Ya llega la Semana Santa y el profesor Pompilio Iriarte escribe una primera décima en la que evoca y agradece a uno de los protagonistas de la dolorosa historia que se conmemora. Nos referimos a Judas Iscariote. Complementa esta estrofa con una variedad de temas y versos.
Gracias, Judas Iscariote
Gracias, Judas Iscariote,
gracias sean dadas a ti.
Por tu traición al Rabí,
Caifás, sumo sacerdote,
organizó el despelote
que en Viernes Santo se canta:
una cruz que se levanta
entre dos rudos ladrones.
Gracias a ti hay vacaciones
de Pascua y Semana Santa.
Calvario en USA
El pobre Joe está viejo
y Donald Trump es tramposo;
expresidente mañoso
y mandatario pendejo.
Elector, aquí te dejo
mi opinión, no me la borres,
es probable que te ahorres
tu voto a la estolidez.
Tan mal juegan ajedrez
que les tumbaron las torres.
La noche de los lápices
Mi mujer con tierno acento
me dijo: «Querido Fabio,
pásame el lápiz de labios,
lo necesito un momento».
Y un tubo de pegamento
puse en su mano sin darme
cuenta, sin ver, sin fijarme
qué le había pasado a Juana.
Hace de esto una semana
y ella sigue sin hablarme.
Pasión en el huerto
Cuando tantos nombres veo
de enamorados, escritos
con navaja en eucaliptos,
robles, cedros, cuando leo:
«Yuraibys y Klodobeo»,
«Yuleidis ama a Cubillos»,
me atacan tantos culillos
que pienso entre muchas cosas:
«Esta gente es peligrosa,
todos andan con cuchillos».
Suplicio eléctrico
La silla eléctrica lista,
y en la silla, el condenado;
el confesor, a su lado,
compungido, nada chista.
Después de pasar revista
al sacro ritual romano,
le pregunta a aquel fulano:
“¿Tienes algo que pedirme?”.
Y el reo le dice: “Muy firme
apriéteme usted la mano”.
Ciego de ojos y de manos
Le obsequio a Gustavo el ciego
un rallador de cocina
que había visto en la vitrina
y gustoso se lo entrego.
“¿Te gustó –pregunto luego–
el chisme que te he traído?”.
Él lo palpa enceguecido
y grita con fiero acento:
“Es el libro más violento
que en mi vida me he leído”.