen pendientes con la justicia ni en Colombia ni en Estados Unidos. Eso, en contraste con lo que dijo el presidente estadounidense, Donald Trump, quien aseguró que los repatriados eran "criminales, narcotraficantes y asesinos".
El primer vuelo procedente de California trajo de vuelta al país 62 hombres, 32 mujeres y 16 niños. En este grupo se encontraban dos mujeres embarazadas quienes, según reportes médicos, están en buen estado de salud. El segundo vuelo, procedente de El Paso, Texas, trajo 46 hombres, 45 mujeres, incluidos cinco menores de edad.
“Daban la comida dañada, la tiraban al piso”: colombiano deportado
Ante medios de comunicación, habló un hombre que junto con su hijo estuvo solo por 14 días en Estados Unidos. El ciudadano, de origen barranquillero, afirmó que recibió malos tratos por parte de las autoridades estadounidenses. “Eso no es el sueño americano, esa es la pesadilla americana”, aseguró.
El hombre dijo que su hijo, pese a que tiene solo 17 años, fue esposado de manos y pies. “Horrible, horrible, horrible. Esposaron a mi hijo. Daban la comida dañada, la tiraban al piso”, señaló. También, dijo que les habían quitado sus pertenencias, como celulares y dinero.
Según este ciudadano, lo retuvieron cinco días en San Diego y luego dos días en Texas, tras ser devuelto en el avión militar el pasado domingo. Él y otros migrantes estuvieron encerrados en celdas y no sabían si era de día o de noche. “Peor que un preso”, comentó.

El ciudadano contó que, una vez en Texas, se bañó por primera vez tras cinco días de encierro. Dijo que allí los habían tratado mejor y que les dieron ropa, sin embargo, los funcionarios de migración les "robaron" la que ellos llevaban.
“El único delito que cometí es que entramos indebidamente porque uno busca un mejor futuro”, relató.
“No me quiero ir de Colombia. (…) Cuando vimos el avión colombiano, volvimos a la vida”, expresó.
“Allá se nos reían a todos en la cara”
Otro de los ciudadanos deportados se llama José (28 años), un profesor desempleado que decidió cruzar la frontera de México y Estados Unidos por Tijuana, para encontrar una mejor oportunidad laboral que en Colombia.
En diálogo con Blu Radio, afirmó que el pasado 22 de enero viajó a Estados Unidos, donde reside su familia, la cual había ingresado al programa migratorio Catch and Release. Este programa les permitía solicitar asilo y, mientras se resolvía su caso, permanecer en libertad y trabajar, beneficio que sus parientes lograron obtener.
José lleva consigo las pruebas que justificaban el asilo que estaba solicitando, pero señaló que ni siquiera recibió una entrevista.

Ante otros medios de comunicación, José explicó cómo fue detenido:
“Nosotros tratamos de cruzar la frontera caminando con un mexicano y otro grupo de personas. Y pues ahora manejan con perros, drones, sistemas. Ahora sí que lo último en tecnología y nos agarraron y no nos dejaban ir. Nos agarraron, nos esposaron, nos quitaron nuestras pertenencias”.
Así mismo, describió cómo fueron maltratados por las autoridades estadounidenses: “Allá se nos reían a todos en la cara. Hubo personas que les quitaron su bastón. (…) Fue un trato inhumano”.
También, relató que fueron esposados de manos y pies. “Hijos tuvieron que ver a sus mamás encadenadas como si fueran traficantes, cuando realmente lo único que querían era un mejor futuro para su familia”, agregó.
En cuanto al trato en el avión militar colombiano, al igual que el ciudadano barranquillero, dijo que recibió un buen trato de su personal y les agradeció por ello. “Muchas gracias porque ellos nos trataron como personas”, dijo.
“Él no ha comido”: mujer deportada dice que su bebé presenta desnutrición
“Me robaron en México. Me robaron todos los documentos, el celular, casi se roban a mi bebé”, le dijo una joven colombiana deportada a prensa de Presidencia con su bebé en brazos.
La mujer aseguró que estuvo retenida por ocho días en la agencia de migración junto con su hijo: “Él no ha comido. Ya lo llevé al médico y está en desnutrición”.
La ciudadana dio un mensaje contundente a los colombianos: “No se vayan. Allí hay personas que llevan un mes, hay gente desaparecida”.
Además, señaló: “Ya mandaron soldados a las fronteras. Los ponen en el asilo, pero no los sueltan. Nos dieron prioridad pues porque traemos a los bebés, pero duré ocho días sin comer bien. Los tratos eran horribles. Nos levantaban como si fuéramos lo peor del mundo”.
“A algunos les pegaron”
Otro joven entrevistado por el equipo de comunicaciones de la Presidencia de Colombia dijo que desde un principio los trataron muy mal. “Nos botaron la ropa (…) no nos dejaban bañar, nos despertaban a las tres de la mañana, esperaban a que nos durmiéramos y a la hora nos despertaban, nos gritaban, a algunos les pegaron”.
En cuanto a la atención médica, señaló que “prácticamente tocaba lastimarse” para que los dejaran salir. Fue el último día en migración que los dejaron bañarse y cepillarse. “Estamos felices de volver, ansiábamos mucho estar en nuestra tierra, extrañábamos estar por acá y, de verdad, algunos nos arrepentimos de habernos ido”, dijo.
“No nos dicen nada”: cuenta otro de los deportados
Andrés, un ingeniero mecatrónico deportado, dijo que fue repatriado desde El Paso (Texas), donde había llegado hace 12 días para pedir asilo. “Nos daban de comer. Aseo normal, pues en mi experiencia personal, bien. No hubo mucho problema. Cada vez que hacían movimientos hacían lo del esposamiento”, comentó ante medios de comunicación.
También señaló que las autoridades estadounidenses no brindan explicaciones cuando son deportados: “Nos deportan y ya. No nos dicen nada”.
