
Las cuatro niñas valientes que quieren desnaturalizar el matrimonio infantil en La Guajira
Crédito: Fotos: Profamilia. Montaje: Yamith Mariño
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Adolescentes de uno de los departamentos con las tasas más altas de matrimonios infantiles se dedican a enseñar sobre las consecuencias que tienen este tipo de uniones, gracias a sus aprendizajes sobre salud sexual integral.
Por: Pía Wohlgemuth N.

Para Yoliana, Yesi, Dina Luz y Shantal, adolescentes de La Guajira, no es extraño ver a amigas suyas, de su edad, casadas y viviendo con hombres mayores. Todas dicen que conocen casos de jóvenes que dejaron el colegio y quedaron embarazadas sin haberse siquiera graduado.
Estas cuatro jóvenes aprendieron sobre educación sexual integral (ESI) en 2019 y se dieron cuenta de que esto no era normal. Por eso, decidieron hablar del tema y recorren varios municipios de uno de los cuatro departamentos con las tasas más altas de matrimonios infantiles y uniones tempranas.
Se unieron bajo el proyecto Valiente, promovido por Profamilia, con el que buscan desnaturalizar que niñas y niños se casen, mientras sus proyectos de vida se ven truncados por ello.
Algunos de los impactos positivos que tiene la educación sexual es sacar a la luz la violencia de género, darles las herramientas a las niñas y niños para reconocerse como víctimas.
Por ejemplo, sirve para que una o un menor se dé cuenta cuando tiene una relación inequitativa o de poder, en donde la edad, el género y otros aspectos provocan “mayor vulneración de los derechos de las niñas, niños y adolescentes”, como explica Profamilia.
La Guajira es uno de los cuatro departamentos con más casos por cada 100.000 habitantes, después de Vichada, Amazonas y Chocó, según el Dane, cuyos registros más recientes son de 2018.
Aparte, en 2023, 3.819 niñas entre 10 y 14 años –algunas en escuela básica secundaria y otras en básica primaria– fueron mamás, como resalta Profamilia. El embarazo juvenil está relacionado estrechamente con el matrimonio y las uniones tempranas.
La historia de las valientes
Yoliana, del municipio de Dibulla, tiene 14 años: lleva diez viviendo en el municipio con su mamá. Ha visto múltiples casos de niñas viviendo con hombres mayores, como una compañera suya que con 12 años se casó con un hombre de 30.
“Antes de recibir información frente al tema, yo lo percibía como algo normal –cuenta, en conversación con CAMBIO–. Es algo que está tan arraigado en nuestra cultura, que, si a ti no te dicen, lo vas a percibir como algo natural, porque se ven casos en cada esquina, en cada parte de nuestro municipio”.
El tema le da escalofríos, tristeza e impotencia. Por eso decidió difundir el mensaje de la educación sexual integral. Resalta que otra de las consecuencias que más le impactan del matrimonio infantil es la dependencia económica. Cuando una niña deja sus estudios porque la obligan a casarse con un adulto, difícilmente retorna y puede, alguna vez, vivir por sus propios medios.
“Renuncian a cualquier posibilidad de conseguir un empleo y por ende, a la independencia económica. Hay casos de violencia física y al no tener una forma de sustento, se quedan atrapados en esa situación”, dice Yoliana.
Algo similar cuenta Shantal, quien vive con su mamá, abuela y dos hermanos menores, en condiciones difíciles de desigualdad, pero que no ha sido víctima en carne propia del matrimonio infantil. No obstante, cuenta que ha visto las consecuencias del mismo en La Guajira.
“Dejan los estudios para dedicarse a la casa y vemos, muchas veces, que también llegan con problemas físicos o también psicológicos y esto nos afecta mucho a nosotras también”, asegura.
Por su lado, Yeisi, de 15 años, es la mayor de su familia y esa es una de sus motivaciones para hablar del matrimonio infantil: tiene dos hermanas de 5 y 11 años, a quienes quiere proteger de este y otro tipo de violencias.
Asegura que gracias al trabajo de Valientes se han venido disminuyendo los casos de matrimonios infantiles a su alrededor. “Decimos que no se va a acabar, pero sí podemos ir reduciendo. Aún hay matrimonios infantiles y uniones tempranas, pero estamos lográndolo, con lo mucho que había antes. Nos da alegría, nosotras no queremos que ellas estén en esos puestos. Nos da tristeza y las ayudamos a ellas, es algo muy bueno”, cuenta, sonriente.
Dina Luz tiene 15 años y es una lideresa juvenil y académica. Busca darles un espacio a los jóvenes en las conversaciones públicas y por eso, como adolescente, cree que es importante difundir el mensaje de la desnaturalización del matrimonio infantil y las uniones tempranas.
Relata que ha visto un cambio total en su comunidad. “Si se está presentando uno que otro caso, las chicas ya no se salen de las escuelas, y si han pasado por los matrimonios infantiles regresan a las escuelas y no están saliendo embarazadas –explica en una conversación con CAMBIO–. Estamos felices de lograr eso, aunque no sea demasiado, porque no queremos que chicos y chicas se sigan casando a temprana edad”.
¿Cómo es el trabajo de Valientes?
El objetivo de la iniciativa, que apoya la Embajada de Canadá, es disminuir los embarazos en edades tempranas en Caloto, Miranda, Bahía Solano, Uribia, Aracataca y Pivijay, municipios de Cauca, Chocó, Magdalena y La Guajira.
Como explica Profamilia, en colegios y otros espacios pedagógicos, Yoliana, Yesi, Dina Luz y Shantal se dedican a explicar lo que han aprendido de educación sexual integral, dirigido, especialmente, al matrimonio infantil y a las uniones tempranas. Hicieron un árbol de papel que cargan a sus intervenciones, para explicar con más facilidad cómo funciona esta problemática.
Yoliana dice que es una analogía para explicar las causas y consecuencias del matrimonio infantil: “La raíz son las causas del problema –las desigualdades económicas, la presión social, la ignorancia, hasta los padres que obligan a las niñas a casarse–; el tronco del árbol es el matrimonio infantil y las uniones tempranas; y las hojas son la información que da Valiente, y luego están los frutos”, explica.
Como cuenta Yeisi, este árbol lo han llevado a encuentros con los padres de familia del colegio, se lo mostraron a la primera dama, Verónica Alcocer, han viajado a Riohacha a presentarlo, etcétera. “Nos metemos en toda reunión que hay en nuestra comunidad y dar a conocer sobre nuestra iniciativa”, cuenta.
Incluso, Dina Luz resalta que han estado en la mesa de participación departamental y en otros espacios en donde les abren las puertas y siempre están presentes con el árbol y el folleto.
“Para nosotros es necesario que esa información se dé a conocer”, concluye.
Los datos que reseña Profamilia dan luces sobre la posible efectividad de la iniciativa, con la medida de los embarazos en edades tempranas. En todos los municipios en donde está la iniciativa, se redujo la tasa de fecundidad de niñas entre los 10 y 19 años respecto al año 2022.
Profamilia añade que los resultados de Valiente se evidencian, en gran medida, "desde las voces y procesos que adelantan las niñas en sus municipios por medio de iniciativas donde visibilizan la problemática" del matrimonio infantil y las uniones tempranas, y las violencias basadas en género.
Todo esto, "por medio de la sensibilización a la comunidad y participando en diferentes escenarios de incidencia que han permitido que hoy pueda reconocerse el impacto positivo que ha tenido Valiente durante sus cinco años de implementación".
