¿En qué falló la concertación política de los alfiles de Petro?
Crédito: Colprensa
Los acuerdos con los partidos sobre la reforma a la salud se volvieron un mito. Todos dicen que existen pero nadie los ha visto en realidad. La jornada de ayer fue caótica y le dejó al Gobierno más problemas que soluciones.
Por: Andrés Mateo Muñoz
La jornada del pasado martes empezó siendo prometedora para el futuro de la reforma a la salud y los intereses del Gobierno. Las bancadas del Partido Conservador y el Partido de la U inicialmente vieron con buenos ojos los nuevos cambios hechos a la ponencia y sobre las 9 y media de la mañana se anticipaba que la reforma por fin tenía los apoyos suficientes para avanzar en el Congreso.
El tiempo apremiaba pues el primer debate para la reforma a la salud en la Comisión Séptima de la Cámara había sido citado en principio para las ocho de la mañana. Luego se aplazó para las diez, después para las doce, nuevamente se reprogramó para la una y finalmente la hora final se fijó a las dos de la tarde.
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Mientras la incertidumbre se apoderaba de los periodistas, asesores, representantes de sindicatos y EPS que llenaron el salón donde sesiona la Comisión Séptima, en el Hotel de la Ópera los conservadores y el Partido de la U se quemaban las pestañas analizando el nuevo texto. Después de seis horas de discusión, la situación pasó de un ambiente favorable para el proyecto a la aparición del fantasma del "no vemos reflejados los cambios que queremos". Sobre las dos de la tarde, Efraín Cepeda y Dilian Francisca Toro le bajaban los humos al optimismo del Ejecutivo y anunciaban que nuevamente se mantenían distantes de la reforma.
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"Reafirmamos nuestra posición de no apoyar el texto de la reforma a la salud como lo ha presentado el Gobierno, ya que no están acogidas la totalidad de las propuestas presentadas por nuestras colectividades", dijo el senador conservador Efraín Cepeda.
¿Por qué los conservadores y el Partido de la U le bajaron otra vez el pulgar a la reforma a la salud?
Ambas casas políticas quedaron a la expectativa desde el pasado lunes, 17 de abril. Ese día se había llegado a un nuevo acuerdo gracias a una reunión gestionada por el ministro Alfonso Prada a la que asistió la ministra Corcho, los ponentes del proyecto y también el senador Efraín Cepeda. El compromiso del Ministerio de Salud fue enviar una nueva propuesta a los partidos para que la analizaran en sus reuniones de bancadas y así fue. En el nuevo texto la ministra Carolina Corcho cedió en varios puntos adicionales. Por ejemplo, se eliminaron las sedes regionales de la Adres y se dio paso a un sistema mixto en el que los colombianos puedan decidir si quieren seguir afiliados a una EPS privada o pertenecer al sistema público.
Los cambios que eran detectables a simple vista fueron los que alimentaron las versiones de la existencia de un acuerdo final. Sin embargo, en un análisis más detallado por parte de los asesores técnicos de los partidos, se evidenció que 14 de las 133 proposiciones que presentaron los partidos se quedaron por fuera del texto presentado por el Ministerio de Salud. De esta manera, para los partidos discrepantes sus propuestas también se convirtieron en un punto de honor y decidieron darle otro ulitmátum, al parecer el definitivo, al Gobierno. "Sí, se necesita una reforma a la salud, pero una que nos lleve al futuro, no una que nos devuelva al pasado. Propusimos, dialogamos, privilegiamos el entendimiento pero no se logró. Reforma sí, pero no así", expresó Dilian Francisca Toro. Nuevamente la ministra Corcho quedó como el palo en la rueda para las pretenciones de los partidos mientras que Prada se posicionó como el conciliador.
Por su parte, desde Estados Unidos, el presidente Gustavo Petro empezó a hacer declaraciones sobre la negociación de la reforma a la salud que se convirtieron en otro ingrediente de la montaña rusa en la que subieron al proyecto. Petro primero afirmó a varios periodistas que lo acompañaban que el debate de la reforma era "la prueba de fuego de la coalición, son las reformas fundamentales que aplican el programa de gobierno que el pueblo eligió en las urnas”. Luego, al conocerse la postura final de los partidos, el presidente echó mano de su cuenta de Twitter y trinó un mensaje que primero borró y luego volvió a publicar. Petro cerró su declaración con un "buena suerte".
El gol en la Comisión Séptima
Con un nuevo acuerdo fallido se pensó que el debate quedaría aplazado para este miércoles 19 de abril. Además de apoyo, también hacía falta tiempo pues la sesión plenaria de la Cámara de Representantes estaba citada para las cuatro de la tarde. Sin embargo, desde la mesa directiva de la Cámara se tomó la decisión de cancelar la plenaria para darle vía libre al debate de la reforma a la salud. Sobre las tres de la tarde llegaron al recinto los ministros Alfonso Prada, Carolina Corcho, Catalina Velasco y Gloria Ramírez, quien quedó encargada de las funciones presidenciales por el viaje de Petro. Poco a poco empezaron a llegar los representantes, siendo los liberales y los conservadores los últimos en entrar.
Con la asistencia completa, el debate que se había esperado por más de un mes parecía que por fin comenzaba. Como siempre, inició con un trámite trivial -aunque no debería serlo- que es la votación de impedimentos y recusaciones de los conbresistas. Sobre los impedimentos, fueron negados todos los que se presentaron.
Sin embargo, con la llegada de las recusaciones la discusión empezó a tomar un camino inesperado. El secretario de la Comisión Séptima leyó el documento radicado por Enrique Gómez, excandidato presidencial y líder natural de Salvación Nacional. Gómez recusó a 19 de los 21 integrantes de la comisión argumentando que tienen intereses personales o familiares en el sistema de salud. Lo insólito, y que causó molestia en la mayoría de congresistas, es que uno de las razones que expuso Enrique Gómez para su recusación fue el hecho que los representantes estuvieran afiliados a una EPS.
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"Enrique Gómez Martínez nos recusa a los Congresistas de a la Comisión Séptima para llevar a cabo el debate de la reforma a la Salud porque estamos afiliados a una EPS (...) Qué pérfida de oportunidades para hacer algo serio”, dijo la representante María Fernanda Carrascal del Pacto Histórico.
Gómez también señaló a los congresistas de recibir "mermelada" y citó a medios de comunicación como prueba para sustentar sus acusaciones.
Pero más allá de los argumentos del excandidato presidencial, el problema radicó en que, para varios congresistas, el representante Agmeth Escaf, presidente de la Comisión Séptima, cometió un error aceptando la recusación al pedir ue fuera leída para someterla a votación. Con esa aceptación implícita de la recusación de Enrique Gómez, el conducto regular es que la Comisión Ética de la Cámara resuelva primero las recusaciones y los congresistas se defiendan allá antes de continuar con el debate de la reforma a la salud. "No queremos arriesgar nuestras curules", dijo el representante Andrés Forero.
La situación generó un debate y un caos en la Comisión a la que no le cabía una persona más, pues con la cancelación de la plenaria llegaron varios representantes que no son parte de la Comisión Séptima a participar del debate como Katherine Miranda, Jennifer Pedraza, Alejandro Ocampo y Alejandro Toro. Miranda fue una de las que se opuso a continuar el debate. Incluso, también llegó la vicepresidenta de la Cámara, Olga Lucía Velásquez del Partido Verde a tratar de resolver el debate jurídico. Velásquez afirmó que la recusación de Enrique Gómez carecía de fundamento y por ello no debía ser tenida en cuenta. El ministro Alfonso Prada se mostró de acuerdo. Además, la representante Carrascal propuso que Escaf se retractara de la aceptación de la recusación pero esa opción no convenció a los demás congresistas.
Por su parte, los representantes del Centro Democrático aprovecharon para pedir inicialmente la suspensión de la sesión. La propuesta fue rechazada pero luego presentaron una nueva para aplazar el debate. Esta alternativa fue apoyada por los congresistas de Cambio Radical, el Partido Liberal, Partido de la U y el Partido Conservador. De esta forma, a Agmeth Escaf no le quedó otra opción que suspender la sesión. "Fue como una primiparada", dijo un congresista del petrismo que pidió no ser citado.
Eso sí, momentos antes que se votara la proposición para aplazar el debate, Escaf consultó con Prada y este le dio el visto bueno para que la sesión se levantara. Al fin y al cabo, en ese momento y hasta ahora, el Gobierno no tiene garantizados los votos de los conservadores, ni de los liberales y tampoco del Partido de la U. Si se hubiera votado el proyecto, probablemente se habría hundido. Por ello, la jugada que se encontraron los congresistas de la oposición para aplazar el debate terminó por darle tiempo al Gobierno para seguir negociando con los congresistas.
Después de haber terminado la sesión y cuando la mayoría de periodistas y asesores se habían ido, los ministros Prada y Corcho, junto con Agmeth Escaf se quedaron reunidos a puerta cerrada para definir las estrategias de cara a las próximas discusiones. Lo llamativo fue la llegada de una figura que no estaba en el presupuesto del debate: la primera dama Verónica Alcocer. De este cónclave surgió la invitación a desayunar para los 21 integrantes de la Comisión Séptima hoy,18 de abril a las siete y media de la mañana en la Casa de Nariño.
Sin embargo, la invitación a reunirse a manteles fue cancelada por falta de confirmación de la mayoría de congresistas.En ese orden de ideas el debate empezará sobre las 10 de la mañana. ¿El mito se hará realidad?