
Armando Benedetti, ministro del Interior.
Crédito: Colprensa.
Las fuerzas en el Congreso que votarán la consulta popular, el Gobierno confía: ¿le alcanzarán los votos?
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El ministro de Trabajo, Antonio Sanguino, confía en que la consulta saldrá victoriosa en las calles. “Si no estuviéramos seguros de que estas preguntas van a alcanzar el umbral y van a lograr el sí, no las estuviésemos presentando”, dijo. Sin embargo, las cuentas en el Congreso no están aseguradas y los verdes, liberales y la U tendrían un papel clave.
Por: Claudia M. Quintero

El Gobierno, tal como lo prometió, presentó las 12 preguntas de la consulta popular que están impulsando y que, según el presidente Petro, llegarán a la secretaría del Senado el próximo primero de Mayo, el día de las históricas marchas de los trabajadores. Una apuesta que une el sentido de la consulta y los reclamos de quienes salen a manifestarse por sus derechos.
Los ministros del Interior, Armando Benedetti, y de Trabajo, Antonio Sanguino, presentaron el cuestionario con la confianza de quien se sabe ganador. “Si esto no se aprueba, lo que hay aquí es una conspiración”, dijo el jefe de la cartera política. Se refería al paso de la consulta por el Senado. “Si no estuviéramos seguros de que estas preguntas van a alcanzar el umbral y van a lograr el sí, no las estuviésemos presentando”, dijo Sanguino, hablando del apoyo en las calles.
Es decir, ambos se ven ganadores en los dos tiempos. Eso, en la práctica, no es tan sencillo de lograr. ¿Por qué y cómo están las cuentas?
La plenaria del Senado, el primer reto y uno de los más complejos

Así, cuando el Gobierno presente las preguntas en el Senado, ahí es que comienza el juego de convencer y atajar a los congresistas para asegurar un par de votos. Entonces, de los 105 senadores, el Gobierno necesitaría al menos 54 votos para garantizar más de la mitad.
En las cuentas están claras las posturas de tres bandos, que desde antes de conocer el sentido de las preguntas ya venían cantando sus votos y se venían moviendo.
El mismo ministro del Trabajo aseguró en diálogo con Señal Colombia que ya tienen “seguros” 35 votos. En sus cálculos, 20 son del Pacto Histórico, los cinco de Comunes, unos cinco del Partido Verde y un par de los indígenas, además de algunos de Cambio Radical y otros de la U, liberales y conservadores, según dijo.
Pero en esas cuentas agregan a Ricard Fuelantala, que no ha sido un voto del todo seguro. De hecho, en la discusión de la reforma pensional, el Gobierno tuvo que remar para conseguir este voto. Aunque congresistas del Pacto insisten en que ese senador está a favor de la reforma.
Por el lado del no, los que están casi que seguros son Centro Democrático (12 votos) y de los 11 de Cambio Radical, hay al menos diez votos casi que seguros por el no. A pesar de que este último es un partido de oposición, cuando David Luna renunció al Senado y al partido, su curul la ocupó Temístocles Ortega, quien fue designado como embajador de Colombia en Chile en 2023 —durante el Gobierno de Gustavo Petro—. Eso y sus posturas menos radicales frente al Gobierno hacen pensar que su voto podría estar cerca de la bancada oficialista.
De hecho, en diálogo con CAMBIO, Ortega aseguró que él no es un político de derecha y que no cree que se deba limitar la participación de los colombianos.
Verdes, liberales y la U: los votos claves
Entonces, más allá de las posturas fijas, para el Gobierno son claves los indecisos. Como le dijo a este medio la senadora Martha Peralta, del Pacto Histórico, “hay que hacer la tarea de motivar a los senadores y también decirle a la ciudadanía que, si están de acuerdo con recuperar estos derechos, pues deben llamar a esos senadores por los que votaron”.
Esa tarea puntual la deben poner en marcha con algunos congresistas de partidos como el Verde, los liberales y la U, los necesarios para destrabar la reforma.
En el primero, por ejemplo, se conoce que Jota Pe Hernández e Iván Name van fijos por el no. En el sí se cuentan al menos cinco votos. Además, está la senadora Angélica Lozano, quien sigue en el sector de los indecisos. Ella, por ejemplo, dice que primero debe resolverse el tema de la apelación de la reforma laboral. Sin embargo, le dijo a CAMBIO que es “imposible decir no a la lista de buenas intenciones”.
Además, otro congresista de su partido que prefirió no ser citado aseguró que a ella “no se le ve votando negativamente la consulta”. Según él, porque es un mecanismo viable de participación ciudadana y una persona que defiende las libertades, es poco probable que vote en contra de la consulta.
El otro sector clave son los liberales, que tiene 13 senadores. Allí están los fieles a César Gaviria y los que están “firmes” con el Gobierno. Hay casi que tres votos en contra: Juan Pablo Gallo, Karina Espinosa Oliver y Miguel Ángel Pinto. Ellos son los que han tenido posturas más críticas frente a las iniciativas del Ejecutivo y, puntualmente, frente a la laboral —que fue el articulado que motivó la consulta—. Y, según un senador liberal, habría al menos ocho votos de esa colectividad a favor de la consulta.
El otro sector importante para destrabar los proyectos del Gobierno es el Partido de la U, que tiene diez senadores. Entre ellos hay dos que votarían por el no, que son los que tiene posturas más criticas frente al gobierno y han votado no iniciativas como la pensional. Ellos son Alfredo Deluque y Juan Felipe Lemos.
Otro senador le dijo a CAMBIO que, entre los diez parlamentarios, hay al menos siete que podrían votar la consulta. Pero la senadora Norma Hurtado le dijo a este medio que las posturas frente a la consulta se definirán en bancada de Senado del partido y que hasta ahora no se pronunciarán.
Entre los conservadores, el Gobierno también tiene chance de jugar. Un senador azul que prefirió no ser citado aseguró que es bastante probable que en esta colectividad terminen votando por el no. De manera especial por las posturas que ha tenido el presidente Petro con dos pesos pesados de ese partido, como Efraín Cepeda y Nadia Blel. Aunque es cierto que los senadores que han acompañado otros proyectos del Gobierno podrían estar entre los indecisos.
En las cuentas también son claves otras colectividades que son más pequeñas, pero que le sirven al Gobierno para sumar votos en favor de la consulta.
En esas cuentas, las cosas estaría así: los tres del Mira estarían encaminados por el no, porque han tenido posturas bastante críticas y se han ido de frente en contra de la laboral, que es el proyecto que motivó esta consulta. También están los cuatro de ASI, que hasta ahora están entre los indecisos. Sin embargo, en la bancada del Gobierno dicen que Berenice Bedoya podría estar más inclinada al no. De Colombia Justa está la senadora Lorena Ríos, que firmó la ponencia de archivo de la laboral, así que está más cerca del no por la consulta.
En ese sentido, según las cuentas de congresistas y revisando las posturas que han tenido los senadores en votaciones como la pensional y en algunos debates de la laboral, el Gobierno podría tener de su lado 48 votos. Es decir, no les alcanzaría para lograr los 54 que les garantizarían un poco más de la mitad más uno. Pero, como la política es dinámica y algunas cosas se pueden mover, estos números podrían cambiar.
Además, los mismos congresistas afirman que a los “progresistas y a aquellos que defienden las libertades les quedaría muy mal limitar la participación ciudadana en las urnas”.
Los otros caminos a los que le apuesta el Senado: apelación y ‘mini’ reforma laboral

Además de esto, los senadores de bancadas de oposición y los independientes le están apostando a ponerle un freno al Gobierno con otros mecanismos. ¿Cuáles? Primero, la apelación de la laboral, que, si se acepta, podría darle pie al Senado para decir que es necesario que se resuelva ese recurso para ahí si discutir la consulta.
Sin embargo, el constitucionalista Rodrigo Uprimny le explicó a este medio que no es jurídicamente necesario que se resuelva esa apelación para discutir la consulta.
El otro gran tema sobre la mesa es la ‘mini’ reforma laboral del Partido Liberal, una apuesta que podría mover los votos en esa colectividad y afectar la consulta.
Así las cosas, habrá que ver si el factor Benedetti logra mover sus fichas en el Congreso y el Gobierno consigue sacar adelante la consulta popular. Si eso ocurre, no solo habrá arrancado la campaña para 2026 en las calles, sino que tendrán el reto de romper con el abstencionismo que garantiza esos procesos electorales y alcanzar los 13 millones de votos.
