El fin justifica a Armando Benedetti: Gustavo Petro marca distancia de la izquierda buscando votos para 2026

Armando Benedetti acompañó al presidente Petro durante el consejo de ministros televisado del pasado 4 de febrero.

Crédito: Presidencia de la República- Ovidio González

6 Febrero 2025 05:02 am

El fin justifica a Armando Benedetti: Gustavo Petro marca distancia de la izquierda buscando votos para 2026

En un giro de trama inesperado, el presidente Petro le lanzó un balde de agua fría a la izquierda que lo ha apoyado hasta el momento. A propósito de una cruda defensa a la designación de Armando Benedetti como jefe de despacho, el mandatario hizo declaraciones que ahora tienen a varios sectores políticos con una herida difícil de reparar a meses de las elecciones.

Por: Andrés Mateo Muñoz

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Ni en sus momentos más creativos Gustavo Bolívar se habría podido imaginar un libreto tan accidentado y sorprendente como el que se vio ayer en televisión nacional. Un presidente defendiendo con garras y dientes a un exuribista, exsenador de la U y señalado de misógino como Armando Benedetti. No hubo poder humano que le sacara a Petro al menos una autocrítica y, en cambio, respondió con una cruzada contra el sectarismo y hasta una comparación de Benedetti con Jaime Bateman.

“Tiene algo de virtud, que es ser loco como Bateman”, fue uno de los argumentos más acrobáticos del presidente para defender a su asesor de cabecera. Esto sacó de quicio a quien es –¿o era?–  el funcionario más cercano a Petro: Augusto Rodríguez, director de la Unidad Nacional de Protección (UNP) y exmilitante del M-19. "Yo no acepto eso!, dijo Rodríguez, quien ventiló que ha investigado a Benedetti y a Laura Sarabia encontrando indicios que, para él, lo hacen desconfiar.

Los reclamos de Rodríguez precedidos por los de Alexander López, Gustavo Bolívar, Susana Muhamad y Francia Márquez llevaron a Petro a un límite tal, que desnudó por completo su pragmatismo; el mandatario aseguró que no iba a estar recluido en una secta llena de “purismo” y prefería hacer parte de un sancocho con "yuca, papa y ají". 

Susana Muhamad
La ministra de Ambiente, Susana Muhamad, fue una de las que pidió la palabra para criticar la designación de Armando Benedetti como jefe de despacho. Foto: Presidencia de la República.

La férrea defensa a Benedetti dejó claro que Petro huye a cualquier prisión ideológica, pero también confirmó que el presidente sigue como rehén de la politiquería y que podría padecer del Síndrome de Estocolmo.

“Yo lo amo presidente, en serio”

Hubo pocas treguas en la tensa reunión del 4 de febrero, pero sin duda el momento favorito del público lo protagonizó el mismo Gustavo Bolívar. En su defensa a las críticas que le estaba haciendo el presidente, el director de Prosperidad Social no encontró otra salida que el amor. “Yo lo amo, presidente”, le dijo Bolívar a Petro.

Pero más allá de la particular escena, la declaración de Bolívar fue el reflejo de lo que es el sector más petrista del gabinete: leales a la figura de Petro, sacrificados por el proyecto progresista y hartos de Sarabia y Benedetti. “Seguramente no tengo visa. Mi hijo está allá encerrado”, dijo Bolívar a propósito de la crisis aún no superada con Estados Unidos.

Aunque ayer lo pareció, ese sector no es homogéneo. Así lo demuestran las reacciones diversas al consejo del 4 de febrero. Por un lado, algunos encontraron algo positivo de la reunión televisada y rápidamente se subieron al bus del pragmatismo al estilo Petro. Para la senadora Gloria Flórez, presidenta de la Colombia Humana, el ejercicio de ayer estuvo lejos de ser un error.

“Considero que se ha logrado el objetivo: acercar a la gente del común a los temas del Gobierno, a los temas públicos. Solo así profundizamos la democracia”, dijo Flórez.

Por su parte, el representante Alfredo Mondragón presentó una postura que trata de equilibrarse entre la lealtad a Petro sin dejar de criticar a Benedetti: “No puede ser que el referente del Gobierno sea alguien con reprochables trayectorias y comportamientos tan graves sobre violencias basadas en género, pero tampoco pueden aceptarse aquellos que puedan aprovechar la cercanía al Gobierno para echar a andar sus proyectos personales”, dijo el congresista.

La postura más directa la ha expuesto Daniel Quintero, exalcalde de Medellín y quien tiene una enemistad pública con Gustavo Bolívar. Quintero le ha dedicado varios trinos al director de Prosperidad Social, entre ellos uno que contiene una teoría conspirativa:

“Gustavo Bolívar divisor profesional (sic), lideró el bloque que alentó a siete ministros a renunciar si el presidente no hacía lo que ellos querían. El presidente no cedió a la presión y pidió que su traición fuera televisada. Yo simplemente los hubiera sacado a todos”, escribió el jefe del movimiento Independientes con representación burocrática en el Gobierno.

Gustavo Bolívar y Gustavo Petro
Gustavo Bolívar ha sido uno de los aliados más leales del presidente Petro. Foto: Colprensa.

Para otras dos fuentes del Pacto Histórico que pidieron ser citadas sin mencionar sus nombres, la realidad exige medidas poco ortodoxas. “Lo cierto es que Benedetti y otras figuras como Roy y Alfonso Prada fueron cruciales para ganar. Despreciarlos es un lujo que no nos podemos dar para 2026. El moralismo lo podemos tramitar después”, aseguró una de ellas.

La versión que apenas va haciendo carrera en el Pacto coincide con la que expuso el presidente en el consejo televisado: todavía no es posible que un proyecto progresista llegue por sí solo a segunda vuelta.

“¿Cuántos votos puso la izquierda? (...) mis votantes fueron los mismos que votaron por el Congreso (...) Si no se hace un sancocho no se gana, por eso la izquierda nunca ganó el poder en Colombia”, dijo el presidente Petro, en una especie de desdoblamiento en el que ratificó que él no es de izquierda sino “humanista”.

Sin embargo, la preocupación sobre Benedetti en el petrismo más pragmático sigue siendo por sus turbulentas relaciones sociales y políticas que le hicieron un daño profundo a la campaña de 2022. “Tampoco podemos subir a cualquiera a la tarima. Ese error no lo podemos repetir”, dijo una fuente.

¿Sectarismo sí, pero no así?

Más allá del gusto por el sancocho, a Petro le interesa la efectividad. En el mismo consejo en el que se opuso al sectarismo, repitió por enésima vez que el peor error que ha cometido ha sido el de llevar a Alejandro Gaviria a su gabinete. 

La paradoja se explica porque más que un gabinete diverso entre activistas y tecnócratas, al presidente parece interesarle un equipo de funcionarios comprometidos a fondo con la ejecución que a su vez sean rentables electoralmente. 

Lo anterior sin importar el costo político y hasta personal que supone perder alfiles ‘pura sangre' como Susana Muhamad, o piezas clave de las elecciones pasadas como Francia Márquez. Ambas son funcionarias presidenciables, con quienes se esperaba atender la carencia de candidaturas fuertes en el petrismo.

'Me da mucho dolor la encrucijada en la que está poniendo el presidente Petro a las mujeres que están haciendo bien su trabajo, son ellas las que están siendo obligadas a renunciar a un proyecto político en el que creen', le dijo a CAMBIO Matilde de los Milagros, periodista y editora feminista.

Pero además de la orfandad de liderazgos que parece haber causado el presidente y sus declaraciones, el daño a las bases tampoco se ha cuantificado. No pasó un día luego del consejo de ministros y partidos como la Unión Patriótica convocaron a una reunión de emergencia de sus directivas para evaluar lo dicho por el presidente y el tema Benedetti. 

Hasta el momento no hay decisiones definitivas, pues cualquier rompimiento compromete el futuro mismo de los partidos y el proceso de unificación del Pacto Histórico. Por ahora, se han conocido pronunciamientos individuales de militantes como el de la concejal de Bogotá Heidy Sánchez de la Unión Patriótica.

“No se puede llamar sectarios a los que señalan a los enemigos de ese programa (el programa del Gobierno de Petro), quienes defienden intereses contrarios al proyecto que ganó en las urnas. Este es un proyecto colectivo al que cada una de nosotras aportó un granito de arena”, dijo Sánchez.

La implosión –controlada o no– del gabinete y la reconstrucción venidera no solo marcará el rumbo del Gobierno de Petro, sino el de su plataforma para no perder el poder en 2026. Y, mientras tanto, él (Benedetti) seguirá ahí, viendo todo en primera fila.

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