Johana Fuentes
27 Octubre 2023

Johana Fuentes

El disfraz de las maquinarias

Entre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsAppEntre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsApp

A pocos días de las elecciones se concretó otra alianza que se venía cocinando: Julián Bedoya  renunció a su aspiración a la Gobernación de Antioquia para unirse a Luis Pérez Gutiérrez. Un acuerdo que lleva como sello la maquinaria de ambos clanes y de otros personajes cuestionados de la política de ese departamento. 

Los últimos días de campaña son claves y eso lo saben muy bien estos dos barones electorales. Aunque Pérez lideraba la mayoría de las encuestas, tenía muy cerca al uribista Andrés Julián Rendón, así que esta jugada les permite —según sus cálculos— asegurar el triunfo el próximo domingo. Este tipo de acuerdos son comunes en las campañas, lo reprochable es hacerlos prometiendo una renovación que no va a llegar, pues están inmersos en las prácticas de la política tradicional. 

“Franjas que han sido mayoritarias para definir las elecciones en Antioquia, ahora se juntan para que le demos al departamento una nueva esperanza de honestidad, de unidad y de grandes obras”, dijo Luis Pérez, durante el evento que dio a conocer dicha unión. Llama la atención  que hable de grandes obras, cuando justamente uno de los lunares que tuvo su pasada administración —Gobernación de Antioquia en 2015— fue el de las obras inconclusas. 

La más emblemática y recordada es el Central Park de Bello, inaugurada con un penoso acto simbólico, pues no estaba concluida. También es objeto de vigilancia especial por parte de la Contraloría, con un proceso de responsabilidad fiscal por 23.000 millones de pesos. El ente de control incluyó en la categoría de elefantes blancos o en estado crítico, además de esta, a la Colonia Agrícola de Yarumal y a los planes de acueducto de varios municipios como Alejandría y Arboletes. 

Pérez es consciente de esto, pero como los políticos suelen reírse descaradamente en nuestra cara, apenas se inscribió trajo a colación el tema tratando de darle la vuelta para promover su candidatura: “Cuando ustedes vean por ahí una obra que yo haya empezado en la gobernación, y digan que es un elefante blanco, no se preocupen, en enero las empezamos a terminar y en el próximo año las vamos a inaugurar todas”.  Eso no sólo es una burla, es poner en duda la inteligencia de los ciudadanos que confiaron en esa misma promesa hace cuatro años. 

No podemos olvidar que cuando fue alcalde de Medellín se realizó la nefasta Operación Orión. Tampoco que dentro de sus aliados estuvieron la condenada por parapolítica Rocío Arias y el condenado por narcotrafico y excongresista Luis Javier Castaño. 

Su nuevo respaldo no se queda atrás. Julián Bedoya es un excongresista con una estructura política poderosa en Antioquia y que hoy tiene un proceso judicial por presuntamente haber obtenido su título de abogado de la Universidad de Medellín, de forma irregular y fraudulenta. Los delitos por los cuales es investigado son fraude procesal y falsedad ideológica en documento público y documento privado. Con Bedoya llega a esta campaña el conservador Carlos Trujillo, quien ha forjado su fortín político en Itagüí y es cercano al cuestionado clan Suárez Mira y al exalcalde Daniel Quintero. Pérez, Bedoya y Trujillo son considerados los alfiles del petrismo en Antioquia, sin embargo, en las últimas semanas han tratado de desmarcarse del presidente y su partido diciendo que no son uribistas ni petristas, sino progresistas. No es extraño, los políticos se acomodan a lo que más les conviene. 

Aunque se hable de cambio, estas elecciones regionales están plagadas de las casas politicas de siempre con sus aceitadas maquinarias. Ojalá los antioqueños no se dejen engañar con un disfraz de transformación y recuerden que detrás de este tipo de movidas prima el interés personal de los implicados que sólo buscan aferrarse al poder sin importar a qué precio. 

Conozca más de Cambio aquíConozca más de Cambio aquí

Más Columnas