Johana Fuentes
14 Febrero 2022

Johana Fuentes

No se habla (mal) de Char

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Desde que se conocieron detalles de la declaración que entregó Aida Merlano en la Corte Suprema de Justicia sobre el entramado de corrupción del que también fue partícipe la familia Char, especialmente Álex, protagonizaron los titulares de prensa de los principales medios de circulación nacional, sin embargo, la historia en Barranquilla es distinta, parece ser que allí—al mejor estilo de los miembros del Equipo Por Colombia—, no se habla (mal) de Char.

Una búsqueda por El Heraldo, Zona Cero y Noticias de Telecaribe arroja titulares como: “Podemos cambiar a Colombia entera: Álex Char”, “Tuve una relación, reconozco mi error, hablé con mi familia, soy humano”, “Álex Char, segundo en encuesta de intención de voto para elección presidencial”, “Nosotros creemos en el campo y vamos a acompañar al campesino: Char”, “Alejandro Char denunciará a Aida Merlano por falso testimonio”, “Banco Serfinanza se pronuncia sobre supuesto audio de Gerlein y Merlano”, “Al pasado pisado y al presente de frente”: Katia Nule, esposa de Álex Char”, “Álex Char llevó al Cesar su experiencia en Barranquilla”. En la Emisora Atlántico, la más escuchada, ni siquiera se encuentra una mención al tema.

No se dice nada sobre la compra de votos en la que estarían implicados los Char y los Gerlein, tampoco del plan de fuga que, según Merlano, habrían ideado estas familias, ni del presunto plan para asesinarla. La historia no es nueva, durante sus dos periodos al frente de la alcaldía, los medios generalmente destacaban “la gran transformación” que Char estaba haciendo en la ciudad, pero le restaban importancia a la inconformidad de los ciudadanos con temas como la inseguridad o el desempleo. El caricaturista Nadim, que trabajó en El Heraldo desde 2012 hasta 2019, cuenta que en varias oportunidades le censuraron columnas referentes a los Char. Dos de ellas justamente retratan esa percepción de seguridad en contraposición con las obras que entregaba el alcalde en su momento. 

Caricatura

 

Caricatura 2

 

Cuando la Fiscalía compulsó copias a Arturo Char por compra de votos, Nadim hizo otra caricatura que tampoco fue publicada.

caricatura 3

Otra caricatura que no vio la luz, muestra a un barranquillero decepcionado por la demolición de la parte trasera de la casa La Españolade gran valor patrimonial, para convertirla en un parqueadero del SAO (Súper Almacén Olímpica), las tiendas de la familia Char, del centro comercial Portal del Prado. Al fondo se aprecia a Fuad Char contando billetes.

caricatura 4

Nadim relata que el entonces director de El Heraldo, Marco Schwartz, le pidió cambiar las caricaturas porque no estaban acorde con la línea editorial del periódico y había que mantener la altura. “Empezaron a colgarme más seguido las caricaturas hasta que me pasaron la carta de despido. Hoy por hoy no me cabe duda de que no querían inconvenientes con los duros, con los que ponen el billete, con los Char”, me dice Nadim. 

La columnista Catalina Ruiz-Navarro, fue despedida de El Heraldo en 2017 luego de escribir una columna en la que criticaba a Olímpica Stereo, emisora de los Char, por hacer una abierta invitación a no votar en la consulta liberal para elegir candidato presidencial en las pasadas elecciones y de esa manera beneficiar a Germán Vargas Lleras, candidato del clan Char. “A mí me llamó Marco Schwartz diciéndome que eso no se podía publicar porque en El Heraldo tenían como política no criticar a otro medio de comunicación y a la semana me mandaron un mail diciendo que no querían más mi columna”, cuenta Ruiz-Navarro.  La columna fue publicada en El Espectador

Me comuniqué con Marco Schwartz para indagar acerca de esto: “Tengo el vago recuerdo de que una vez le mandé decir que quitara una palabra soez del texto de un dibujo, a lo que él accedió sin problema. No tengo constancia alguna de que esos dibujos que me mandas los enviara a EH (El Heraldo) y menos aún que fueran censurados”, dijo sobre el caso de Nadim, y agregó que su salida fue debido a un recorte en la sección de Opinión del diario.

En cuanto a la columna de Catalina Ruiz-Navarro, acepta que no la publicó porque sugirió dos cambios que fueron rechazados, «al referirse a Vargas Lleras, lo calificaba de “ese sí es un bandido según los rumores. Me pareció poco serio acusar con base en “rumores por lo que le sugerí reformular la frase sin abandonar por ello su crítica al personaje. La segunda, al referirse al locutor, decía que “por la hora y fecha debió ser Jeiminson Ochoa. Le sugerí que lo confirmara». Schwartz relata que minutos después de la conversación con la columnista, Pedro Bacca, entonces director de la Fundación Para la Libertad de Prensa (Flip), se comunicó con él para preguntar si la columna se publicaría y esto le pareció una “presión inaceptable de Catalina”. Cuesta entender que un periodista de su trayectoria desconozca que cuando la Flip interviene no es para ejercer presión, sino para verificar si existe o no una amenaza a la libertad de prensa, como sucedía en ese momento.

Otro caso que vale la pena mencionar es el del periodista Jimmy Cuadros que, cuando era editor general de Hora 7/24 en 2018, denunció que fue víctima de censura luego de publicar el artículo, “Documentos sobre coimas de Odebrecht salpican al alcalde Alejandro Char. Cuadros recibió una llamada del gerente del medio, Juan Carlos Rocha, en la que le decía que se reunió con el alcalde Char y luego de esa reunión le pidió modificar la nota.Estaba reunido ahora con el alcalde, el man está asustao marica, está asustao. Le dije que nos apoyara con el tema y esa vaina y el man dijo que sí, entonces ¿de qué manera podemos desenfocar esa vaina, esa nota?”, le decía Rocha a Cuadros en la llamada. El periodista se negó a modificar la nota, sin embargo, esta fue retirada del portal, lo que ocasionó que renunciara a su cargo.  Rocha optó por no hablar del tema.

La censura no se remite a los grandes medios. Otra manera de callar las voces críticas contra Char o la administración de turno —también de los Char— es a través de intimidaciones. Durante el paro nacional, un grupo de ciudadanos, en cabeza de la periodista Andrea Dávila —que salió de Barranquilla manifestando no tener garantías para su ejercicio periodístico—, creó un Space en Twitter con el fin de exponer denuncias referentes a las protestas en Barranquilla. Al día siguiente de ese evento, los organizadores aparecieron en un panfleto en el que se les acusaba de estar destruyendo a Barranquilla e invitaban a vandalizar sus casas.

Panfleto

El miedo los detuvo, pero con las últimas revelaciones de Merlano decidieron hablar de nuevo y, en otro Space denominado “Sí se habla de Álex”, compartieron testimonios sobre la forma como las administraciones Char han tratado de silenciar a todo el que no quiera exaltarlas. Días después, los participantes de ese espacio recibieron mensajes amenazantes e intimidatorios a través de redes sociales. Justamente la Flip emitió una alerta al respecto.

 La Flip ha calificado como tóxica la relación entre los medios de Barranquilla y las administraciones locales, “una relación mediada por los recursos de publicidad oficial que ha destinado la alcaldía en los últimos tres gobiernos”, publicidad oficial, que, como detalla un informe de Pauta Visible, se está usando en su mayoría para promocionar la imagen de los funcionarios públicos, es decir, el autobombo que tanto le gusta a Char. 

Las personas aquí citadas tienen en común que ya no viven en la ciudad y, como me decía uno de ellos, ya no tienen nada que perder, otro gallo le canta a quienes siguen trabajando allá. Logré hablar con tres periodistas que, aunque son conscientes de la censura a la que están sometidos en sus medios, no aceptaron que su testimonio estuviera en esta columna, ni siquiera anónimo, porque en Barranquilla todo se sabe y temen perder sus trabajos y quedar vetados  como los que han hablado de frente. 

La censura no solo calla a quienes destapan ollas podridas, también nubla la realidad, por eso hay gente en Barranquilla que cree que Álex Char es una especie de mesías bacán, con cachucha, más preparado que un kumis —como lo definen en uno de sus TikToks— que creó un paraíso perfecto en el que el `Yuyu´ siempre gana y hay premio de Fórmula 1. El precandidato, que ha logrado el silencio hasta de su coalición, ha prometido replicar en Colombia lo que hizo en Barranquilla. Como periodista, espero que no lo cumpla.

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