¿Por qué será casi imposible que el presidente Gustavo Petro logre un Acuerdo Nacional?
23 Julio 2024 09:07 am

¿Por qué será casi imposible que el presidente Gustavo Petro logre un Acuerdo Nacional?

El presidente Gustavo Petro propuso el 20 de julio un Acuerdo Nacional ante el Congreso. ¿Es posible?

Crédito: Diseño CAMBIO

Análisis de las enormes dificultades que tiene hoy el primer mandatario para hacer realidad su propuesta anunciada el 20 de julio en la instalación del Congreso.

Por: Armando Neira

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Es muy posible que al presidente Gustavo Petro más conciliador, tranquilo y propositivo –el que se mostró en la tarde del 20 de julio en el Congreso en la instalación de la tercera legislatura– la realidad política le impida realizar su propuesta de Acuerdo Nacional. Varios factores juegan en su contra. Veamos por qué.

“Sí es posible llevar a Colombia al hambre cero y reducir la pobreza si hacemos un pacto social aquí. Si hacemos un pacto político que vengo proponiéndolo, un Acuerdo Nacional, como lo llama el Acuerdo de Paz. Es entre nosotros, claro, y es con el pueblo. No es un acuerdo para ver cómo se detienen las reformas del Gobierno. Se está demostrando que sirven”, argumentó.

¿Alguien podría oponerse a estos objetivos? En teoría, posiblemente no existe un actor político que vaya a decir que no. Pero una cosa es la prosa y otra la poesía.

El profesor Adrián Restrepo Parra del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia recuerda desde Medellín que, en términos generales, casi todos los que llegan a la Presidencia de la República tras los intensos días de campaña, que se suelen caracterizar por profundizar las diferencias, “pues al fin y al cabo hay que ganar votos”, hacen de inmediato un llamado a la unidad.

“Es natural porque tras las elecciones el ganador sabe que la figura del presidente está construida sobre la idea que representa el interés general y, por lo mismo, que es un símbolo de unión nacional. Desde entonces, su petición inmediata es pasar la página y dejar atrás lo que ha sido la competencia en que el objetivo y lo que menos opera es la unión”, dijo este docente.

No es la primera vez que Petro propone un acuerdo nacional

Esta es la tercera vez que Petro invita a la unidad. Lo hizo el día de su posesión, el 7 de agosto de 2022, en la Plaza de Bolívar. Esa tarde, embargado de emoción y al borde de las lágrimas, apeló al Libertador Simón Bolívar para llamar a la unidad, y citó: “La unión debe salvarnos, como nos destruirá la división si llega a introducirse entre nosotros”.

Luego, en el arranque de la legislatura del 20 de julio de 2023, Petro, también muy sosegado, dijo que “es momento de ceder y construir un gran acuerdo nacional”. Allí, igual, reconoció que el Congreso “es la expresión condensada de ese acuerdo, que se tramita aquí (en el Parlamento) a través de las reformas”. Ese acuerdo, señaló, permitiría construir una sociedad “más justa y productiva, que es el camino de la paz, de una gran Colombia”. “Podemos hacerlo en medio de las diversidades económicas, sociales, culturales y políticas”, subrayó.El presidente de la República Gustavo Petro.

En el tiempo que pasó entre estos mensajes tan amables, el presidente Petro mostró su lado más radical y en varias ocasiones llamó a sus contradictores “fascistas, esclavistas, paramilitares”. Valoraciones que fueron replicadas en coro por sus seguidores.

“Mi persona y la bancada de la cual hago parte hemos apoyado numerosas iniciativas de este Gobierno y de la bancada del Pacto Histórico. Por eso da tanta rabia, señor presidente, que muchas personas afines a su causa tengan la mezquindad y el descaro de llamarnos fascistas, paracos, ultraderecha, simplemente porque hemos expresado desacuerdo con algunas de sus ideas; y esto infortunadamente, señor presidente, también es culpa suya, porque usted como líder les ha dado esa línea, porque usted como líder ha maltratado a quienes nos hemos atrevido a hacerle alguna crítica a su Gobierno”, le dijo este sábado Daniel Carvalho, representante por Antioquia de la Coalición Centro Esperanza, en el espacio que tuvo la oposición para la réplica.

Este es uno de los factores que ha cultivado el escepticismo no solo entre los congresistas sino entre otros estamentos sociales. “Muy bonito todo lo que dijo hoy, pero esperemos cómo nos trata en su próximo Twitter”, expresó un parlamentario.

El presidente Petro propone un pacto, pero no pasa de los anuncios 

“El Gobierno ha carecido de liderazgo, que es un elemento muy importante para aglutinar en un mismo espacio a distintos actores. Se requiere utilizar un lenguaje incluyente, pero el Gobierno es constantemente excluyente con una parte de la sociedad. Se requieren acciones tangibles y hasta ahora nadie ha puesto un plan para ser ejecutado”, dijo Gonzalo Araújo, politólogo de la Universidad Javeriana. “Para llegar a un nuevo contrato social en Colombia, es necesario mucho más que meros anuncios”, añadió este experto.

Pero, además, hay otro elemento que muestra el grado de dificultad para que Petro logre ahora un Acuerdo Nacional. Y es el de la propia historia política del país. Así se vio, por ejemplo, con el presidente Juan Manuel Santos, quien se la pasó buena parte de sus dos periodos llamando a la unidad nacional. En el caso de Santos, como en el de Petro, quería que el acuerdo girara alrededor de sus propuestas. “Santos puso como uno de sus elementos centrales el Acuerdo de Paz con las Farc y no logró, porque incluso perdió hasta el plebiscito”, dijo el profesor Restrepo Parra.

La realidad política muestra que los mandatarios buscan un acuerdo en torno a su programa de gobierno, lo que limita considerablemente la posibilidad de lograr un consenso. “Un acuerdo nacional para promover reformas o cambios legislativos requiere un acuerdo con los intereses representados en el Congreso”, dijo Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac). “Muchos grupos de interés, como los afectados por la reforma a la justicia o la reforma agraria propuestas por el Gobierno, están representados en el Congreso de la República y se oponen al acuerdo nacional, más allá de los partidos de oposición”, agregó este investigador.

Esto no significa que el presidente Petro no vaya a obtener algunos triunfos en el Congreso. Un elemento que juega a su favor es la experiencia en este campo del nuevo ministro del Interior, Juan Fernando Cristo. Desde su cartera, él podría no lograr mayorías absolutas en el Congreso, pero sí para muchos proyectos de interés general. Ahí vendría otra discusión: si los acuerdos son el resultado de coincidencias programáticas o si son el resultado de repartos burocráticos, que es una de las críticas que se hicieron el mismo sábado.

Tras el sentido perdón del presidente Petro por haber llevado a Olmedo López a la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo de Desastres (UNGRD) y de mostrarse afligido porque “la cultura de la corrupción” también alcanzó “a la izquierda”, el Gobierno nacional se movió deprisa para quitarle la presidencia de la Cámara a Katherine Miranda, y poner allí a Jaime Raúl Salamanca. 

“El día de las votaciones fue una vergüenza absoluta nunca antes vista. Ocho ministros, el director de Planeación y Colpensiones encima de los congresistas pidiéndoles que les mostraran el voto”, declaró ella. “¿Cómo va a haber un acuerdo nacional así?”, preguntó otro parlamentario. “En esa dinámica por buscar avances de manera individual con los parlamentarios, al menudeo y debajo de la mesa, fue que se construyó ese nefasto caso de la UNGRD y que tiene a varios ministros contra la pared”, recordó otro senador.

“Los acuerdos, sobre todo los contratos sociales, que es a lo que se refiere el presidente, son producto de la convergencia entre las fuerzas sociales y políticas para dar salida a momentos específicos. Para gestar los contratos sociales se necesita liderazgo, que es una característica en la cual es imperativo poner de la parte para mostrar confianza, voluntad y disposición. El mero anuncio del acuerdo nacional, sin acciones, es simplemente eso, un anuncio que no se traduce en nada”, explicó el politólogo Araújo, máster en Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Salamanca. 

La Legislatura se inició el 20 de julio.

“El problema de fondo es que hasta que no se definan cuáles son los puntos objeto del acuerdo, hasta que no se defina qué mecanismos se van a adoptar para llegar a un acuerdo, hasta que no se tenga la disposición política de concertar –contrario a imponer o pretender que los partidos y demás estamentos sean notarios del Gobierno–, la palabra acuerdo será una muletilla vacía e inane”, dijo, por su parte, el analista Gabriel Cifuentes.

“Un acuerdo nacional no es simplemente un comodín para aliviar la carga del discurso político. Debe tener un contenido, un propósito, unos tiempos. Lo primero que se tiene que hacer es decirles a la opinión pública y a los estamentos sociales, políticos y económicos en qué consiste el acuerdo y cómo se va a hacer”, sentenció Cifuentes.

Un obstáculo: Colombia entra a una nueva campaña electoral

Y hay un elemento adicional que juega en contra de lo que planteó el presidente el 20 de julio. Es el hecho de que estos llamados a la unidad nacional para superar la polarización coinciden justamente con la entrada al tercer año de Gobierno. A partir de ahí, como es la tradición colombiana, el país se pone en modo campaña política, que es una etapa en la que cada cual debe marcar su territorio y mostrarse distinto al otro para seducir a sus posibles electores.

“Además –dijo Restrepo desde el Cerac– este es un Gobierno que por primera vez no hace parte de las élites que han gobernado a este país en las últimas décadas. Los acuerdos políticos, nacionales y de élite son muy difíciles de gestionar por un Gobierno como el actual, que está mayoritariamente conformado por quienes representan movimientos sociales, intereses comunitarios o regionales, de gran diversidad, pero que no tienen experiencia en la labor y en las tareas del Gobierno nacional y que no representan a los sectores de dominio tradicionales”.

La pregunta es por qué el presidente, con este contexto, volvió a poner sobre la mesa el tema. ¿Siente que algo ha cambiado y puede realmente hacerlo realidad?

“Es difícil de entender”, dijo desde Cali el analista político Diego Arias. “No se ha visto un empeño decidido de sacarlo adelante pese a su anuncio en los inicios del Gobierno. Nunca definió un encargado de alto nivel para gestionarlo, pero además tenía pocas posibilidades de materializarse, siendo que, más que un acuerdo, lo que proponía era una adhesión a su programa de reformas”.

¿Por qué la mayoría de los analistas interpretaron que en esta ocasión el presidente Petro sí tendió puentes? “De pronto el tono, a juzgar por la instalación de las sesiones del Congreso, pero ya puede haberse hecho tarde para lograrlo. No ayuda además que se hable a un mismo tiempo de constituyente y fast track, y por momentos se sienten discordantes las declaraciones del ministro Cristo, más claras, frente a las del presidente Petro, confusas y todavía algunas veces beligerantes”, aseguró Arias.

Por todo esto, es factible concluir que será casi imposible que el presidente Petro logre un Acuerdo Nacional.
 

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