El reencauche de Alberto Santofimio
10 Marzo 2023

El reencauche de Alberto Santofimio

Crédito: Fotoilustración de Yamith Mariño

Condenado por el asesinato de Luis Carlos Galán, Alberto Santofimio Botero reaparece en la escena política del Tolima de la mano del clan de Óscar Barreto, quien aspira a consolidar su poder conservador en la región. ¿Cómo pudo Santofimio volver al ruedo?

Por: Andrés Muñoz

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La vida de Alberto Santofimio Botero atraviesa la historia política de Colombia en los últimos 50 años. Desde el crimen de Luis Carlos Galán hasta el proceso 8.000. Pasó de ser un respetado orador, hombre de letras y cacique electoral del Tolima, a un decadente político que alió con la mafia y se corrompió. A pesar de eso, quiere seguir teniendo juegos en la política de su departamento. Recientemente se le vio en Le Petit Café, de Ibagué, en una reunión política de Adriana Magali Matiz, una exrepresentante a la Cámara que busca ser gobernadora del Tolima.

En el encuentro también estuvo presente Arcesio Perdomo, exgerente del hospital San Rafael de El Espinal, imputado por la Fiscalía hace un par de semanas por contratación ilícita y peculado.  Anticipando el revuelo nacional que produciría su reaparición, Santofimio recalcó la necesidad de tomar decisiones desde la  autonomía regional, reivindicando el “tolimencismo”, rechazando la imposición de candidaturas desde Bogotá y oponiéndose a los “manzanillos”, una expresión de vieja data usada para referirse a quienes hacen política para beneficiarse únicamente a sí mismos.

“No vamos a aceptar imposiciones. No vamos a aceptar órdenes. La época de los virreyes capitalinos está en la historia. En la vigencia actual de la política lo que cuenta es el voto ciudadano, la libertad y la independencia de pensar y decidir”, dijo Santofimio.

El retorno del gamonal generó la indignación del presidente del Congreso, Roy Barreras, y Juan Manuel Galán, quien dijo que "el Tolima no se merece que un asesino condenado por homicidio con fines terroristas por la Corte Suprema y por el proceso 8000 sea su “oráculo” político".

Aunque para el resto del país Santofimio regresó ‘como si nada’, en Ibagué y todo el Tolima Santofimio nunca se fue. Según una fuente conocedora de la política en esa región, el exsenador se ha mantenido activo en la política del departamento aconsejando a figuras cercanas y desde 2021 ha venido acompañando al clan Barreto, al cual pertenece Adriana Magali Matiz. “Mucha gente todavía lo quiere, lo recuerda, sobre todo de generaciones pasadas que lo conocieron como senador, ministro y candidato presidencial”, dijo la fuente, y agregó que "en parte de la sociedad tolimense todavía se habla de montajes judiciales contra él".

Por su parte, el abogado tolimense y excandidato al Senado por el Nuevo Liberalismo Guillermo Pérez Flórez dijo que "Santofimio es el fundador de una escuela y un estilo que degradó la política a niveles insospechados y que ha sido copiado por otros políticos en el Tolima". Pérez, quien fue cercano a Luis Carlos Galán desde los inicios de su movimiento político, afirmó que Santofimio ya había sellado acuerdos desde que quedó en libertad condicional hace tres años.

"Santofimio diseñó una estrategia para regresar. Empezó a aparecer en eventos públicos y privados, cocteles, reuniones, cumpleaños. Hasta lanzó un libro. El año pasado, hubo un encuentro con el senador Barreto, que es la versión azul del santofimismo. El mismo poder que tenía Santofimio lo tiene hoy Barreto. Sellaron una alianza y eso se protocolizó esta semana con el apoyo hacia Matiz", dijo Pérez Flórez.

Reunión de Alberto Santofimio con el clan Barreto en 2022.
De izquierda a derecha: Ruben Darío Rodríguez, exalcalde liberal de Ibagué, Alberto Santofimio, Adriana Magali Matiz y el senador conservador Óscar Barreto Quiroga en abril de 2022.

Germán Huertas, exalcalde de Ibagué y exgobernador del Tolima, ha sido cercano a Santofimio e hizo parte de su grupo político en los años 80. Para Huertas, el exsenador ya pagó su condena y "tiene derecho a opinar y participar en la política".Además, resaltó que sigue siendo importante en la política tolimense por su "trayectoria" y por las "obras importantes de infraestructura" que construyeron los "gobernantes regionales, escogidos o elegidos siguiendo las directrices de Santofimio".

"Es desproporcionado el revuelo por su reaparición. Como Santofimio es un hombre de acción, de controversia, un constante luchador por las ideas, su brillante palabra es temida por sus mediocres adversarios", dijo Huertas.

El analista Diego Zuluaga explicó que la llegada de Santofimio a la casa Barreto es un acuerdo en el que ambas partes ganan. El condenado exministro le aporta su experiencia a Óscar Barreto para que este pueda consolidar su poder en Ibagué y el Tolima, y de paso se reencaucha en las tarimas de su terruño.

 "Para consolidar una hegemonía política, Oscar Barreto necesita gente con bastante conocimiento y por eso esto es un gana gana. Óscar Barreto se asesora de Santofimio y Santofimio se reencaucha en la política a través del clan", dijo Zuluaga.

Alberto Santofimio: crónica de un ascenso vertiginoso y una caída escandalosa

Alberto Santofimio nació en Ibagué en 1942. Es nieto de Clímaco Botero Escobar, un prestante industrial oriundo de Medellín. El abuelo materno de Santofimio fue alcalde de la capital del Tolima en tres ocasiones y se codeaba con la clase política liberal y conservadora de la época en tertulias que le dieron fama de gran orador, cualidad que le legó no solo a su nieto sino a su hija, la presentadora Gloria Valencia de Castaño, tía de Santofimio. Además de su abuelo, Santofimio tuvo en su padre, Alberto Santofimio Caicedo, a su otro mentor político e intelectual.

En 1963 y con solo 21 años llegó a ser secretario de Hacienda de Ibagué y también incursionó en el periodismo, al fundar el periódico Rebelión, y el radioperiódico Combate, homónimo del periódico del filósofo francés Albert Camus.

Rápidamente, escaló dentro del directorio liberal y llegó al Concejo de Ibagué y después a la Asamblea del Tolima, consolidándose como uno de los dirigentes regionales más poderosos de las toldas rojas. En 1968 entró por primera vez al Congreso, al ganar una curul en la Cámara de Representantes.

En 1974, Santofimio Botero fue nombrado ministro de Justicia por el presidente Alfonso López Michelsen, su jefe político, y en 1975 llegó a la presidencia de la Cámara de Representantes. Su gestión en esa corporación le produjo el primer escándalo. Acusado de malos manejos y falsedad en documentos al celebrar cientos de contratos con personas que ya habían fallecido o eran analfabetas, Santofimio fue puesto en prisión en una estación de Policía de Bogotá en enero de 1978, pero fue liberado cinco meses después por decisión de un juez. Terminó absuelto en 1979 por decisión del Tribunal Superior de Bogotá.

En 1978 y aún detenido, Santofimio fue elegido senador, al igual que Luis Carlos Galán. Para ese momento, los dos jóvenes habían tomado caminos distintos en el contexto de la disputa entre Carlos Lleras y Julio César Turbay Ayala por la candidatura presidencial de los liberales. Galán apoyó a Lleras y Santofimio a Turbay, quien finalmente se quedó con la nominación y la presidencia.

En 1979, Galán emprendió una batalla contra la dirigencia de su partido y fundó una disidencia conocida como el Nuevo Liberalismo, buscando una renovación en la colectividad. El distanciamiento con la dirigencia liberal se hizo más grande de cara a las elecciones presidenciales de 1982. Para esa época, Galán era candidato por su movimiento. Durante la campaña, recibió el apoyo de Jairo Ortega, un político antioqueño que hacía parte de otra corriente llamada Renovación Liberal, aliada de Alternativa Liberal, de Santofimio Botero. Allí fue donde aterrizó Pablo Escobar, quien por la época era conocido como un generoso empresario famoso por la fachada altruista ‘Medellín sin tugurios’, bajo la cual construyó casas, canchas de fútbol y otras obras en las zonas más pobres de la capital antioqueña, generando un importante capital político.

Alberto Santofimio y Pablo Escobar
De izquierda a derecha: Jairo Ortega Ramírez, Alberto Santofimio y Pablo Escobar.

Las sospechas sobre el origen de la fortuna de Escobar motivaron a Galán a desautorizar públicamente en un mitin en el Parque Berrío la lista a la Cámara de Jairo Ortega de la que hacía parte el narcotraficante. Aún así, Ortega y Escobar llegaron al Congreso. Según cuenta Juan Manuel Galán en su libro ‘El rojo de Galán. Nueva manera de hacer política’, al ser expulsados por Luis Carlos, Ortega y Escobar se unieron a la candidatura de López Michelsen, quien tenía el apoyo de su pupilo Alberto Santofimio.

“El grupo de Ortega y Escobar decide dirigirse al Partido Liberal, para apoyar al candidato oficial del partido Alfonso López Michelsen. Los directores nacionales de la campaña de López, Ernesto Samper y Alberto Santofimio aceptan la adhesión de Renovación Liberal y sus contribuciones financieras”, dice Juan Manuel Galán.

Para agosto de 1983, el presidente Belisario Betancur nombró ministro de Justicia a Rodrigo Lara Bonilla. Lara había fundado el Nuevo Liberalismo junto a Luis Carlos Galán . Además, compartía las preocupaciones de su colega por la entrada de ‘dineros calientes’ a las campañas políticas y a otros sectores como los equipos de fútbol profesional.

Pocas semanas después de llegar al cargo, Lara Bonilla aseguró en un debate en el Congreso tener pruebas de la infiltración de dineros del narcotráfico a la clase política y la relación de Escobar con el negocio ilegal. Además, El Espectador reveló por esos días un expediente de 1976 en el que aparecía reseñado que Pablo Escobar  había estado preso por tráfico de marihuana. El debate derivó en la expulsión de Escobar del Congreso y la declaración de guerra del cartel de Medellín contra Lara y el Nuevo Liberalismo. El ministro Lara Bonilla fue asesinado el 30 de abril de 1984.

En diciembre de ese año, Galán y Santofimio se cruzaron en un duro debate en el Congreso. El caudillo del Nuevo Liberalismo le recordó a Santofimio el escándalo que lo había llevado a la cárcel en 1978 y Santofimio acusó a Galán y su movimiento de haber dejado solo a Lara Bonilla cuando Jairo Ortega lo acusó de recibir un millón de pesos del narcotraficante Evaristo Porras, capo del cartel del Amazonas. Galán Sarmiento afirmó que la crisis del Partido Liberal se derivaba del “comportamiento delictivo cuando ejercía la presidencia de la Cámara de Representantes” de Santofimio, como quedó reseñada en una crónica periodística de la época. Uno de los congresistas de la época, el fallecido Roberto Gerlein afirmó en años posteriores que ese fue el debate más "memorable" que pudo presenciar en el Congreso por la oratoria de ambos contrincantes.

“Pobre y precaria bandera la suya la de desacreditar los gobiernos liberales a través de un montaje falsamente moralista”, dijo Santofimio Botero en su momento refiriéndose a Galán.

Las diferencias entre Galán y Santofimio terminaron en  la tercería de Virgilio Barco, quien fue el candidato liberal a las presidenciales de 1986. En 1989, cuando Galán tenía todo para por fin llegar a la Casa de Nariño y Santofimio quedaba rezagado, fue víctima de un atentado en Soacha que acabó con su vida y levantó las sospechas sobre la participación de Alberto Santofimio en el magnicidio.

Alberto Santofimio y Luis Carlos Galán
De izquierda a derecha: Luis Carlos Galán, Ernesto Samper, William Jaramillo y Alberto Santofimio en la convención liberal de 1989.

"Pablo, mátalo"

Las sospechas las corroboró el mismo Popeye, mano derecha de Pablo Escobar. El sicario del Cartel de Medellín dio el principal testimonio que le sirvió a la justicia para condenar a Santofimio Botero como uno de los determinadores de la muerte de Galán.

En enero de 2005, Popeye, cuyo nombre era John Jairo Velásquez Vásquez y quien ya había sido condenado por el crimen de Galán, decidió ampliar su testimonio e incriminar a Santofimio Botero. Según el delincuente, el gamonal tolimense se reunió con el capo y le dijo sobre Galán: “Pablo, mátalo”. Su objetivo era quitar al caudillo del camino hacia la presidencia para las elecciones en la que él también aspiraba a ser presidente. 

Otros testimonios, como el de alias Mugre, relacionaron a Santofimio y a Escobar en una dinámica de consejero y aconsejado. En mayo de ese año, Santofimio fue puesto en prisión preventiva a la espera del juicio. El político venía de pagar 55 meses de prisión por haber recibido dineros del narcotráfico en medio del escándalo del proceso 8.000 que hizo tambalear la presidencia de Ernesto Samper.

En su defensa, Santofimio argumentó que no se le podía creer a un criminal como Popeye, que las acusaciones eran orquestadas por sus enemigos políticos y que incluso se desmarcó de Escobar en 1983 cuando se revelaron sus actividades mafiosas. Ninguno de sus alegatos sirvió y en 2007 fue condenado a 24 años de cárcel y a pagar multas de 1.725 millones de pesos para la familia Galán Pachón y 230 millones para los familiares de Santiago Cuervo, escolta de confianza de Galán que murió también en Soacha.

Sin embargo, en octubre de 2008, Santofimio quedó libre por una decisión del Tribunal Superior de Cundinamarca, que argumentó que los testimonios principales habían llegado tarde al proceso y tenían varias contradicciones. En 2011, la Corte Suprema de Justicia, a través de su Sala de Casación Penal, desestimó los argumentos del Tribunal de Cundinamarca y confirmó la condena a Santofimio. El político pasó cerca de seis años en La Picota leyendo y escribiendo hasta que en 2017 le concedieron casa por cárcel por su buen comportamiento.

En 2019 le fue revocado este beneficio porque no le pagó la indemnización a la familia de Galán ni a la del escolta Cuervo. De esta manera, Santofimio tuvo que salir de su apartamento en el norte de Bogotá y regresar a La Picota. En marzo de 2020, el exsenador fue puesto nuevamente en libertad condicional, al llegar a un acuerdo con las víctimas de entregar ese inmueble como pago. También se tuvo en cuenta su avanzada edad que lo hacía vulnerable al contagio de covid-19.

Así, Santofimio regresó a su ciudad natal, presentó su libro Memorias Fragmentadas y ahora ha decidido volver al ruedo proselitista del Tolima, donde, al parecer, la vieja política está lejos de ser sepultada.

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