Los vapeadores electrónicos y sus riesgos para la salud
11 Noviembre 2022

Los vapeadores electrónicos y sus riesgos para la salud

Aunque los vapeadores se crearon como una alternativa para dejar de fumar cigarrillo, muchos lo han tomado como estilo de vida o moda. Sin embargo, estos dispositivos de riesgos reducidos, también traen problemas para la salud.

Por: Santiago Luque Pérez

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Los cigarrillos electrónicos y vapeadores, también conocidos como vapers, se han ido popularizando, sobre todo entre jóvenes universitarios. Estos dispositivos fueron creados para que las personas dejen el cigarrillo convencional y, aunque son de riesgo reducido, también generan daños a la salud.

Esta semana se hizo famosa en redes la historia de Nicole, una joven que contó cómo sufrió una perforación en su sistema respiratorio, afección conocida como enfisema subcutáneo, por el uso de un cigarrillo electrónico.

En 2021 el Ministerio de Salud afirmó que los cigarrillos electrónicos y los vapeadores “no son inofensivos para la salud ni permiten dejar de fumar. Esta conclusión es respaldada por expertos nacionales e internacionales”. 

Ante este panorama, la regulación de su consumo se ha vuelto necesaria y se han presentado proyectos de ley para tal fin.

Sin embargo, desde organizaciones como Acción Técnica Social (ATS), más conocida por el proyecto Échele cabeza, han advertido que no se les puede tratar de la misma manera que a los cigarrillos convencionales, ni con un enfoque prohibicionista.

¿La cura peor que la enfermedad?

Para Julián Quintero, investigador de ATS, estos dispositivos tienen el riesgo de “generar dependencia a la sustancia, al dispositivo o a la nicotina”. Sin embargo, es enfático en recordar que son dispositivos de riesgo reducido comparados con el cigarrillo.

Los daños que genera un cigarrillo tradicional están relacionados con la combustión, proceso que no se realiza con los vapeadores. “Ambos tienen un riesgo, pero es diferencial. La mayor parte de los daños [del cigarrillo] es por la combustión de la materia vegetal”, dice Quintero.

Los vapeadores no hacen combustión, calientan el tabaco y la nicotina y estos vapores son los que consume la persona.

Este año se han presentado varios proyectos de ley que buscan desde prohibir su consumo en espacios público, hasta aplicar un impuesto del 150 por ciento a su comercialización. Sin embargo, para ATS es un error que se les dé el mismo trato que a los cigarrillos tradicionales.

“Equiparar los productos bajo la misma regulación y las mismas estrategias limita la posibilidad de adoptar medidas diferenciadas y hacer un seguimiento y una evaluación que permita asociarlos a los objetivos de salud pública”, asegura un concepto enviado por TAS al Congreso con relación al Proyecto de Ley 001/22 S.

Además, el TAS plantea que es necesario el control de los productos comercializados en Colombia. “La falta de regulación hace que al país estén entrando productos a muy bajo costo con calidades desconocidas”, dice Quintero.

Un consumo responsable

Los vapeadores y cigarrillos electrónicos no están libres de afectar a las personas y a la salud. Julián Quintero dice que “los daños que conocemos están muy relacionados con el abuso, el desconocimiento y la calidad de los productos”. 

Una de las principales recomendaciones para quienes utilizan estos dispositivos es comprar productos de calidad en sitios reconocidos. Quintero también dice que no se deben añadir elementos que no están hechos para ser usados en vapers o cigarrillos electrónicos.

También es importante no abusar del uso de los vapeadores, ni hacerlo por moda o aceptación social. Aunque es un producto que tiene bajo riesgo comparado con los cigarrillos tradicionales, tiene un impacto negativo en la salud.

El daño pulmonar y de todo el sistema respiratorio que recibe el primer impacto de estos dispositivos puede ser por la calidad del producto, la mezcla de los productos o el calor”, asegura Julián Quintero investigador de la organización TAS.

También hay que tener cuidado con la carga de nicotina que tienen los vapers. “Hay unas cargas que buscan que la persona que fuma un paquete o dos paquetes de cigarrillos pueda equiparar la nicotina y que la persona pueda ir reduciéndola”, dice Quintero.

Otras recomendaciones en el uso de estos dispositivos tienen que ver con hacer pausas en el uso del consumo y hacer ejercicios de respiración para reducir la ansiedad. Tampoco es recomendable utilizarlo antes de dormir.

Es importante mantener alejados a los menores de edad del consumo de estos dispositivos. A pesar de esto, la Encuesta Nacional de Consumo de Sustancias Psicoactivas de 2019, la última que se ha realizado, indicaba que el 6,7 por ciento de los menores entre 12 y 17 años había utilizado vapeadores con nicotina. El mayor consumo se registró en las personas entre los 18 y 24 años, en el que la cifra aumentó hasta el 11,3 por ciento.

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