Una reflexión sobre los géneros desde el arte en el Claustro San Agustín
27 Abril 2025 06:04 am

Una reflexión sobre los géneros desde el arte en el Claustro San Agustín

'Feminíridas', de Verónica Trujillo.

Crédito: Fotos: Sergio Trujillo Dávila.

Verónica Trujillo y Samuel Sarmiento expondrán más de 200 obras en el Claustro San Agustín, de la Universidad Nacional de Colombia, desde este sábado 26 de abril de 2025. 'Feminíridas' y 'Marismas primordiales: de aguas y diosas' cuestionan los roles de género en el mundo contemporáneo.

Por: Eduardo Arias

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Feminíridas, de Verónica Trujillo, y Marismas primordiales: de aguas y diosas, de Samuel Sarmiento, son dos exposiciones que abrieron sus puertas en el Claustro San Agustín de la Universidad Nacional de Colombia y que tocan el ecofeminismo y la ética del cuidado, dos temas en la línea medioambiental que adelanta el programa de la Dirección de Patrimonio Cultural de la Universidad Nacional de Colombia.

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'Marismas primordiales'. Foto: Sergio Trujillo Dávila.

A través de unas 100 obras en las que utiliza la cerámica, la acuarela y la pintura, Samuel Sarmiento, artista venezolano radicado en Aruba, recrea en Marismas primordiales: de aguas y diosas, cuya idea es la mujer como generadora de vida, madre tierra, diosa de las aguas y guardiana de los ciclos naturales. Sus obras se oponen a la masculinización de las espiritualidades tradicionales y del mundo moderno.

Por su parte Feminíridas, de Verónica Trujillo, expone cerca de 100 obras de cerámica en la que se destacan cuerpos híbridos, mutantes, parcialmente femeninos, parcialmente masculinos, parcialmente animales hembras y machos de otras
especies que se enfrentan a la normatividad que ha domesticado y mercantilizado los cuerpos de las mujeres.

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'Marismas primordiales' de Samuel Sarmiento.

Sarmiento es un artista venezolano que vive y trabaja en Aruba. Nació en Maracaibo en 1987 y comenzó su carrera como pintor autodidacta. Por su parte, Verónica Trujillo nació y se formó dentro de una familia de artistas. De Sara Dávila, su abuela, aprendió desde los cuatro años la cerámica. Su abuelo, el artista gráfico Sergio Trujillo Magnenat, y su padre, el fotógrafo Sergio Trujillo Dávila, le han dado herramientas en su búsqueda de la forma y la imagen. CAMBIO habló con ambos artistas y con María Belén Sáez de Ibarra, curadora de la exposición y directora de Divulgación Cultural de la Universidad Nacional acerca de esta exposición y de la aproximación a la cerámica de ambos artistas.

CAMBIO: ¿Cuál es la motivación que los trajo a esta exposición?

Verónica Trujillo: De mi lado está toda esta serie que son, como las bautizó María Belén, feminíridas. Son mujeres híbridas, no se sabe si son mujer con animal, transexuales, o sea, en transformación. De pronto eso tiene que ver con la obra de Samuel. ¿Tú qué piensas?

Samuel Sarmiento: Originalmente, mi motivación era compartir algunas historias de tradiciones orales tanto caribeñas como de Suramérica y un punto de unión era que muchos de los personajes activos en estas historias eran femeninos y en muchos casos cumplían labores en fenómenos naturales o ayudando a la humanidad a cumplir ciertas misiones. Ha sido una grata sorpresa porque encontré en el trabajo de Verónica un ping-pong a ciegas.

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'Feminíridas' de Verónica Trujillo. Foto: Sergio Trujillo Dávila.

CAMBIO: ¿Y ustedes se pusieron de acuerdo de alguna manera en el montaje?

V. T.: Nunca nos habíamos visto. Nos acabamos de conocer hace cinco minutos. María Belén nos juntó y ella es la que sabe cómo se unió esta exposición porque fue su intuición la que nos trajo a nosotros dos.

CAMBIO: ¿Por qué juntar a estos dos artistas además de la de la cerámica que tienen en común?

María Belén Sáez de Ibarra: Es una entrada al tratamiento ambiental, a la ecología. Tienen eso en común. Ubican al medio ambiente en una perspectiva de género que se llama el ecofeminismo. Brigitte Baptiste acaba de sacar un libro al respecto que se llama Transecología. También es lucha por entender la diversidad como algo necesario.

CAMBIO: ¿Cómo se relacionan ecología y las perspectivas de género?

A. B. S. D. I.: Esa naturalización un poco patriarcal, esa masculinización del mundo también se ve en el medio ambiente. Entonces el feminismo y los estudios transgénero se unen para hacer una resistencia ambiental y mirando la vida en su diversidad, onde realmente no funcionan las divisiones de género: en las plantas, en los animales, en los ecosistemas.

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'Marismas primordiales' de Samuel Sarmiento. Foto: Sergio Trujillo Dávila.

CAMBIO: ¿Cómo se traducen esas perspectivas en esta exposición?

A. B. S. d. I.: En las piezas que hace Verónica. Todas son trans, son medio animales, medio plantas, medio hombres, medio mujeres. Están en tránsito, pero sobre todo son únicas. No hay una domesticación y reaccionan a esa visión del patriarcado de las mujeres flacas, bonitas, jóvenes, fértiles, deseables. La imagen de la mujer ha estado pasada siempre por lo que los hombres dicen o piensan, hablan, narran, escriben, poetizan sobre las mujeres. Uno siente también que hay mutaciones. Son cuerpos en mutación, en tránsito.

CAMBIO: ¿Y cómo se refleja en las obras de Samuel Sarmiento?

A.B. S. d. I.: Yo veo en Samuel lo contrario, un regreso a papeles femeninos como la fecundidad, la maternidad. Se va bien atrás para encontrar ese momento de la narración primitiva de los símbolos originarios en donde la mujer era diosa y era el principio y el fin de todas las cosas, omnipresente en todos los ámbitos de la creación. Él recupera ese esencialismo para 'desmasculinizar' en el mundo de hoy lo que es divino, sagrado, espiritual. De lo religioso, de lo natural, de la vida silvestre. Es contraponer un atavismo con una idea contemporánea, que hemos masculinizado el mundo, para demostrar, que finalmente son construcciones culturales.

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'Feminíridas' de Verónica Trujillo. Foto: Sergio Trujillo Dávila.

CAMBIO: ¿Qué los atrajo y los sigue atrayendo de la de la cerámica?

V. T.: Yo crecí haciendo cerámica en la casa de mis abuelos y mi vida ha sido alrededor de la cerámica. Desde antes de mi memoria hago cerámica. Es donde yo he crecido, me he desarrollado, es un lenguaje con el que aprendí a hablar en mi vida, en mi cotidianidad. La cerámica también ha hecho ha sido un elemento muy importante en mi vida porque me ha permitido reconstruir y construir e inventarme y entrar en los momentos más felices y pasar las crisis más profundas.

CAMBIO: ¿Cómo así?

V. T.: La cerámica me ha echado del taller muchas veces, me ha roto el corazón de una manera que usted no se imagina y siempre vuelve una relación tóxica.

CAMBIO: Por la trementina...

V. T.: No solo por la trementina. Plomo, óxido de manganeso, cadmio y otros metales pesados. Pero la cerámica es transformadora y ella misma se transforma a través del fuego y eso tiene mucho que con la vida a veces. La vida nos transforma a veces pasándonos por unas hornadas tremendas, por unos inviernos absurdos. Entra uno verde y sale rojo, por decirlo así. Sí. La cerámica tiene esa magia.

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'Feminíridas' de Verónica Trujillo. Foto: Sergio Trujillo Dávila.

CAMBIO: Y usted, Samuel, ¿cuándo entró en contacto con la cerámica?

S. S.: En mi caso, la cerámica es un medio relativamente nuevo. Empecé en 2018 y fue una solución estética, porque al vivir en un clima tropical me daba cuenta de que había mucha humedad. Lo interesante es que yo me preguntaba cómo las historias que estoy plasmando en estos dibujos o en estos lienzos pueden sobrevivir al paso del tiempo. Entonces me llamó mi atención que, cuando estudiamos arqueología, vemos que uno de los medios que más sobrevive al paso del tiempo es la cerámica. Encontramos que en las tumbas de los faraones egipcios hay objetos que hacen referencia a eventos históricos. Soy fanático de la historia y la literatura y me pregunté: "Bueno, ¿por qué no podemos utilizar este medio para reescribir historia o para recuperar historia?". Es ese juego que he estado haciendo, intentar utilizar la cerámica para para contener historias.

CAMBIO: Pero le ha rendido en términos de aprendizaje de la técnica. Uno ve sus piezas y parece que usted también tuviera un largo recorrido.

S. S.: Yo he sido autodidacta en todos los medios en los que he incursionado, pero pienso que la cerámica requiere prestar mucha más atención a los procesos. Un fallo no produce una grieta, sino que todas las piezas que están en el horno explotan. Lo mismo ocurre con la fabricación de esmaltes. Aunque muchos ceramistas dicen que los accidentes no existen y estoy de acuerdo también.

CAMBIO: O sea, que usted aprendió todo por cuenta. Es decir, hubo prueba y error.

S. S.: He hecho mucha prueba y error, pero también he tenido la suerte de contar con personas que han sido generosas y me han dicho: "Aquí trabajo yo, puedes venir a ver".

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'Marismas primordiales' de Samuel Sarmiento. Foto: Sergio Trujillo Dávila.

CAMBIO: Un poco como el caso suyo, Verónica…

V. T.: Sí, mi abuelo me dio todos los cuadernos de esmaltes y otras herramientas de mi abuela, me prendía el horno, me enseñaba a hacer los moldes. Mi abuelo hizo cerámica en los años treinta con Carolina Cárdenas. Ellos hicieron el primer salón de cerámica de Colombia. Entonces, sí, mi abuelo también fue un maestro impresionante, Cuando yo vine a hacer cerámica adulta, después de los 18 años, mi abuela ya estaba muerta.

CAMBIO: ¿Tuvo un aprendizaje técnico, teórico, de universidad?

V. T.: No, fue por cursos, cuadernos, libros, prueba, error. Yo nunca fui de ir a aulas. Cuando iba al colegio siempre me volaba de clase. En la Escuela de Artes de Cartagena solo iba a las clases que me gustaban.

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'Feminíridas' de Verónica Trujillo. Foto: Sergio Trujillo Dávila.

CAMBIO: ¿Qué importancia ha tenido usted que su obra se exponga aquí en Bogotá, en una galería que es de la universidad más importante del país?

S. S.: Estoy contento de poder compartir lo que hago, pero más allá de eso siento que los símbolos y la narrativa de mi trabajo hablan sobre la relación del agua como elemento natural conectado con la fertilidad y lo femenino. María Belén me comentó que hace muchos años la sabana de Bogotá era una marisma. Mucho de mi crecimiento como ceramista a nivel técnico fue visitando residencias en Holanda, un país que está en constante lucha con el agua. Por alguna razón curiosa, la vida siempre me ha llevado como a lugares donde hay marismas.

CAMBIO: Como la Bienal de Venecia.

S. S.: Bueno, todavía no he pasado por ahí, pero para allá vamos.

Feminíridas y Marismas primordiales: de aguas y diosas
Claustro de San Agustín UNAL
Carrera 8 No. 7-21, Bogotá,
Entrada libre

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