Johana Fuentes
26 Enero 2023

Johana Fuentes

¡Cuidado con el mesías!

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Sin importar ideología ni partido, los falsos mesías abundan en la política colombiana. Se alzan con discursos populistas y promesas de cambio frente a los clanes políticos tradicionales, pero se embriagan tanto de poder que terminan pareciéndose a aquello que una vez criticaron. El actual gobernador del Magdalena es un claro ejemplo, por eso no es extraño que desde ya esté moviendo sus fichas para quedarse –por cuarta vez consecutiva– con las elecciones regionales. 

Hace 11 años, Carlos Caicedo ganó la Alcaldía de Santa Marta, lo que significó un punto de quiebre de una clase política que había gobernado por años y que en ese momento tenía serios cuestionamientos –y hasta condenas– por nexos con el paramilitarismo. Su llegada, con un programa de gobierno enfocado en temas sociales y obras de infraestructura, fue un bálsamo para los samarios. Sin embargo, aunque se le reconoce que la ciudad mejoró en términos de equidad, finanzas y seguridad, no pudo cumplir con promesas bandera como las megaobras para renovar el sistema hospitalario, entre otras.

Caicedo culpó al Concejo de la ciudad de no dejarlo gobernar y decidió reelegirse en cuerpo ajeno, dejando como su sucesor a su exsecretario de Gobierno y amigo de vieja data, Rafael Martínez. En ese entonces, La W Radio denunció que varios funcionarios de la Alcaldía habrían sido presionados a través de correos electrónicos para votar por el candidato del alcalde. 

Martínez llegó a la Alcaldía con la promesa de darles continuidad a los programas de Caicedo. No sucedió. Las presuntas irregularidades en la contratación llegaron a tal punto que la Fiscalía los imputó por los delitos de celebración de contratos sin el cumplimiento de requisitos legales y peculado por apropiación. Las obras en cuestión fueron cinco centros de salud demolidos en 2014 para ser remodelados. El ente de control encontró varias anomalías en ese proceso. También se investigaron las obras de la calle 22 y la Megabiblioteca, que debía  ser entregada en un plazo de nueve meses, pero su construcción tardó siete años y costó el doble de lo estimado. 

No hay que olvidar que en ese momento Carlos Caicedo tenía intención de presentar su candidatura a la Presidencia y ya había hecho una gran campaña en el departamento usando como fortín a la Alcaldía, incluso, Rafael Martínez fue suspendido por la Procuraduría por participación indebida en politica. Los planes se arruinaron cuando ambos fueron capturados dentro del proceso que se adelantaba por las obras antes mencionadas, y aunque quedaron en libertad, siguieron vinculados a la investigación. Por supuesto, Caicedo no reconoció error alguno y calificó todo como una persecución política de la Fiscalía por haber sido el único capaz de enfrentar a los corruptos del departamento. ¡Todo un mártir!

En 2018 participó junto a Gustavo Petro en la consulta presidencial para definir candidato de la izquierda. No ganó, pero eso lo ayudó a consolidarse como el líder de la mayor fuerza política del departamento. En 2019 se quedó con la Gobernación y  la Alcaldía  –que no estaba dispuesto a ceder–  se la heredó a Virna Johnson, quien había ocupado varios cargos tanto en su administración como en la de Martínez. 

Durante esas campañas también hubo denuncias sobre cómo se usó la Alcaldía de Santa Marta para favorecer los intereses políticos de Caicedo, pero nada trascendió. Este año se repite la historia, el actual gobernador –también vinculado a la investigación por tres asesinatos en la Universidad del Magdalena–, quiere volver a quedarse con el doble botín y para eso tiene dos nombres: Rafael Martínez a la Gobernación y su hermana Patricia Caicedo a la Alcaldía. 

Esta semana en el evento de la inauguración de la reconstrucción de un tramo de la calle 30 –otra obra que lleva diez años esperando ver la luz– aparecieron junto a la alcaldesa y el gobernador, los futuros herederos a esos cargos. ¿Qué hacían ahí? Política, pero como no han oficializado sus candidaturas es fácil pasarse la ley por la faja.

Documento

Caicedo también quiere ampliar su poder en estas regionales. Aunque la relación con el presidente Petro no pasa por su mejor momento, ya que no le fue devuelto el control de la empresa de servicios públicos (Essmar), sin el Pacto Historico, su movimiento Fuerza Ciudadana le apostaría a la entrega de avales en otras regiones. Fuentes dentro de ese partido me confirmaron que las conversaciones se han extendido a departamentos del sur del país, como Putumayo. 

Los más seguro es que los ciudadanos escuchen de nuevo las mismas promesas que reviven cada cuatro años: agua potable, un acueducto decente, un sistema hospitalario digno o que ahora sí van a entregar las obras que hacen falta. Mientras eso pasa, Caicedo –tan parecido a lo que una vez rechazó– seguirá creyendo que es un mesías y alardeando que ha sido el único capaz de salvar al Magdalena de las mafias que se robaron al departamento durante años, pero ¿quién los salvará de él?

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