Gerardo Martínez Martínez, el célebre decimero santandereano, vuelve hoy invitado por esta sección (y con la venia del portal El Unicornio) dispuesto a contribuir con sus versos sobre el cotarro electoral.
SILENCIO MUDO
Hablan hasta por los codos
políticos en campaña,
pero apareció la maña
de guardar silencio todos.
Sean del pacto, rojos, godos,
se ocultan tras el postigo,
con la excusa: “No es conmigo,
busco del caso alejarme”
porque “acabo de enterarme”:
“Siguiente pregunta, amigo”
Eso han hecho los extremos
ante las acusaciones
a los socios muy bribones,
porque si hablan, nos jodemos.
Lo único que podemos
es ser asaz solidarios;
sacarlos de sus calvarios,
acusando a denunciantes
de ser perversos tunantes
de oposición mercenarios
¡Ay Piedad, la senadora!
Toca aclarar con certeza
si cayó en la gran torpeza
de convertirse en Teodora.
De verdad llegó la hora
porque el joven que da pista,
con las pruebas a la vista,
tiene relato creíble.
Y, entonces, ¡qué cosa horrible!,
Piedad va a arruinar la lista
Bla, bla, bla
Andrés volvió a aparecer
en medio de este jolgorio;
y no hablo de Andrés Gregorio
si no del Pastrana aquel.
A sus diatribas muy fiel,
de la opinión en las olas,
hace alocuciones solas,
porque no quiere aceptar,
que él solo habla por hablar,
pues nadie le para bolas
Torpeza mayor
Martha Lucía se lució
en tema internacional,
con descachada fatal
cuando de Aída opinó.
Muy rotunda comentó:
la extradición está en fila,
para lo cual se perfila,
con sobrada inteligencia,
pedirla con suma urgencia,
al tal “mono de la pila”
ÑAPA
Duque, en quien no se confía,
regresó, según parece.
La recepción fue muy fría;
solo habrá gran alegría
cuando mejor no regrese.
