El boletín oficial de la Corte, de este 25 de enero de 2024, titula: Magistrado Gerson Chaverra Castro, primer presidente afrodescendiente de la Corte Suprema de Justicia. Y luego enfatiza: “Por primera vez en la historia del poder judicial colombiano, un juez afrodescendiente es elegido como presidente de la Corte Suprema de Justicia. Este jueves y por decisión unánime, la Sala Plena del máximo tribunal de la jurisdicción ordinaria designó en esta alta dignidad al magistrado Gerson Chaverra Castro. El magistrado Gerson Chaverra Castro, hijo de una maestra de escuela y un mecánico, nació en el corregimiento Querá del municipio de Bajo Baudó, con cabecera municipal en Pizarro, en el departamento del Chocó”.
Entonces nosotros, que sentimos estos logros como propios, nos dedicamos a reproducir esta información en las redes sociales a modo de celebración, porque conocemos muy bien lo que significa las dificultades que hay que sortear para llegar a un lugar como estos, y lo que significa mantenerse ahí. El camino del magistrado da cuenta de lo recorrido:
“(…) El nuevo presidente de la Corte Suprema de Justicia, magistrado Gerson Chaverra Castro, es abogado de la Universidad Autónoma de Colombia, magíster en Ciencias Penales y Criminológicas de la Universidad Externado de Colombia y especialista en Derecho Penal y Criminología de la Universidad de Medellín, y Derecho Procesal Penal, Derecho Constitucional y Derecho Administrativo de la Universidad del Rosario. Juez de carrera. Cuenta con una amplia trayectoria en la Rama Judicial, iniciada como servidor judicial en distintas poblaciones del departamento del Chocó como Riosucio, Tadó, Quibdó, Bahía Solano e Istmina, en las cuales se desempeñó como juez promiscuo municipal, juez penal municipal, juez promiscuo del circuito, juez penal del circuito y juez penal del circuito especializado; posteriormente ejerció (de 2004 a 2007) como juez penal del circuito de Bogotá, de donde pasó a ser magistrado por concurso de méritos de la Sala Única del Tribunal Superior de Quibdó y, después, del Tribunal Superior del Bogotá, del cual fue presidente. Ha ejercido como presidente de la Sala de Casación Penal y vicepresidente de la corporación”.
Se ven con claridad los años dedicados al estudio, al trabajo riguroso y ético, que es la única vía posible para que los afros accedamos a una posición de estas. Nuestros méritos deben ser irrefutables. Y con frecuencia eso nos exige esforzarnos el doble o triple que los demás. Es una constante en todos quienes hemos sido “primer afrocolombiano” o “la única afrocolombiana”, en cualquier disciplina, cargo u oficio.
Mabel Lara, que lleva sobre sí varios títulos de primera afrocolombiana, escribió en una red social “¡Gran día! Cada paso lo celebramos como propio. Hasta que se acaben las primeras veces”. Y con esto recogió lo que es una conversación frecuente entre quienes ostentamos alguna de esas categorías: queremos que se acaben, porque sabemos que ser la excepción solo confirma la regla. Tenemos claro que una verdadera inclusión significa que haya muchos, que no sea extraño que uno de nosotros, los descendientes de quienes fueron sometidos, esclavizados y traídos a este país para ser explotados, hijos de territorios victimizados una y otra vez, desatendidos, sin plena garantía de derechos, seamos también periodistas en la televisión, columnistas regulares en un medio nacional, escritoras traducidas al inglés o representadas por una agencia británica, vicerrectores en una universidad privada, embajadores, ministros o vicepresidentas.
El pequeño pueblo donde nació el magistrado Gerson se llama Querá, que en idioma embera significa loción o perfume. Me quedaré esta vez con el aroma del logro individual que por efecto del viento se hace colectivo, y el de la esperanza que siembra un nuevo techo que se rompe para todos nosotros.