Elecciones regionales: la otra moneda de cambio para salvar la reforma a la salud
30 Marzo 2023

Elecciones regionales: la otra moneda de cambio para salvar la reforma a la salud

Crédito: Fotoilustración de Yamith Mariño

Con la sorpresiva radicación de la ponencia quedó demostrado que el Gobierno apela a mantener el frente amplio para las elecciones regionales, en aras de rescatar votos a favor de la reforma a la salud. Sin embargo, intentar negociar congresista por congresista puede resultarle demasiado caro.

Por: Andrés Muñoz

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La reforma a la salud entró a su momento más difícil por la decisión del Partido Liberal, el Partido Conservador y el Partido de la U de apartarse del proyecto y diseñar sus propias iniciativas. El 1 por ciento que el ministro Alfonso Prada aseguró que estaba pendiente de concertar se convirtió en el 100 por ciento de la causa por la que el Gobierno tiene las alarmas encendidas, pues en juego no solo está el futuro de la transformación del sistema de salud, sino de toda la coalición de Gobierno y del paquete de reformas sociales.

Consciente de la urgencia de llegar a consensos, y de la inconveniencia de optar por el camino de las movilizaciones para presionar la aprobación de las reformas, la estrategia del Gobierno es la de negociar directamente con los congresistas. Así, el Ejecutivo quiere reunir los votos suficientes en la Comisión Séptima de la Cámara para superar el primer debate y ganar tiempo.

“La única estrategia nuestra es mantener el diálogo con todos los sectores sociales y políticos para que se logre la mejor reforma a la salud. Es el Congreso en su independencia y función constitucional quien deberá tomar la mejor decisión para el pueblo colombiano”, dijo la ministra de Salud, Carolina Corcho.

El método de negociación uno a uno quedó en evidencia con la sorpresiva radicación de la ponencia de la reforma a la salud en la tarde del viernes, 31 de marzo, justo antes del receso en el Congreso por Semana Santa. Sobre las 5:20 de la tarde el articulado se radicó en la Comisión Séptima con las firmas de los ponentes del Pacto Histórico, la Alianza Verde, Comunes, el Partido Conservador y el Partido de la U.

El 30 de marzo, el Ministerio de Salud, el Ministerio del Interior y los ponentes trabajaron a toda marcha para redactar el texto de la ponencia y este le fue enviado a los partidos de la coalición en la mañana del 31 de marzo. El plan inicial era radicarla el 11 de abril en la noche, después de las reuniones de bancadas de los partidos discrepantes que están programadas para ese día. Allí fijarían su posición definitiva. CAMBIO pudo constatar que, en el caso de los liberales y los conservadores, la decisión que estaba planeada para ese día era aplicar la ley de bancadas, para garantizar que se vote en bloque en contra del proyecto.

Anticipándose a los cónclaves de los partidos, el Gobierno presionó la radicación del texto aún sin tener el visto bueno de las cabezas de las colectividades. Por ello, la llegada de la ponencia a la Comisión Séptima y las firmas que la respaldaron, fueron la causa de una fuerte molestia en las directivas de los conservadores y La U, quienes desautorizaron a los representantes ponentes Gerardo Yepes y Camilo Ávila. 

"La firma del congresista Camilo Ávila en la ponencia de la reforma a la salud no fue consultada conmigo como directora de La U; el representante firmó bajo su responsabilidad", dijo Dilian Francisca Toro.

Toro y Efraín Cepeda no van a permitir que se amenace su autoridad dentro de sus partidos ni que se dinamite la disciplina de las bancadas. Según le dijeron a CAMBIO fuentes de ambas fuerzas, los dos líderes políticos se sienten "traicionados" por los dos representantes que firmaron la ponencia y están analizando las sanciones a las que se enfrentarían los rebeldes. El temor de los caciques políticos es que se escapen los votos suficientes para que el proyecto de reforma a la salud avance.

El directorio del Partido Liberal tampoco va a permitir ningún voto contrario a lo decidido por el expresidente Gaviria, lo cual quedó demostrado con la ausencia de la firma del representante Germán Rozo en el texto que se radicó el 31 de marzo, a pesar de que también es ponente. Sin embargo, varios congresistas liberales no están de acuerdo con apartarse definitivamente del proyecto del Gobierno. "No tiene sentido separarnos del Gobierno apenas siete meses después de habernos unido como coalición", dijo un senador liberal que pidió no ser citado.

Aunque en principio las sanciones a las que se verían enfrentados los congresistas rebeldes a sus partidos hicieron parecer imposible que funcionara la negociación individual planteada por el Gobierno, la radicación de la ponencia le dio un nuevo aire a la reforma a la salud y dejó claro que la discusión va más allá de una cuestión de ideología. Además de las cuotas burocráticas, las elecciones regionales son en un factor obligatorio de cálculo para los congresistas al momento de tomar decisiones

Reforma a la salud: a merced de avales y coaliciones

Los partidos tienen en su capacidad de dar avales la oportunidad de acortar las riendas de sus congresistas, especialmente de aquellos que necesitan la maquinaria de las colectividades para que los candidatos a los que apoyan tengan oportunidad de ganar. En las elecciones de octubre, los actuales congresistas prácticamente se juegan su reelección para 2026.

Por ejemplo, en el caso del Atlántico, los conservadores saben que necesitan del apoyo de Efraín Cepeda para las candidaturas a alcaldías y concejos municipales. De hecho, su capacidad como barón electoral fue una de las razones por las que Cepeda recibió el apoyo de la bancada costeña para relevar a Carlos Trujillo en la presidencia del Partido Conservador.

Además, en varias regiones del país el petrismo sigue siendo una fuerza sin maquinarias electorales, por lo que, para los partidos tradicionales, perder al Pacto Histórico como aliado no sería muy costoso. Ahí está el ejemplo de Guaviare, un departamento en el que Rodolfo Hernández ganó con 9 puntos de diferencia en la segunda vuelta presidencial y en donde el gobernador actual, Heydeer Palacio, llegó al cargo por una alianza entre liberales, conservadores, Cambio Radical y el Centro Democrático. Palacio es cercano al representante Alexander Quevedo, quien hace parte de la Comisión Séptima y tiene uno de los valiosos votos de los que depende la reforma a la salud.

Lo mismo sucede en el Valle del Cauca con Dilian Francisca Toro, quien está ultimando detalles para lanzar su candidatura a la Gobernación. La baronesa tiene la capacidad electoral suficiente para tomar las riendas del departamento sumando los apoyos del Partido de la U, los liberales y conservadores. Mientras tanto, por el petrismo no hay un solo nombre por ahora que le haga contrapeso a Toro ni tampoco que represente un aliado necesario. Por ello, el círculo de Dilian en el Valle se mantendría leal a su decisión sobre la reforma a la salud, como el caso de Víctor Manuel Salcedo, representante con asiento en la Comisión Séptima.

“Los partidos y muchos colombianos esperan mejorar las deficiencias del sistema, no acabar todo con un texto. Desde el Partido de la U presentaremos una ponencia que garantice atención integral, aseguramiento y cobertura”, expresó Salcedo.

Pero el factor elecciones también puede jugar a favor del Gobierno si los congresistas que se beneficiarían se mantienen en el frente amplio con el Pacto Histórico.

Es el caso del representante conservador Gerardo Yepes, quien también hace parte de la Comisión Séptima y es uno de los firmantes de la ponencia. Yepes hace parte del grupo político del senador tolimense Óscar Barreto Quiroga, una figura de gran poder en ese departamento. Según fuentes consultadas por CAMBIO en esa región, Barreto y Yepes han venido gestionando una amplia coalición con participación liberal, del Partido Verde y del Pacto Histórico para llevar a Adriana Matiz a la gobernación. “En el Tolima no hay conservadurismo sino barretismo”, dijo la fuente, y agregó que “ellos quieren permear a todos los partidos y lograr una hegemonía en el Tolima”. En marzo pasado CAMBIO reveló una denuncia contra Yepes y Barreto por presuntamente utilizar el hospital regional del Líbano como uno de sus fortines políticos a través de los contratos por prestación de servicios.

La maquinaria propia que ha construido el clan Barreto la hace menos dependiente del propio Partido Conservador. “Asumo la responsabilidad y las consecuencias de lo que digo, de lo que hago, y de lo que firmo", dijo el representante Gerardo Yepes. Varios congresistas azules cercanos a Efraín Cepeda le exigieron explicaciones a Yepes por plasmar su firma en el articulado que se radicó.

"Quiero ser claro y apelar a la coherencia. Si decimos como Partido Conservador que no apoyamos la reforma a la salud porque nos parece inviable y jamás se tuvieron en cuenta nuestros aportes, no entiendo por qué el representante Gerardo Yépes firma la ponencia inicial", dijo el senador Nicolás Echeverry.

Otro de los poderosos actores políticos regionales que se ha venido moviendo es Julián Bedoya. Aunque el exsenador liberal renunció a la colectividad el año pasado por diferencias con el directorio, tiene dos congresistas de su grupo político en la bancada liberal. Se trata del senador Juan Diego Echavarría y la representante María Eugenia Lopera, esta última también con asiento en la Comisión Séptima. Fuentes dentro de la Cámara de Representantes aseguraron que Lopera ha venido adelantando conversaciones con otros congresistas para ganar votos a favor de la reforma a la salud.

Julián Bedoya ha gestado una alianza con el senador conservador Carlos Trujillo para ir por la Gobernación de Antioquia y están tendiendo puentes con el Pacto Histórico a través del sector favorable al alcalde Daniel Quintero. Trujillo, quien salió de la presidencia del Partido Conservador por su docilidad con el gobierno Petro, también puede influenciar algunos votos para salvar la reforma atendiendo la dinámica electoral en los dos departamentos sobre los que tiene influencia: Antioquia y La Guajira. En este último, tiene como aliado al representante Juan Loreto Gómez.

Otro de los liberales con asiento en la Comisión Séptima es Germán Rozo Anís, representante a la Cámara por Arauca y quien hizo parte del grupo de liberales que desde antes de la primera vuelta apoyaron a Petro y no a Fico Gutiérrez, como fue la instrucción inicial de César Gaviria. Sin embargo, Rozo Anís no firmó la ponencia de la reforma a la salud por las amenazas de sanciones y se mantuvo obediente a su partido. Arauca fue uno de los departamentos en los que Petro perdió con amplia diferencia con Rodolfo Hernández en las dos vueltas presidenciales.

Además de Rozo, Echavarría y Lopera, del grupo liberal que apoyó a Petro en la campaña están hoy en el Congreso Andrés Calle, Olga Beatriz González, Luis Carlos Ochoa y Dolcey Torres. Este último es cercano al senador del Pacto Histórico Pedro Flórez. 

El otro congresista que firmó la ponencia fue Camilo Esteban Ávila, del Partido de la U. Ávila es debutante en el Congreso, al que llegó representando al Vaupés, con apenas 3.600 votos. No es cercano al grupo de Dilian Francisca Toro. Una fuente en la región dijo que Ávila estaría construyendo su fortín político en la regional del Sena en ese departamento.

De esta manera, los cálculos en la Comisión Séptima y en todo el Congreso no son exactos ni a favor ni en contra de la reforma a la salud. En el segundo round por la supervivencia del proyecto, el Gobierno dio el primer golpe, pero está lejos de ganarles la pelea a los partidos rebeldes de la coalición. Apuntarle a la indisciplina de las bancadas está distanciando cada vez más al Ejecutivo de las cabezas de esas colectividades, y eso podría tener repercusiones en el trámite de las otras dos reformas sociales.

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